Louis trató de hablar con él, una y otra vez.
Pero Harry simplemente no le escuchó.
¿Qué se creía?, no le iba a dar el derecho de escucharlo. Al menos no en ese momento.
Ya le había soportado lo suficiente y estaba harto. Harto de toda su actitud de mierda.
Ya no podía con todo esto. Le dolía muchísimo.
Así que en ese momento hizo sus maletas.
- Hazz, amor, por favor. Hablemos, si... No puedes hacerme esto...- Le decía el castaño. Pero Harry aún así seguía empacando.
Louis le veía perdido empezando a temblar:- Harry...- Tomando incluso al rizado por la espalda y abrazándolo para hacer que parase.
- ¡Suéltame!- Se quejó el menor. Incluso ya sentía aquel nudo conocido en su garganta. Uno que amenazaba con destrozarle.
- ¡No!
- Suéltame, Louis.- Masculló a punto de llorar.
- No, Hazz. No... Necesito que me escuches...
- No quiero escucharte, maldición.- Gruñó forcejeando.
- Harry...- Se zafó de él mirándole con los ojos rojos.
- Me engañaste.
- No es así...
- Me has tratado como has querido. Siempre lo has hecho. Soy un estúpido por soportar todo aquello. Yo enserio te amo, Louis y tú has abusado siempre de eso. Me has moldeado como has querido y me has tratado como te venga en gana siempre. Incluso acepte casarme contigo. ¡Y ahora sé que me engañas con una mujer!
- Hazz...- Louis ya lloraba desconsolado negando mientras trataba de volver a abrazar al rizado.
- No. ¡Me voy!- En un intento desesperado se aferró a él por las caderas, hincandose. El corazón del menor se hinchó tanto que le fue imposible quitarlo.
- Bien. Quieres irte, está bien. Te dejaré ir por unos días pero no dudes en que después iré a buscarte y te explicaré todo esto. Yo no te engaño, Harry. Yo te amo.
- ¡No digas mentiras!
- ¡Yo te amo!- Resplicó sin dudar.- Se que no he tenido buenos momentos últimamente pero... Debes entenderme... Perdóname, amor...- Harry estaba a punto de ceder y era algo que no podía permitirse, así que se zafó como pudo del castaño viéndole con mucha furia.
- Me iré. No puedo verte en este momento. No me llevaré mis cosas por qué me tomaré un tiempo para pensar si vale la pena oírte. Y si no, solo mandare a Niall a por ellas.- Espetó firme. Louis quedó viéndole como una estatua, dejándolo irse.
Tocó con fiereza la puerta hasta que fue abierta. En ella Robin le sorprendió verle.
- Harry...
- ¿Está mi mamá?- Este asintió dejándolo pasar.
Estaba todo empapado, ya que hacía una lluvia torrencial afuera.
Anne estaba cocinando cuando le vio, llevándose una mano a la boca negando.
Buscó una toalla y le rodeó con esta para así llevarlo al sillón.
Harry tenía los ojos rojos y estaba a punto colapsar.
- ¿Qué ocurrió?- Negó con el nudo en su garganta más que latente, abrazando a Anne y poco a poco soltando las lágrimas.- Cariño...- Ella solo pudo acariciarle el pelo en busca de brindarle consuelo.
- Ya no puedo más... Ya no...
Muy pocos saben que fue lo que ocurrió realmente, pero la casa Tomlinson, sin duda era un cementerio.
Las chicas Tomlinson no paraban de culpar a Louis por la desaparición aparente de Harry. De eso ya hacía dos semanas.
Pero si de algo se dieron cuenta, era que eran tan dependientes del rizado que eso solo las hundía más; así que por su cuenta, cada una de ellas se puso en marcha, queriendo demostrar que podían con ello, que podían ser independientes y que al menos así, tendrían la esperanza de que Harry volviese.
Louis no estaba mejor.
No había ido a trabajar en todo ese tiempo, y ayudaba de vez en cuando a Rachel a cuidar a sus hermanos, pero cuando la depresión volvía a su cuerpo, se volvía a sumir en la miseria de su habitación, destruyendo aún más a su paso.
- Debes llamar a papá, tal vez él...
- No, Charlotte. No se te ocurra... Solo no.- Dijo con calma. Su hermana le miró lastimosamente y se permitió recibir un abrazo de su parte.- Es solo que me siento tan vacío...
Y unos días después, la puerta de su habitación fue tocada y abierta sin permiso, cosa que solo Harry podía hacer.
Y cuando alzó la mirada, la desilusión se hizo presente.
- ¿Qué haces aquí?- Dijo con la voz pastosa. La mirada era fría y poco presente. Aún así Mark no se inmutó.
- Louis...- Se sorprendió de que el castaño no le dijera que se fuera y sobre todo que no le hubiera interrumpido a la primera palabra que dijo. Suspiró, era buena señal.- Hijo...- El castaño chasqueó la lengua enderezándose y viéndole cabizbajo.
- Lo siento.- Susurró entonces. Fue apenas audible pero claro. Louis estaba disculpándose.
Mark abrió los ojos sorprendido acercándose a él, sentándose a su lado y viéndole con los ojos como platos.
- Lou...- Pero le sorprendió aún más como su hijo le abrazó entonces, aferrándose con fuerza a él.
Mark le devolvió el abrazo acariciándole la espalda dejando que llorara:- Tu madre era la persona más bella e inteligente que conocí en mi vida.- Cuando la mención de Johannah vino al momento, Louis tragó su llanto escuchándole atento.- Me enamoré como un idiota, y jamás voy a arrepentirme por ello.- Mark suspiró sonriendo en su recuerdo.- Solo quiero decirte, que ella jamás me mintió sobre ti. Ella estaba muy rota. Troy la destruyo y sé que nunca pude repararla por qué nunca tuvo suficiente de mi amor. Pero sé que jamás se arrepintió de ninguno de sus hijos. Ella los amaba demasiado. Ella no quería que yo te aceptara como mío, y aún así insistí, por qué el amor que sentía por ella, hizo que te sintiera a ti parte de mi. Eres mi hijo, Louis. Eso nadie podrá cambiarlo. Eres un Tomlinson.- Y el castaño, a riendas de su dolor en el pecho, sintió un alivio tremendo que le quitó una gran carga encima, llorando de nuevo sin pena abrazado a su padre, sintiéndose un pequeño de cinco años otra vez.

ESTÁS LEYENDO
Los Tomlinson "Larry"
FanfictionTrabajar para los Tomlinson no es lo mejor que hay, pero si lo que mejor le pagan. Y no hay quejas, enserio que no. Lottie es muy linda con el; Felicite le presta sus CD's pues sus gustos musicales son los mismos; Phoebe y Daisy aman los juegos de...