#33

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Acariciaba su pecho subiendo y bajando su pierna que estaba enredada a la de Louis.

El castaño disfrutaba meter sus dedos entre sus rizos, acariciándolos con suavidad mientras besaba la coronilla de este y aspiraba su aroma.

Ambos tapados por una fina sabana, con la oscuridad empezando a colarse entre las cortinas.

- Louis...- Susurró el rizado. El castaño solo hizo un ademán escuchándolo atento.- No pienso regresar a trabajar para tu familia.- Louis quedó estático por un momento dejando de acariciarle. Volteó el rostro viéndole sin entender a lo que Harry solo suspiró.

- Entonces... ¿No quieres estar más conmigo?- Un puchero se formó enseguida en su rostro, haciendo a Harry contraerse de la ternura. Negó.

- No es eso.- Dijo enseguida.- Quiero estudiar, Louis. Empecé a trabajar con los Tomlinson por qué necesitaba el dinero para matricularme. Voy a estudiar al fin lo que siempre he querido. Fotografía.- Louis lo sabía, sabía que Harry ansiaba estudiar y realmente no estaba molesto por ello. Al contrario...

- Te apoyo.- Dijo el castaño.- Pero... No podría dejarte ir por eso... Vuelve a casa, Hazz. Las niñas te extrañan. Los gemelos también. Mi padre, Rachel. Yo lo hago... Mi Hazza. Te extraño más que a nadie y si aún estás dispuesto... Yo aún quiero casarme contigo, mi amor.- Enredó uno de sus rizos tras su oreja y besó su nariz algo nervioso. Harry solo le sonrió mostrándole esos hermosos ojuelos mientras se aventaba a abrazarle y besarle con ímpetu.

Louis recibió sus besos y dejó que el rizado quedara encima suyo.

La sabana se le cayó descubriendo sus glúteos, logrando ver el arco de su espalda.

Bajó hacia él sintiendo las manos de Louis acariciarle con suavidad,  tanta que le dejaba en agonía de más. Sonrió besándole de nuevo.

- Por supuesto... Claramente no quiero dejarlos ir. A ninguno.- Aclaró. Louis sonrió volviendo a besarle mientras alzaba los glúteos del menor y lo acomodaba de tal forma que cayera poco a poco a su ya erecto miembro.

Harry tembló soltando un quejido y luego un suspiro de satisfacción.- P-pero no vuelvas a portarte de ese modo... ¿Entiendes?- La voz le temblaba y Louis solo sonrió socarrón, sintiéndose dichoso del estado en el que ponía a Harry.

Dios, como le amaba.

- Por supuesto.- Dando la primera embestida y sacando un gritito en el rizado. Le beso acallándole y mordiéndole los labios, moviéndose con delicadeza y profundidad.- Te amo Harry... Te amo mucho.- Confesó. El rizado siguió perdido entre el placer, sonriendo mientras se aferraba a los brazos de Louis.

Estaban hecho el uno para el otro.

- Te amo Lou...





Varios gritos emocionados llenaron de nuevo la casa de alegría.

Charlotte, Felicite, Phoebe, Daisy, e incluso los gemelos, sonreían al rizado quien estaba frente suyo.

Harry había vuelto a la casa de los Tomlinson, con una sonrisa y su maleta de lado.

Le recibieron en un abrazo y se pusieron al corriente de todo.

-... y Louis pudo al fin aceptar mi relación.- Concluyó Lottie. Harry se sentía orgullo de su pequeño castaño.

Incluso saludó a Mark que le dijo que sin él, la casa no tenía color. Era un Tomlinson de igual modo, no podía negarlo.

Sonrió en mucho tiempo cuando la hora de dormir llegó y acostó a cada uno de sus niños, dejando a lo ultimo a su niño especial quien solo le cargo de los glúteos y lo llevó a la cama a dormir acurrucados.

Louis se volvió algo poseso y Harry no podría estar más feliz por ello. Enserio le amaba.

La universidad comenzó tres semanas después y Harry no recuerda haber estado tan cansado como cuando cuidaba de la casa entera con todo y sus individuos, y aún así, Louis veía la felicidad en su rostro. Harry era feliz, y él lo era aún más por tenerlo a su lado.

Una mañana inusual llegó a sus vidas. Habían pasado al menos seis meses y todo iba perfecto. O al menos eso creía el rizado, que se levantó temprano ese día, sábado, para hacer el almuerzo de Louis y que este lo llevara al trabajo pero no estaba.

Louis había dejado la cama muy temprano al parecer.

Le pareció raro pero lo dejó pasar sin más. Despertó a sus niñas, les dio de desayunar, cambio a los gemelos y se dispuso a hacer sus demás que haceres.

Incluso hizo su tarea y se bañó entrada la tarde esperando a Louis, pero este no llegó.

Se fue a dormir a media noche preocupado y sintiendo un nudo en su garganta, pues más temprano, había llamado a la empresa y el guardia le dijo que el señor Tomlinson no había ido ese día a trabajar.

Sentía una cólera inexplicable y apenas pudo cerrar los ojos.

Pero a fin de cuentas lo hizo.

A la mañana siguiente, despertó solo, de nuevo, con una carta a un lado suyo. Le entro un escalofrío tremendo el abrirla.

Se lo pensó dos veces y tembló hasta que se decidió.

"Harry.
Por favor, vístete con alguna ropa con la que te sientas cómodo. Cuando estés listo, ven al comedor. Necesitamos hablar seriamente.
Louis."

Los Tomlinson "Larry"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora