Los Tomlinson "Larry"

#17

Estaciona el auto en casa, con el sol ya más que oculto en el horizonte y una sensación extraña en su pecho.

Sigue molesto con Louis, pero no puede dejar de pensar en lo que su madre le ha dicho.

Renunciar al trabajo que tiene con los Tomlinson?...

El ama su trabajo.

Ama a sus niñas y a sus nuevos niños y a Jay, y a Mark a pesar de que ya no le ve mucho, Daniel le ha decepcionado así que ya no merece su estima, pero aun así..., y Louis...

Se restriega las manos en la cara y sale del auto para entrar a la casa.

El silencio incómodo invade enseguida el ambiente, pero eso no dura tanto hasta que unos sollozos y gritos resuenan de la habitación de Jay.

Harry sube inmediatamente entrando a la habitación de Lottie. Como sospechaba, ahí se hallaban sus cuatro niñas con los gemelos.

Les dedican una triste mirada mientras él intenta estar en un modo neutral.

- Mamá va a separarse de Daniel?- Pregunta Phoebe. Harry le mira queriendo negar. Pero sería mentira. Él será el primero en abogar contra él.

Presiona los labios y va hacia ellas, suspirando y viendo como Lottie y Felicite ya han dormido a Doris y Ernest.

- A qué hora ha llegado?-

- Hace una hora. Louis está igual en la habitación. Aunque mamá ya ha intentado sacarle de ahí.- Resopla asintiendo mientras sonríe hacia los bebes.

- Cuídenlos por hoy. Iré a ver cómo va la situación y ustedes deben dormir para clases mañana.- Señala a las gemelas.

- Queremos dormir juntos, podemos!?- Preguntan las dos.

- Si Lottie y Felicite quieren aceptarlas aquí, adelante.- Las cuatro sienten y él se pone de pie para ir hasta la puerta y abrirla de nuevo. Otros nuevos gritos se oyen.

- Harry.- Lottie le llama.

- Si?-

- Todo estará bien?- No logra responder más que con una pequeña sonrisa.

Cierra la puerta con cuidado y avanza hasta la puerta de la habitación de Jay, donde no toca para entrar.

La verdad es que no sabe nada.

Se haya sentado en el escritorio de Louis que antes era de Mark, en el despacho. Jay y Daniel sentados uno junto al otro, habiendo logrado sacar a Louis de ello, sin dirigirle la palabra, claro.

Daniel intenta hablar y Jay le calla más que furiosa.

Sabe que está ardida y debe sentirse con una agria sensación en el pecho. Una que la está lastimando.

- Johannah, Daniel, hablemos como gente civilizada.

- Ella no me deja ni hablar!

- No mereces que te escuche, maldito!-

- Ves!, uno intenta explicarse y tú...

- No me importa!, no hay explicación!

- La hay, Johannah! Mira...

- Cállate Daniel!, eres un maldito infeliz!, infiel!, te va a podrir en el infierno. Se te van a podrir los...

- Basta ambos!!- Gritó el rizado. Resopló arto de los gritos aporreando sus manos en el escritorio, viendo severo a ambos adultos. - Jay, has dejado que Daniel diga algo aunque sea?-