Hola Extraño

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Capitulo 27

CAPÍTULO FINAL

Desperté con un dolor horrible de cabeza acompañado con unas náuseas asquerosas, mire mi reloj, ya eran las 11:30, tenía suerte de que fuera un fin de semana de vacaciones y no un lunes de clases, como pude, salí de mi cama para poder ducharme, tome mi celular y mis llamadas aparecieron en la pantalla principal, todas eran de Dan, ¿pero que le pasaba? Porque me llamaba con tanta insistencia; para comprobar que nada haya pasado lo llame de vuelta, al primer pitido contesto.

-¡Donde diablos estabas Sue! ¿abes lo preocupado que estaba? Te desapareces así como así sin decir nada, ¡no sabía si te habían secuestrado o te habían robado!
-De que hablas tonto, tú me trajiste ayer por la noche—me levanto y tomo mi bata para dirigirme hacia la ducha.
-¡Uf!—suspira—Sue, yo no te lleve a tu casa, no se quien lo haya hecho pero agradezco el que no te pasara nada.—Abrí mis ojos como dos platos, entonces si no fue Dan, ¿quien me trajo, quien me cambio a mi pijama, con quien fue que me topé?
-Juro que no vuelvo a tomar en lo que me queda de vida.

Luego de haberme arreglado, salí para así ir hacia la casa de mis padres que por alguna razón se encontraban los dos en la casa de mi madre.

-¡Te extrañe tanto mi niña!
-Mamá no me dejas respirar— mi madre tenía la costumbre de apretar mucho a la gente cuando la abrazaban.
-Mírate, estás toda cambiada, has crecido bien—lleva sus manos hacia mis mejillas, la había extrañando mucho.
-Estás hecha toda una mujer hija—mi padre se une al abrazo que mi madre había formado.

-¿Como la pasaste?, espero que te haya ayudado este tiempo que estuviste lejos de casa—estábamos cenando juntos y aprovechamos el momento para hablar del tiempo que pase lejos.
-Pues, me fue de mucha ayuda el estar lejos por un tiempo, aunque las pesadillas seguían cada noche, luego de un tiempo logré superarlo y a la final terminaron por desaparecer—sonreí hacia mi madre.
-Y con respecto a algún chico, ¿conociste a alguien estando donde tu tía?—sabía que mi madre iba a preguntar eso, pero todavía no estaba lista para decirle que seguía enamorada del chico por el que tuve que salir del país.
-No mamá, no conocí a nadie en cuatro años, no quería involucrarme con alguien sentimentalmente.—Comencé a jugar con lo que había en mi plato.
-Es por ese chico, ¿verdad?, Sue, ya pasaron cuatro años, deberías olvidarte de él y comenzar a conocer a más gente, tienes veinticuatro años y desde el incidente no has conocido a nadie amor, eso debe cambiar, no quiero verte sola y deprimida por alguien que te hizo daño, además...
-Mamá—corte el discurso de mi madre para así poder hablar—no puedo olvidarlo así como así, el fue y será una persona importante en mi vida, ¿como me pides que lo olvide así de fácil? Además, el no fue el culpable de lo qué pasó, no mezcles las cosas por favor, por ahora necesito estar sola, no quiero involucrarme con alguien sentimentalmente cuando sigo pensando en Seth, y lo siento si es que no te gusta, pero esa es mi decisión.—Lo que quedó del almuerzo nadie dijo ni una sola palabra del tema.

A la final, aproveche para pasar el fin de semana junto a mis padres, pase el día con ellos y finalmente en la noche del domingo regrese a mi casa para poder descansar.

Las vacaciones pasaron cada vez más y más rápido, y sin pensarlo ya estábamos nuevamente regresando a clases, no había hecho nada productivo en todo un mes, pasaba el día en mi casa o en la casa de Dan, de vez en nunca salíamos a comer o lo que más hacíamos, quedábamos en mi casa para ver películas; al final, cuando regrese a clases, era mi último año en la universidad, los proyectos y tareas eran cada vez más, casi no tenía tiempo de hacer las cosas que me gustaban, cada vez veía menos a Dan y cada vez pensaba más en Seth, el tiempo seguía pasando y yo ya me encontraba graduándome; el tiempo seguía pasando y yo ya estaba de interna en el hospital mas grande de la ciudad.

Salí del hospital cansada y muy desgreñada, pasaba casi todo el día y noche en este ya que necesitaba aprobar mi examen para así poder quedarme como médico definitivo; estiré mi cuerpo haciendo que el sol de aquella mañana diera justo en mi cara, quede en esa posición por segundos, necesitaba ir a casa y darme una ducha, digamos que dormir en una camilla no es lo más cómodo del mundo; una vez que ya había arreglado mi apariencia y tomado una taza de café por décima vez, decidí salir a caminar al parque que quedaba a unas cuantas cuadras de donde vivía, tenía que estirar mi cuerpo o terminaría ganando algo de peso del que ya tenía, salí de mi departamento con dirección al bonito parque, ya ahí opté por dar algunas vueltas, y a la final descansar un rato en uno de los bancos que había bajo de un árbol de cerezo el cual estaba floreciendo, podía sentir el viento primaveral rozar mi cara, cerré mis ojos disfrutando de aquella sensación hasta que sentí el peso de otra persona reposar sobre aquel banco, se sentía tan familiar, aquella aura que desprendía aquella persona, necesitaba abrir mis ojos para poder ver de quien se trataba pero a la vez mi cuerpo no me dejaba hacerlo, como si supiera perfectamente que no debía mirar al sujeto  que se encontraba a escasos centímetros de mi, pero aquello no duró demasiado.-Sue —mi nombre salió de sus labios, sabía quien era, aquella voz que una vez fue mi necesidad y mi desgracia al mismo tiempo, sabía a quien le pertenecía, como no saberlo si lo quise tanto, lo amé con todas mis fuerzas, necesitaba abrir mis ojos y verlo, saber que no estaba soñando, pero ha sido tan largo el tiempo desde que no nos veíamos, como podría reaccionar ante su presencia, decidí averiguarlo y abrir mis ojos lentamente, al girar mi cabeza pude verlo, no había cambiado nada, seguía siendo el mismo al que amé y amo a pesar de todo, sin saberlo, lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos, tapé mi boca con mis manos ante la sorpresa de tenerlo frente a mi, después de tantos años.
-Hola extraña —pasó sus manos poro cara— te extrañé mucho, sabes.
-Seth, que, que, como — fue lo único que podían pronunciar mis débiles labios.
-Shh, tranquila, se que ha sido un largo tiempo, pero tenía que verte, siempre supe donde estabas, pero vivía convencido de que era mejor mantenerme al margen, te veía feliz, viviendo tu vida, no podía hacerte sufrís nuevamente, pero he sido tan egoísta por que nunca pude dejarte ir, te necesitaba aunque sea a la distancia.
-No sabes lo mucho que he esperado por este momento— abalancé mi cuerpo hacia el suyo fundiéndonos en un abrazo, no le importaba si la gente que pasaba nos miraba, lo único que me importaba era el; nunca pude dejarlo, olvidarlo y pasar pagina, siempre lo había esperado porque sabía que regresaría, sabía que volvería a mis brazos una vez más.—Te había estado esperando por tanto tiempo, ¿por que tardaste?— acerque mi cara contra la suya, no quería despegarme de su lado, no o esta vez.

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