Capítulo 9

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—¿Ese no es un Rolling Stone señorita? —preguntó el taxista mientras se estacionaba al lado de la vereda del parque.

La pelinegra observó al joven taxista quien apoyaba su antebrazo en la ventana de su vehículo.

—Debe parecerle —le dijo ella tranquila.

—Estoy seguro de que lo es —volvió a insistir— ¿esta ebrio no?

—Le parece señor —volvió a insistir.

—Esta ebrio por su ruptura ¿verdad?

La muchacha se asustó. Acaso ¿la noticia de la ruptura de Brian con Anita ya se hizo pública? ¿Tan rápido?

—Lo dijeron en la televisión —siguió hablando el sujeto—, pobre chico, que feo sería que tu pareja te deje por tu mejor amigo. Que dolor —fue sincero.

—La verdad es que usted tiene razón —fue sincera.

—¿Usted es una amiga de él? O no me diga que es mas que una simple amiga...

—¡No! —gritó—. Solo soy su amiga, y entrevistadora. Muy pronto saldrá una edición sobre Brian Jones en Mojo's —aclaró—. Así que es mi deber estar un buen tiempo con él, pero digamos que hoy no le fue nada bien.

—Asi veo —dijo el taxista —¿la ayudo a llevarlo?

—¿Me cobrará por eso? —dijo asustada, no tenia ningún centavo y Brian se había gastado todo el dinero en alcohol.

—Considérelo un favor. Lo menos que queremos en Inglaterra es que se muera este genio —dijo al bajarse del auto.

El taxista ayudó a Holly a colocar a Brian en el asiento trasero y cuando pudieron con él, la joven le indicó donde vivía para así llegar mas rápido y llamar lo antes posible a Tom Keylock quien buscaba desesperadamente a Brian Jones.

Holly volteó y lo observó dormir, parecía un ángel, y sabía que en el fondo aún lo seguía siendo. Brian no era un monstruo después de todo, solo estaba sufriendo y quería romper ese dolor, para encontrar el verdadero amor.

—Llegamos —dijo el taxista haciendo que Holly aparte la mirada del rubio.

—Usted ha sido muy amable, cuando Brian lo sepa, se que estará muy agradecido —sonrió.

—The Rolling Stones es mi banda favorita —confesó mientras veía a la joven despertar a Brian—. Lo hago por él. Se ve que usted es una buena persona, cuídelo ¿si?

Ella lo observó, mientras posaba una mano en el brazo de Brian, quien balbuceaba al despertar.

—Lo haré señor.

—Se ve que eres una gran chica para él, y se que él necesita eso.

—Gracias señor —respondió nerviosa.

Al lograr sacar a Brian, y ver como el taxi amarillo se iba. Con una mano sujetando de la cintura al rubio, y con la otra, tratando de abrir la puerta, Holly sabía que subir dos pisos con un ebrio, iba a ser un caos total.

—Necesito que me ayudes —le susurró—. ¿Me entendiste? —observó sus ojos verdosos.

—Bien... —susurró medio dormido.

—No hagas ruido y sube cada escalón al mismo tiempo que yo ¿bien? —intentó sujetarlo pero este casi cae encima de ella.

—Entendí muy bien señorita Lee —sonrió al tenerla tan cerca.

—Entonces, andando —se apartó un poco nerviosa.

Con un poco de esfuerzo, Holly pudo ayudar a Brian a subir escalón por escalón. Ella rezaba para que nadie la escuchara y mucho menos que alguien llamara a algún medio de comunicación, pues iban a mal interpretarlo todo. Y la reputación de ambos.

Vuelve otra vez «Brian Jones»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora