CAPÍTULO 5

10.4K 805 146
                                    

Desperté con el cálido fuego frente a mí, sonreí tan solo de recordar mi varita. En aquel momento no sabía lo feliz e inocente que era, porque después llegó el desastre, en el momento que entre a Hogwarts, ya no fui la misma.

Apoye mis brazos en la alfombra que se mantenía calientita por la cercanía del fuego, y me senté sobre mi cojín.

Talle mis ojos bostezando quitando los restos de basura que quedaban cuando despiertas. Las chicas aún dormían, una en cada sillón, y no quería despertarlas. Siendo lo más sigilosa posible, me reincorpore estirando mi cuerpo y tronando mi espalda para aliviar la tensión. Mi mirada viajo a la ventana, la luna estaba en su máximo esplendor, el cielo todavía estaba muy obscuro, así que no podía calcular la hora, tal vez ¿las doce?, ¿la una de la mañana? Quien sabe. Pero era tarde.

"Debes ser paciente"

Una voz en mi cabeza me sobresaltó, no había nadie aquí.

¿De dónde vino eso?

Por si poco la puerta se abrió (bueno el retrato) asustándome.

Por inercia pegue un brinco de la sorpresa y tropecé con mi cojín cayendo para atrás. Caí sobre algo blando, por un segundo pensé que se trataba del sillón hasta que sentí dos manos sobre mi espalda empujarme con fuerza en dirección contraria (ahí me di cuenta de que eso blando era Hermione) y ahora iba en dirección a Ginny. Intenté evitarlo mas el equilibrio no estaba a mi favor.
Le caí encima a mi pelirroja amiga que al igual de asustada que yo, me apartó de su cuerpo, enviándome directamente al suelo, dejándome con un adolorido trasero.
—¡____!—me gritaron ambas molestas—. ¿Qué haces?

—Disfrutó de la sensación del piso en mi trasero—repliqué con sarcasmo, ambas me fulminaron, rodé los ojos—. Me tropecé, ¿qué problema hay con eso?—sus expresiones enojadas era graciosas y lance una pequeña risa, no lo hice a propósito aunque admito que fue divertido verlas enojarse. En realidad, sino fuera porque ahora me están viendo con cara de asesinas maniáticas me hubiera carcajeado.

Salvada por la campana, Hermione me iba a reprender de nuevo, cuando por la puerta apareció: un pelirrojo y un azabache.

Vaya chica. Tenía que aprender a controlar ese carácter, admito que no era la mejor para reprochárselo, yo no me libro, pero al menos no era tan bipolar.
—¡Chicos!—gritó Hermione con una sonrisa de alivio, emocionada se lanzó a abrazarlos mencionando una y otra vez lo preocupada que estuvo por ellos, distinguí un leve sonrojo en las mejillas de Ronald Weasley. Ginny al instante que vio a los chicos me tomó de escudo protector intentando esconderse detrás de mi.

¿Ahora esta qué?

Ya calmada de saber que sus amigos estaban bien, sanos y salvos—. ¿¡Donde habían estado?!—los regaño.

Debería tomar una terapia de relajación.

—Es complicado...—respondió el pelirrojo secando las manos en su pantalón.

—Tengo tiempo—con una ceja arriba, la castaña prosiguió, parecía bastante determinada a continuar ahí hasta que les sacara la verdad a esos dos.

—Hermione, enserio es complicado, parece que alguien no me quería aquí—hablo Harry, rodé los ojos por inercia al oírlo hablar. Eso era ridículo. Al mismo tiempo mire de reojo a mi pelirroja amiga que seguía encubriéndose conmigo.

—Ve con tu enamorado Ginny—le susurré burlona, a cambio recibí un golpe en la nunca—. ¡Auch!

Ginny jalo mi playera para esconderse en cuanto noto las demás miradas de los demás en nosotras, me estaba irritando mi cuello.
—¿Quienes son....—Ron me reconoció al mirarme—tú eres....—río nervioso, quite las manos de Ginny un poco brusca.

La Black que se enamoró de Potter Donde viven las historias. Descúbrelo ahora