capitulo 23 ¿reto o amenaza?

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Desperté al no sentir el cuerpo de Adam junto al mío como era de costumbre mire el reloj y eran las ocho y quince me estire y salí de la cama probablemente Adam estuviera corriendo o en su oficina era lunes así que esos eran sus lugares para esta mañana, los lunes en las mañanas tenia la misma rutina quizás esos fueran los únicos días que tuviera una rutina fija los demás días eran una completa sorpresa.

Me puse una camiseta mía y unos shorts de jeans y unas converse me arregle un poco el cabello y me lave la cara, salí de las escaleras hasta su oficina, estaba sentado en su silla de escritorio, sin camiseta y con pantalones de pijama, es decir que no se había levantado mucho antes que yo, estaba tan perdido en su llamada que no lo moleste, baje las escaleras y me prepare un té y un café negro con azúcar y sin crema para Adam, bebí un sorbo de mi te de manzana y subí las escaleras hasta su oficina, empuje levemente la puerta y lo vi tecleando algo en su computador y dando unas ordenes por teléfono.

Me encantaba este ángulo de Adam, el jefe autoritario con carácter era increíble como a una edad tan joven podía trabajar dirigiendo los números de una compañía y todas las cedes de la empresa de su abuelo, al verlo no podía evitar sentirme orgullosa de él, era un chico increíble, era mi súper chico increíble.

Deslice la taza a su lado y le bese la mejilla.

— quiero ver esos contratos, envíalos en una hora.

—si señor Daniel's— respondió el hombre al otro lado de la línea.

Cerro la llamada me quito la taza dejándola sobre el escritorio me tomo en brazos y me sentó en su regazo, si me gustaba este Adam de lunes por la mañana, me gustaban todos los aspectos de Adam pero este podía ser uno de mis favoritos.

— Buenos días señor Daniel's— dije dándole un beso en la comisura de los labios.

— Buenos días señorita Stone— me dio un beso suave en los labios — ¿dormiste bien?

—mejor que nunca ¿y tú?— tome mi taza y bebí un trago de mi te.

Lo pensó unos minutos mientras se rascaba la barbilla — bueno, te tuve en mi cama, abrazándome toda la noche, teniendo tu olor cerca y asfixiándome un poco con tu cabello y puedo decir que fue una de las mejores noches de mi vida— beso mi frente suavemente— ¿café?— pregunto con una sonrisa.

— Sip, negro una de azúcar y sin crema— sonreí, con el paso de los días había aprendido que no le gustaba la crema en el café a menos que fuera descafeinado.

Me dio un beso largo y tierno, cortándome la respiración enrede mis dedos en su cabello y lo acerque mas no sería capaz de cansarme de esto no era posible cansarse de algo tan bueno, nadie podría cansarse de algo tan bueno.

ADAM el defecto mas perfecto... En Edición. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora