D O S

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— Oye, ___.

Sentí que me movían.

— ¿Mhm? Oh, buenos días Jin.— sonreí casi dormida.

— Buenos días, ___. Oye los chicos y yo nos vamos a la disquera. ¿Vienes? — me regaló una de sus sonrisas.

— Am... no quiero molestar allá, además estoy un poco cansada. ¿No importa si me quedo?

— Claro que no, es tu casa ahora. Adiós preciosa, te dejaré comida en la mesa por si tienes ganas de desayunar. En la tarde iremos a conocer la ciudad.— besó mi frente.

— Gracias.— sonreí.

Escuché un portazo, lo que me avisa, o eso creo, que los chicos ya se fueron.

Me levanté con mucha pereza y me dirigí a la cocina, ya que mi estómago imploraba comida.

Al llegar vi un vaso de chocolatada y una porción de torta junto a una nota adhesiva.

                                                                "Te dejé esto para que desayunes.


                                                                                                                      Te ama, Jin"

Me senté y desayune tranquila. Al terminar me dirigí al lavabo con el plato y el vaso, puse detergente en la esponja y enjuague las cosas.

— Ese short se te ve muy bien.— sentí unas manos en mi cintura y me sobresalte.

— ¿Q-qué haces?

— ¿No es algo obvio? — se pego a mí.

— Ya déjame.— forcejee con sus manos.

Me giró bruscamente.

— ¿Por qué te niegas?

— ¿No es algo obvio? — imité burlonamente su voz y lo golpee para alejarlo.

— Vamos, ya deja eso.— se acercó más.

— Aléjate de mi Tae. Déjame en paz. ¿Por qué son así conmigo? Y ¿Por qué no te has ido con los demás? — levanté un poco mi tono de voz.

— Me dolía la cabeza.— hizo una pausa.— Supuestamente.— sonrió con malicia.— ¿Si tú estás así de buena como esperabas que reaccionara? ¿Eh? Vamos, no te resistas tanto.— intentó besarme varias veces mientras hablaba.

— Aléjate.— lo empuje.

— No.

— ¡Ya déjame! — lo empuje con todas mis fuerzas haciendo que se cayera.

— Con que difícil...

Su sonrisa me dio miedo, debo aceptarlo. Salí corriendo de la cocina y subí las escaleras.

— Me encanta jugar, ____.

Mire detrás, venía corriendo. Alcancé mi habitación y entre, pero un pie impidió que cerrara la puerta. Hice fuerza para cerrar, pero Tae no se daba por vencido.

— ¡Vete!

— Me iré cuando tenga lo que quiero.

Empujó más la puerta haciendo que me cayera. Mi cuerpo se estrelló de lleno contra el suelo.

— Te tengo.

Se abalanzó sobre mí y comenzó a hacerme cosquillas.

— Ya... para Tae, ¡¿Qué te pasa?! — moría de la risa.

Casa de Pervertidos [BTS×Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora