Capítulo 24

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Un hombre de cabellos negros cortos daba de comer a una niña de tres años mientras intentaba ver que ocurría en la televisión, al parecer estaban brindando una conferencia. El rostro del hombre se iluminó al ver el rostro del ex guitarrista de los Stones y de inmediato llamó a su esposa quien se encontraba lavándose las manos para poder ir a desayunar.

—¿Qué sucedió Michael? —preguntó una mujer de cabellos negros, aquella mujer era la hermana mayor de Holly, Jackeline.

—Él está en la televisión, ¿no recuerdas que tu hermana te llamó el sábado diciendo que iría a una fiesta con él?

—No me digas que lo va a hacer oficial —dijo asustada.

Ambos esposos desde su comedor en su casa de Londres se miraron sorprendidos y temerosos, y miraron atentamente con su hija la televisión.

—Brian, soy Patrick Spencer de la revista Rolling Stone. Mi pregunta tiene que ver con algunos rumores que han crecido desde el sábado. ¿La periodista Holly Lee de la revista Mojo's ha sido su acompañante aquella noche? ¿Y hay algo más que una amistad? Le recuerdo que se les vio saliendo de un restaurante en el centro Sussex —se escuchó a través del televisor. La cámara enfocó al rubio quien sonreía nerviosamente y que miraba de un lado a otro.

—Aquella salida del restaurante fue para terminar la entrevista. Sí, ella me ha acompañado a lo largo del mes, y no quiero adelantarles la sorpresa que la revista Mojo's les brindará el próximo mes de julio, pero tiene que ver con algo muy especial para mis fans —sonrió—. Y no, Holly no me acompaño esa noche. Yo no siento nada por ella, todo fue estrictamente profesional y agradezco de que haya acabado. No me gustan las visitas tan largas —concluyó.

La pareja que observaba la televisión se volvió a mirar, pero el esposo se dio cuenta de la furia que se había generado en su esposa.

Jackeline "Jackie" Lee obviamente le creía a su hermana, ella nunca sería capaz de inventarse un romance con el músico, algo en ella le decía que las cosas no iban tan bien.

El teléfono sonó y tanto como Michael y la pequeña de tres años miraron asustados a Jackie, quien decidida contestó.

—¿Hola? —preguntó.

—¿Jackie? —preguntó muy débil Holly desde el otro lado de la linea.

—¿Viste la entrevista no? —preguntó apenada.

—Tenías razón hermana —lloraba—. Me usó como si fuera una cualquiera, hasta le di lo mas preciado.

Los ojos de Jackie se abrieron de par en par, observó a su marido y volteó para no mostrar su verdadera sensación de susto y horror.

—¿Tu lo hiciste ese sábado?

El tenedor con el que Michael alimentaba a su hija se cayó al suelo por lo que acababa de escuchar.

—Sí —dijo Holly desde el otro lado de la línea.

—¡Holly Elizabeth Lee Moncloa! ¡¿Cómo pudiste?! —gritó.

—No te diré que me arrepiento. Yo lo amo Jackie.

La pelinegra de veintinueve años intentó controlarse.

—¿Cómo puedes amarlo después de todo lo que te hizo?

—Cuando lo hicimos, lo sentí. Fue real para ambos y...

—¿Estas en drogas jovencita? —la interrumpió.

—¡Jackeline Anne Lee Moncloa, como te atreves! —gritó desde Sussex.

—Por las cosas que dices, parece que lo estuvieras —dijo furiosa, pero al instante se calmó—. Holly, escúchame, te lo advertí y no hiciste caso. Solo te diré que termines lo que tenías que hacer con esa entrevista, cobrar tu sueldo y regresarte a Perú. Puedes estar aquí si deseas hasta encontrar un vuelo, no quiero que vivas en el mismo lugar que ese idiota —hizo una pausa—. Se acabó Holly, tu cuento de hadas con Brian Jones se acabó.

Vuelve otra vez «Brian Jones»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora