Capítulo 1

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—No voy a brindar una entrevista Tom —renegó el rubio—. Todo esto me cansa, me jode.

—Solo será la última del mes, te lo juro.

—Tengo que ir a trabajar Tom —dijo mientras arreglaba sus instrumentos.

—Thorogood dice que necesita el pago para este mes, mayo está por terminar —recordó el pelinegro.

—Luego le pagaré, mas importante es el puto disco —lo miró—. Ahora dile a quien quiera que este tocando el maldito timbre que deje de joder.

—Será la última entrevista del mes Brian —respondió Keylock mientras se dirigía a la puerta.

—Eso mismo dijiste el mes pasado, ¿qué hay sobre junio, seguirán jodiendo en mi relación? ¿Seguirán metiéndose en mi vida?

—Depende de usted. Y sus escándalos.

—Esta será la última del mes y a partir de ahora solo daré una mensualmente ¿bien? —lo observó.

—Bien.

Rápidamente, Tom Keylock se dirigió a la puerta, la abrió y había una joven de un metro sesenta y tres, cabellos negros, ojos marrones no tan oscuros, tez blanca, delgada, labios no tan gruesos y rosados, quien sostenía una libreta, lápiz y una grabadora de voz.

—¿Brian Jones? —preguntó ella— Muy buenas tardes, mi nombre es Holly Lee, vengo de la revista Mojo's. ¿Le gustaría responder a algunas preguntas? —preguntó sin dejar de ver sus apuntes.

—Yo no soy Brian, señorita Lee —rió el hombre y ella alzó la mirada.

—La verdad no he visto al señor Jones, vengo de Latinoamérica, aunque mi apellido es inglés, por mi padre y recién me estoy incorporando aquí. Y digamos que los ingleses ahi no son muy conocidos... quizá si, pero yo no los he oído para nada.

—Créame, me sorprende bastante —respondió amablemente—, el joven Brian esta en la sala esperándola.

—Es muy amable de su...

Holly no pudo terminar de agradecer, pues el rubio salió a la sala desesperado dejando distintos instrumentos bien envueltos sobre un sillón, traía pantalones blancos, una camisa morada y un saco muy largo medio gris. Era una estrella y vestía como tal. La muchacha observó como Brian caminaba de un lado a otro, como acomodaba sus cabellos que se despeinaban sin parar, tenía la mirada perdida y un cigarrillo en la mano, Holly siguió observando hasta que el rubio se detuvo y giró a verla.

—¿Qué estas viendo? Tu también vas con nosotros —fue serio. Definitivamente, no fue una buena primera impresión.

Su voz era gruesa, captó su atención en un instante, Holly se mostraba confundida y volteó a ver como Tom Keylock volvió a abrir la puerta y se acercó a su jefe quien dejó su cigarrillo en el cenicero y tomó sus llaves.

—Tom, ¿te importaría llevar algunos instrumentos al auto mientras yo me quedo con la señorita?

—No hay problema Brian.

—¿Y bien? —preguntó mientras se observaba en el espejo tratando de arreglarse la camisa— ¿Con quién tengo el gusto?

—Holly Lee, de la revista Mojo's un placer —dijo ella dejando sus cosas en el sofá para extender su mano.

—Bueno... —respondió al apretón de manos.

—Siento haberlo confundido con su chófer —solo logró decir ella.

Vuelve otra vez «Brian Jones»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora