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Se sentó en rendición después de los primeros quince minutos, con Mark ya habiendo tomado la botella de whisky que renovaba orgulloso cada mes pues no era un gran bebedor.

Jay se sostenía del escritorio mientras su jefe le apuntaba con furia gritándole quien sabe cuanta cosa más que él no se tomó la molestia de prestar atención, pues por qué, sinceramente no tenía caso.

Su jefa tenía cuatro meses de embarazo.

Daniel Deakin era su nombre.

Jay llevaba frecuentando con él desde hacía un año, según lo que Harry sabía. Él trabajaba como el asistente de ella en la empresa.

Cabe recordar que la empresa Tomlinson es inicialmente de Mark, más él mismo, al casarse con Johannah le otorgó el cincuenta por ciento de las acciones de esta.

-...y seguro toda la maldita empresa ahora lo sabe!, seguro soy el hazme reír!, pues si se han burlado en mi cara!- Los ojos de Mark estaban excesivamente rojos; el rizado creía que no solo se debía a la furia contenida, si no al llanto también.

- Mark, por favor. Solo escúchame....

- Qué voy a escuchar, Johannah!?, dime, cuál es la maldita excusa!?... Cuánto tiempo has estado haciéndome esto!?, Huh.- La castaña negó y seco sus lágrimas tan cansada de tanto gritar, tomó asiento y respiró hondo mirando al rizado que enseguida se enderezó hacia ella.

- Necesitas algo?- Le preguntó.

- Un abogado. Eso necesita.- Respondió su jefe, tosco y fiero, tomando un gran trago de whisky y asentando el vaso de cristal con fuerza en su escritorio.

- Mark.- Sus verdes entornados le miraron fulminantes mientras se colocaba de una manera defensiva a Jay.

- Qué!?... Ella me ha engañado, Harry!, no puedes estar de su lado.- El rizado suspiró asintiendo pues aunque ya sabia acerca de Daniel, jamás estuvo de acuerdo con ello. Jay lo sabe, cuantas veces intento decirle que hablara con Mark, que no era justo para el, que no debía hacerle eso a su esposo, al padre de sus hijos...

- Pero esta embarazada!, Dios. Date una idea de la presión que ha de sentir en este momento... Qué tal si fueran tus hijos...

- Ese es el problema!, que no lo son. Joder.- Gruñó histérico. Harry negó levantándose al final de esa bonita silla de cuero, cómoda por cierto, y vio de reojo a su jefa que respiraba ampliamente, pues no es que fingiera, todo eso le afectaba.

Resopló arto de todo el griterío de ambos y se cruzó de brazos viendo fijo a Mark.

- Qué ganas con seguir gritándole?- quizo saber. El hombre le miró severo queriendo decir muchas cosas atropelladas que no le llevarían a ninguna parte, más prevaleció su silencio. - Exacto.- Respondió por el. - Bien, después de todo esto, obviamente se van a separar, no es así?- Ambos se miraron aún muy confusos, y aunque en primer lugar, Mark hubiera dicho que así sería, sus ojos más rojos que antes lo decían todo, su corazón estaba roto.

Johannah al contrario, le dolía en demasía todo lo sucedido, sobre todo el ver la cara de sus hijos, la expresión de aflicción y desesperación de cada uno por no saber el futuro que le deparaba a sus padres; lo sabe por qué el las vio también.

Sus niñas incluso temblaban a cada grito de su padre hacia su madre y Louis, oh Louis; palideció frágil viéndose envuelto en una realidad de la vida misma, saliendo de esa burbuja de perfección en la que le habían criado.

Los Tomlinson "Larry"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora