Capitulo 32-. ¿Por qué no lo hacemos más interesante? Juguemos a las escondidas.

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—No creo que sea... una buena idea... —Mis palabras salían entrecortadas debido a la dificultad de respirar. Cada vez que nos besábamos era más difícil mantener la conciencia al cien por ciento. Temblaba, en especial mis piernas; estas al hacer el esfuerzo de caminar, simplemente se iban de lado o no respondían. (MF: ¿Ah?).

Nos encontrábamos sentados en la cama y con la habitación a oscuras; la luz de la noche era escaza y hacia frio. Mis mejillas estaban que explotaban de lo roja que se encontraban. Estar con el gran Drew, en la misma habitación, de noche y con una sed insaciable de besarlo... no, ¡No era un gran lugar!

—¿Por qué estás tan tensa? —Se acerca para quedar a centímetros de mí cara—. ¿Me tienes miedo? ¿Temes que te haga algo? (MF: O////0////O).

¿Él acaba de...? Debe de estar bromeando, si eso es.

—N... no tengo... miedo —Casi había olvidado como hablar. Tenerlo tan cerca y deleitándome con su aroma a rosas, lo hacía irresistible. Vuelvo a la escena de la habitación. Me levanto y coloco al frente viéndolo fijamente, tomo una bocanada de aire; aunque este estaba mezclado con el perfume de Drew—. Creo que es mejor que te vayas. Es tarde y los demás no tardan en regresar, recuerda que comparto habitación con Solidad y Brianna.

—Se levanta—. —Mmm... pensaba quedarme un rato más. Quiero hacerte compañía hasta que los demás vuelvan, solo para que no te sientas tan sola.

Y ahí va de nuevo, vuelve a su tono pícaro y a sus inusuales acercamientos. Podría asegurar que el Drew parado a solo milímetros de mí, era otro (O tal vez se trataba de su gemelo perdido). Todo en él había cambiado; el chico serio, arrogante y distante que conocí una vez en Hoenn, ya no era el mismo. Este era definitivamente otro.

—¡Deja de jugar! —Suelta una carcajada—. ¿Qué es tan gracioso? —Coloco mis manos en la cintura.

—Me rio porque es divertido. ¿Acaso no lo ves?

—¿Ver qué?

—Que el hacerte enojar me hace enamorarme más. (MF: Awww...).

Otro rubor se asoma y se añade al historial de rubores de este año, cortesía del señor rosa.

¿Por qué hacía esto? ¿Por qué razón se estaba comportando así?

—Eso sonó tonto e inusual en mí, pero es la verdad. Desde hace tiempo he dejado de mirarte como una rival, ahora eres la chica que adoro y deseo —Sus ojos dejan de mirarme y se encuentran mirando a otro lado—. He cometido muchos errores, te he lastimado hasta el cansancio... estoy arrepentido de todo lo idiota que fui en el pasado. Perdóname —Sus verdes ojos vuelven a mirarme, esta vez con más anhelo.

—Drew... —Automáticamente me voy acercando; algo me decía que no lo hiciera, pero lo ignore—. Eres un arrogante, un tonto, un egoísta, un idiota... —Su mirada y todo él decaía—. Sin embargo, no puedo perdonarte porque simplemente no puedo odiarte.

La vida volvió a su rostro, demostraba alegría.

—¿Lo dices en serio?

—¿Crees que juego?

—Más te vale... porque ahora, no podre dejarte ir fácilmente.

Y como un niño pequeño, se lanza a abrazarme. Sus brazos rodean mi cintura para acercarme más, pega su frente contra la mía. Podía sentir su respiración, al igual que él la mía (Mi muy agitada respiración). Me susurra.

—¿Qué deberíamos hacer?

—Me acerco a su oído—. —Por ahora solo debes irte.

—Sonríe junto con una risita—. —Error. Te dije que no te dejaría ir fácilmente, y eso es lo que hare.

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