La Black que se enamoró de Potter

CAPITULO 33

1972

—¿Qué intentabas?—sostuve mi pecho con la palma de mi mano, sentía que el corazón se me salía, a Black se le había ocurrido la gran idea de abrir el libro que había provocado el sonido en el estante.

Gracias a eso una quemadura se había colocado en mi cuello en el instante y ahora tenía una cicatriz de fuego, claro que había intentado advertirle.

"—Te e dicho que no, es que acaso ¿eres idiota?
—No va a pasar nada."

Pero no escuchó ni un comino de lo que dije y ahora yo estaba chamuscada. Yo creo que si decía SECCIÓN PROHIBIDA no era por que a Dumbledore se le había ocurrido colocar los libros de unicornios ahí.
—Eres un gran...idiota.

—Uno muy guapo y atractivo—rodé los ojos, tenia 12 años y su ego ya estaba por los cielos.

—Engreído.

—Déjame revisar.

—Ni de chiste—me ignoró(otra vez) y se acercó hasta mi, toco mi herida, respingué.

—!Auch!—Lo fulmine pero el hizo caso omiso y siguió enfocado en la herida.

—Tiene una forma bastante extraña—me aviso—. Es como si una punta de estrella se hubiera plasmado pero solo está la punta.

—Si es una maldición, juro que si muero o es alguna clase de conjuro tenebroso, vengo desde la tumba a matarte, te reviviré y después te remataré una vez más.

—¿Te han dicho que eres encantadora cuando te enojas?

—¿Te han dicho lo irritante que eres?

—Tantas veces que ya ni las cuento—sonrió pillo y pude fijarme en sus ojos con mas detenimiento. Eran grises y bueno quien odiaba alguien con ese color de ojos.

—Eres un dolor de cabeza—aparte su mano de la quemadura—. Creo que fue suficiente acción por un día, es claro que debo de estudiar y tú volver a ser el lacayo ese de Petter.

—¿Petter?

Gruñí.
—Potter, Petter, es lo mismo.

—Ya veo por que eres Slytherin.

—Puedo decir lo mismo, Gryffindor.

—¿Puedo volver a verte?—preguntó serio, negué con la cabeza.

—¿Te gusto?—reanudó el gesto. negó la cabeza.

—Me gusta el peligro, y según mi opinión, la de todo un experto, digo que veo en ti muchos futuros problemas.

—Estás zafado de la cholla.

—Bueno eso claramente es cierto, entonces ¿qué dices...,volveremos a vernos?—respondí con una mueca, gire sobre mis pies y me fui sin dedicarle una palabra más o una mirada, no se lo qué pasó, ni yo lo sabía.

>>Calma Kara será la última vez que hables con el con algo de suerte.<<