C I N C O

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Solté todo el aire que había retenido en mis pulmones.

¿Qué me pasa? ¿Esto es normal o qué?

No entiendo a Yoon Gi, es demasiado cambiante. Por momentos es un arrogante y maldito pervertido y por otros un chico amable y tierno.

No me está pasando nada con ellos, es decir, son guapos y todo eso pero... sentimentalmente hablando aún tienen mi odio. Verdaderamente no sé si confiar en ellos, no me trasmiten una confianza plena.

Corrí tras él, no dejaré las cosas así.

— ¡Suga!

Llegue a la puerta y la abrí quedando a centímetros de su rostro.

— Am...— me alejé dando un paso hacia atrás.— yo...

¿De verdad quiero hablar de esto?

— Tú...

Me incitó a que le contara lo que venía a decirle, pero, ¿Verdaderamente quiero hablarle del tema?

— Nada, lo siento.

Cerré la puerta en su cara y me recosté en ella.

Habiendo estado tan poco tiempo en esta casa, no sé qué pensar. No sé cómo son realmente, si hablamos en cuanto a los aspectos cotidianos de cada uno, aún debo de acostumbrarme a ellos.

Volví a la cocina, todavía perdida en mi mundo.

Preparé la cena y arregle la mesa para los chicos.

"Ojala les guste la cena, no tengo hambre. Estaré arriba.

Los quiere, ____."

Dejé la nota en la mesa y subí camino a mi habitación. Me senté en la cama y miré hacia un punto cualquiera en el cuarto.

Estaba aburrida y a la vez pensativa. No tenía ideas para distraerme así que tome mi pijama y me dirigí al baño para tomar una larga ducha.

Poco a poco me volvía a sentir limpia y en paz.

Toc toc toc.

¿Por qué mi paz no puede durar más?

— Está ocupado.

— Ya lo sé, ____.— rió un poco.— Te dejé un papel con el número de Hiro en tu mesa de noche, ha dicho que lo llames cuando puedas.

— Está bien, gracias Jin.

— No hay de qué. Y, gracias por la cena, princesa.

— De nada.— sonreí.

El silencio me inundó otra vez. Me dispuse a secar mi cuerpo y vestirme. Salí del baño con una toalla en la cabeza y me dirigí a mi habitación.

Tome el papel del que Jin me había hablado y mi móvil.

Marque el número y espere.

¿___?

La misma, ¿Qué pasa?

¿Crees poder venir a la disquera en la mañana?

Mhm... Claro, ¿Cómo a qué hora?

Ven con los chicos, si no es molestia despertarte tan temprano.

Claro que no, ahí estaré a primera hora.

Muchas gracias, ___.

No hay de que, Hiro.

Oh y, agendame, me necesitaras te lo aseguro.

Reí por su comentario.

Está bien, lo hare. Hasta mañana.

Hasta mañana.

Colgó.

Programé una alarma a las 7:30 de la mañana y coloqué a cargar el móvil.

Me recosté en mi cama y cerré mis ojos.

Un portazo me medio despertó.

— ¡Gracias!

Tenía 7 pesos encima de mí.

— Chicos, no son livianos.

— Lo siento.— dijeron en unisonó y se levantaron.

— ¿Se puede saber a qué se debe esta alocada entrada?

— ¿Cómo que "a qué se debe"? — Kook hizo comillas.

— Pues, si. ¿Qué mosca les pico?

— Limpiaste nuestras habitaciones, ¿No esperabas un agradecimiento?

— Menudo agradecimiento, ¿No creen?

— Si, lo sé, fue un tanto loco.— se adelanto Tae.— Pero te lo agradecemos.— sonrió.

— Ya, de nada chicos.— les sonreí.

— ¿Qué quería Hiro? — preguntó Nam.

— Que mañana vaya con ustedes, en la mañana.— froté mi ojo izquierdo.— ¿Qué hora es?

— La 1:43.

— ¿Y qué hacen despiertos? Mañana deben levantarse temprano.

— Es que nos quedamos jugando vídeojuegos. Perdón.— Ho Seok parecía un niño siendo regañado. Que tierno.

— Ya vayan a dormir.— los miré seria y dormida.

— No me das miedo estando así.— me señalo Jimin.

— No tengo que darte miedo.— me encogí de hombros.

— Ya dejémosla dormir chicos, fuera.— los echó Jin.— Descansa, princesa.— me guiñó un ojo desde la puerta.

— Tu igual, Jin.— le sonreí.

Casa de Pervertidos [BTS×Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora