CAPITULO 18

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198?
Estaba obscuro, unos ojos grises me miraban, fuego, dolor, gritos, un destello verde y luego el desgarrador gritó.....de mamá.

Abrí mis ojos en busca de algún signo de vida, voltee a mis alrededores pero los únicos pares de ojos eran los de mis peluches y juguetes, pase una mano por mi frente, pude sentir un poco de humedad cayendo de mi frente, había estado sudando durante toda la pesadilla, y también llorando al parecer. Quite mis cobijas destapandome, baje mis pies, el frío del suelo recorrió toda la espalda y erizo mis bellos, camine por el suelo helado hasta la puerta de mi habitación a tanteo la que abrí cuando sentí la manija.

Asome mi pequeña cabeza por esta, pude ver el obscuro y tenebroso pasillo, todo estaba en silencio, hasta cierto punto perturbador, camine poco a poco hacia los escalones y pude ver una luz tenue en la planta de abajo.

Baje las escaleras con cuidado de no caerme, cuando estuve en la planta de abajo comencé a caminar hacia aquella luz, que al parecer provenía de la cocina.

Conforme me acercaba podía oír voces conversando, otra luz más intensa empezó a acercarse hacia donde me hallaba, me asuste y me escondí en una cortina, cuando me di cuenta no era solo una luz, más bien se podía describir como una bola de luz intensa blanquecina qué pasó a mi lado a una velocidad impresionante y salió por la ventana que estaba al lado de la puerta principal. Me acerqué a la cocina y escuche la voz de mi mamá, lo cual me tranquilizo por qué estaba bien y nada había ocurrido.

—Sabes es más complicado que eso....

—No puedes entonces permitirlo.

—Pues no encuentro otra salida—asome mi pequeño ojo entre la puerta emparejada, mire la cara de preocupación de mi mami y mi tío, fruncí el ceño al escucharlos, no sabía de que hablaban pero no era bueno, sus expresiones lo decían todo.

—Yo...ya no se que más hacer Reg.

—Mami—hable bajito, ambos voltearon la cabeza, lograron verme a pesar de la oscuridad y por arte de magia la cara de mamá se iluminó, se acercó a mi con una sonrisa de lado.

—Pequeña ___—abrió la puerta y me dejo pasar—. ¿Qué haces aún despierta?

—Tuve una pesadilla—restregué mis ojos debido a la luz que ya era más notoria—. Tengo miedo—susurre con la cabeza entre mis piernas, llorando.

Mamá me llevo en brazos hasta una de las sillas, me sentó y mi tío me observaba con una sonrisa que no llegaba a sus ojos.
—Si te preparo tu chocolate caliente ¿estarás más tranquila?—asentí, más tarde una taza con bombones y un líquido cafe estaba entre mis manos—. ¿Mejor pequeña?

—Deberíamos hacer algo con los monstruos debajo de tu cama ¿eh?—reí levemente al escuchar la broma de mi tío

—Bebé esto y te aseguro que ya no tendrás esas pesadillas de nuevo—me hablo mamá.

Termine de beberlo, mamá me cargo y llevo hasta mi cuarto donde me tapo nuevamente con mis cobijas. Canto para mi como cada noche que tenía ese tipo de pesadillas.

Cuando cerró la puerta una lagrima diminuta callo por su ojos izquierdo y me sumí en la obscuridad otra vez.

La Black que se enamoró de Potter Donde viven las historias. Descúbrelo ahora