CAPITULO 11

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Apenas llegamos me dirigí a las escaleras dispuesta a irme a dormir cuando la voz de Harry me detiene.
—___—me voltee fulminándolo, estaba cansada y YA quería irme—. ¿Vas a decirnos que te pasó?

Hermione y Ron me miraron intrigados analizándome con la mirada sin entender de lo que iba la pregunta, baje de los pocos escalones que llevaba, caminando unos pasos hasta llegar a un sillón para recargarme.

—En parte creo es cierta tu historia, lose, mas ese golpee en la frente no se explica muy bien.
Volteé mis ojos molesta.
—Soy torpe,—aclaré— bastante, cuando tuve los pastelillos en mis manos y los terminé, por escuchar esa extraña cosa que no tengo idea de que es, me tropecé con el agua que por cierto, no vi, dando como resultado esto—señalé la herida— cuando llegaste ya tenía un golpe y a ti ayudándome— estaba completamente loca si les contaba la verdad ¿qué les iba a decir?

<<Oigan que creen, escuche una cosa arrastrase y como tonta la seguí, después alguien me golpeó en la cabeza, no se porque pero me desmayé>>
En absoluto. No, no iban a creerme.
Cómo había sido posible eso, el que alguien me lastimo sin razón, además de que no estaba segura de que fuera así, todos asintieron con un poco de cautela pero ya no insistieron en el tema.
—Bueno....hablando de lo que acabábamos de ver, ¿tiene alguno de ustedes idea de lo que habla?—preguntó Harry. Esto no parecía acabar pronto así que rodeé el sillón y me acomode en el.

—Puede que.....—calle, era un juego hasta donde sabía.

—Vamos, dinos, es lo mejor que podemos saber hasta el momento—insisto Ron, suspire resignada.

—Es una absurda leyenda—rodé los ojos.

—Mejor eso que nada—encogió sus hombros.

—La...cámara de los secretos.

—¡Pero claro, como no se me ocurrió!—exclamó Hermione.

—Perdón pero no entiendo, ¿de qué hablan?—preguntó un Harry con una mueca de confusión.

—No se con exactitud, oí hablar de ella hace mucho tiempo, en realidad no tengo mucha idea—explique— si no mal recuerdo tiene que ver, con los....sangre pura.

Estaba sentada a lado de Hermione y la clase de McGonagall había empezado.
—Hoy veremos la transformación de un animal—apuntó a una pequeña rata sobre su escritorio,— en una copa de vidrio, Feraberto—cuando lo toco tres veces pasó lo mismo que nos dijo—. ¿Alguien más quiere intentarlo?

Sin esperar respuesta alguna se dirigió a Ron para motivarlo a intentar, no muy alegre acepto y apuntó a su fea rata, una copa de vidrio con cola apareció, no pude evitar reír y no fui la única, no era algo que veías todos los días. Aunque esa risa provocó un poco de molestia en mi frente, Hermione había ayudado a limpiar la herida una vez nos retiramos a dormir, pero eso no quitaba que dolía.

—Creo que debería cambiar su varita señor Weasley.
Hermione levantó la mano con la rapidez de un rayo.
—¿Qué tramas?—le susurré.

—Tu espera y verás.

—¿Si?, señorita Granger—McGonagall le otorgó la palabra

—¿Podría hablarnos de la Cámara de los Secretos?—pidió está, el brillo de asombro se asomó en los iris de casi todos los presentes, muchos otros susurraban. La profesora dio una mirada de duda, no era sencillo contar pero al final cedió.

—Como ustedes sabrán los fundadores de esta escuela fueron cuatro importantes personajes: Godric Gryffindor, Rowena Ravenclaw, Helga Hufflepuff y...Salazar Slytherin. Entre esos cuatro siempre habían una buena convinvencia excepto por uno.

—Es obvio quién es—susurre a Hermione, me devolvió una mirada con un cállate bien plasmado.

—Salazar después de un tiempo, comenzó a creer que la escuela solo debería enseñarse a aquellos dignos de ella, los sangre pura. Cualquiera que no fuera uno, no era digno, solo aquellos puros podían aprender el noble arte de la magia—suspiró— se dice que cuando su idea fue rechazada, se retiró pero fue capaz de crear un lugar aquí dentro del castillo, para poder desarrollar un plan, que se desconoce hasta la fecha—calló por un momento y prosiguió.
>>Ese lugar, ahora es conocido como la cámara de los secretos, está cerrada y sellada, esperando que algún día su legítimo heredero abriera la cámara, una vez más....

—Profesora—la llame alzando la mano, con un asentimiento de cabeza me dio la palabra—. ¿Alguna vez la encontraron?

—Buscamos por todo el castillo y dicha cámara parece no aparecer, pero se dice que existe dentro de ella un gran peligro.

—¿Y qué es lo que oculta la cámara?—pregunte intrigada.

—Se dice que es una criatura que solo el heredero puede controlar y que es....el hogar de un mounstruo—todos permanecieron en silencio y la tensión en el salón se pudo palpar a simple vista.

Salimos del salón y Ron fue el primero en hablar.
—Es evidente quién es el heredero ¿no creen?

—¿Crees saberlo?—rodee los ojos, su superstición estaba al tope, no confiaba en su criterio, necesitaba algo más que solo su instinto afirmando conocer al heredero

—Es muy obvio: Malfoy, porque el siempre a detestado a los no puros y además dijo que tú serás la siguiente—miro a Hermione.

—Ni siquiera sabemos si eso es cierto—respondió ella.

—Crabe y Goyle deben saberlo, ¿por qué no se lo preguntamos?

—Es muy arriesgado—comentó Harry.

—Existe una manera—interrumpió Hermione— el problema es que es es muy arriesgada y romperíamos millones de reglas, creo que casi todas las reglas.

—¿Cuál sería?—curiosa como siempre pregunté. Tenía que aprender a controlar eso. Hecho una mirada fijándose que no hubiera nadie cerca y nos llevó a un lugar apartado.

—Existe una poción, una capaz de cambiarnos de apariencia, podríamos ser ellos sin que sepan que en realidad somos nosotros.

—Eso no es posible...¿o si?—pregunte intrigada.

—¿Y cuál es?—preguntó el pelirrojo con la ceja levemente levantada.

—La poción multijugos.

—¿Cuánto tardaría en estar lista?—pregunto Harry.

—Un mes.

—Es demasiado tiempo Hermione en ese tiempo el podría atacar a otros.

—Si, pero también es lo único que tenemos—sentencié.

La Black que se enamoró de Potter Donde viven las historias. Descúbrelo ahora