V E I N T E

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Entré en el baño y me cambié por la ropa más cómoda. Abrí la puerta con el anterior conjunto de ropa en la mano.

— Lo siento.— hablé.

Observé el cuerpo yacido en el suelo, había chocado con Jimin.

— ¿Estás bien? 

Me miró y se paró rápidamente.

— Entra.— señaló el baño.

Hablaba con dificultad, no mucha pero tenía lo suyo.

— ¿Después de lo que hiciste hoy? No, gracias.— me aleje de él camino a mi habitación.

— Ven aquí.

Me alzó como si nada y me empujó dentro del baño.

— Aléjate.— lo señalé mientras retrocedía.

— ¿Crees qué estás en derecho de decirme que hacer?

— ¿Crees qué puedes hacer lo que quieras conmigo? — asintió acercándose.— Pues no, así que fuera.

— No sabes lo que me gustó nuestro encuentro en la tienda.— se apegó a mí.

— ¿Nuestro encuentro? No tienes cara.— posé mis manos en su pecho empujándolo aunque con mi fuerza ni siquiera logré moverlo un centímetro.

— Vamos, admite que te encanto.— mordió su labio y pasó su mano por debajo de mi blusa.

— Mis padres me enseñaron a no mentir, lo siento.— tomé el borde del crop top y tiré de el hacia abajo.— Aléjate, maldita sea.— lo golpee repetidas veces.

— Quieta.— me volteo ágilmente.

— ¡Quita! — empujé la pared apegandome a él con el fin de separarme lo suficiente para salir.

Necesito a Jin, ahora.

Volví a voltearme y me corrí hacia mi derecha. Lo golpee en una pierna y éste cayó al suelo adolorido. Lo rodee y escape del baño.

Entré en mi habitación lo más rápido que mis piernas pudieron y tiré la ropa en mi cama. Respiré e intente calmarme, el corazón me latía a mil por segundo y hasta sentía que se me salía del pecho.

Abrí la puerta del cuarto y salí con dirección a las escaleras. Al pasar por el baño Jimin salía, mis pies se empezaron a apurar, igual que los de él.

Dios ayúdame.

— Jimin, necesito tu ayuda con algo.— Kook lo llamó.

Gracias Dios, te amo.

Bajé las escaleras bastante rápido y básicamente corrí hasta la sala de ensayos. Entré y cerré la puerta. Volví a respirar y tratar de calmar la adrenalina que corría por mi cuerpo.

— Oye, ____.

Voltee sobre saltada.

— No me asustes así.— llevé una mano a mi pecho, mi corazón estaba resistiendo demasiado.

— Perdón preciosa, no fue mi intención.— mostró su hermosa sonrisa rectangular.

— No pasa nada, ¿Qué pasa? — seguía respirando dificultosamente pero ya estaba más tranquila.

— Nada, es solo que me aburro y quería saber si puedo observar como prácticas.— sonrió sin mostrar sus dientes.

— Am... está bien, pero si ves que algo me cuesta ni se te ocurra ayudarme, ¿Bien? —lo señalé.

— Trato echo.— levantó las manos demostrando inocencia mientras se encogía de hombros.

Tae se sentó en una esquina de la habitación sonriente. Por mi parte me acerqué a las bocinas y conecté mi celular. Busqué las canciones que tenía que practicar y las organice en una lista de reproducción.

Empezó sonando Not Today.

Aún no me sabía muy bien las letras de las canciones pero las coreografías las tenía bien sabidas.

Decidí olvidarme completamente de la presencia de Tae Hyung ya que su mirada atenta me estaba perturbando y no dejaba que me concentrara del todo.

La lista había terminado así que decidí tomar un pequeño pero merecido descanso.

— Toma.— V se acercó a mí con una botella de agua en la mano.

— Gracias.— le sonreí y la abrí para luego beber parte de su contenido.— ¿Qué tal lo hago? — miré a Tae por el espejo.

— Muy bien.— me devolvió la mirada.— Sé que ganarás.

— No te ilusiones tanto, aún no sé nada de la competencia.— se acercó y se posó detrás de mí.

— Ganarás, te lo aseguro.— pasó sus brazos por mi cintura y apoyó su cabeza en mi hombro derecho sin quitar su vista del espejo.

No me incomodó ni sentí ningún tipo de repulsión hacia su acto, es extraño, demasiado.

— Supongo que gracias.— acaricié sus brazos con mi mano izquierda y le sonreí.

— ¿De verdad no vendrás mañana? — giró su cara mirándome directamente.

— No lo sé, debería de ensayar.— voltee a verlo también.

— Pero si te salen jodidamente bien, anda, ven con nosotros.— conectó su mirada a la mía.

 — Está bien, iré.— rodé los ojos enternecida.

— ¡Genial! — sonrió.

Un silencio acaparó el lugar, pero no era nada incomodo, era completamente agradable y tranquilizante, aunque Tae Hyung se acercaba, y cada vez más.

Casa de Pervertidos [BTS×Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora