La Black que se enamoró de Potter

CAPITULO 26

—¡___!—desperté alerta al escuchar mencionar mi nombre tan alto.

—Ya, estoy lista—mire a todos lados buscando la razón de mi "buenos días" pero todas las camas estaban vacías, fruncí el ceño y mire al frente. Salte en mi lugar—¡Profesora!—sonreí inocentemente— ¿a qué debo su agradable visita? Le han dicho que luce fabulosa en ese sombrero.

—Deja los juegos para después Yaxley—me miró en reprobación la profesora McGonagall, con su atuendo particular, me encogí ante su mirada— vístete, debemos buscar a tus amigos—asentí y salió de la recámara apresurada.

Me vestí lo más rápido que pude con el uniforme y salí tras ella, estaba esperándome en la sala común moviéndose de un lado al otro como si algo hubiese ocurrido, lo más seguro es que fuera así.

—Lo lamento profesora, ya estoy aquí, puedo saber ¿qué sucede?—me miro seria y con algo de ¿lástima?

—Solo...sígueme—y así lo hice, salimos directo al comedor en donde busco con la mirada a alguien, pero negó con la cabeza, yo solo la seguía en silencio, tenía la impresión de que si decía una palabra explotaría de cólera o ansias, no sabía que pasaba, no podía ni imaginarme una pequeña situación que se asemejara, PERO era de verdad indignante esa mirada de lástima, odiaba ese tipo de expresiones, no obstante, no me quedaba de otra más que esperar, logramos encontrar a Ron en la....biblioteca excusándose de haber estado buscando un libro, vaya que era idiota ¿qué mas podría buscar en una biblioteca?.

Dudaba que la profesora le creyera pero no hizo más que ignorarlo y ordenar que nos siguiera. Era más que obvio que Ronald había decidido irse a tomar una buena siesta en un lugar callado, además tenía una gran marca de la carátula de libro en su rostro, menos obvio no pudo ser.

Siguió a la maestra junto conmigo, ambos callados, me miro pidiendo una explicación a lo que me encogí de hombros,no sabía la respuesta.

—Solo falta Potter—se dijo a si misma, continuamos siguiéndola hasta el campo de quidditch, donde los jugadores salían del campo en el momento exacto que llegamos algo enfadosos, más Wood.

—Profesora McGonagall—abrió los ojos sorprendido— tuvimos problema.

—Lose, yo cancele el partido—todos los chicos y chicas se sorprendieron tanto como su capitán— necesitó que el señor Potter me acompañe—este asintió.

—Pero Profesora ¿por...

—Hablaremos luego Wood necesito que regresen a la sala común—sin más la profesora dio media vuelta continuando su camino, la seguimos unos pasos más detrás y nos mirábamos sin entender que sucedía.

—Escuchen esto podría ser fuerte, no se como reaccionen pero deben saber que es necesario—nos miramos extrañados, se detuvo frente a la puerta de la enfermería y sabía lo que venía a continuación. No era bueno. ¿De qué se trataba todo esto?

Entramos. A lo lejos pude identificar una cabellera castaña, quería equivocarme, vaya, lo anhelaba. Entre más nos acercábamos mi temor se iba volviendo realidad, para cuando nos dimos cuenta ya estábamos frente a la la camilla.

—Ayer fuer encontrada en la biblioteca—mi cuerpo se tensó.

—Hermione—Harry susurró, acercándose a su costado.

—¿Qué sucedió?—pregunte sin dejar a mi amiga castaña que ya hacía inerte y sin rastro de expresión, solo una mezcla de sorpresa y miedo. Sabía que estaba petrificada pero era casi como verla muerta y una sensación de dolor y pesar se instaló en el centro de mi pecho.

—Aun no lo sabemos con exactitud, la señorita Granger fue una de las afectadas.

—¿Una?-1pregunto Ron confundido.

—La señorita Clearwater también—asintió comprendiendo—. ¿Alguno de ustedes sabe la razón por la cual Granger se encontraba en la biblioteca a altas horas de la noche?—Harry y Ron negaron, yo no—. ¿Señorita Yaxley?

—Desconozco la razón—permanecí neutra.

—Bueno—acepto con duda— en su mano traía esto, ¿tiene algún significado para ustedes?—voltee hacia ella y nos mostró un espejo—. Lo sostenía cuando llegó aquí—los tres negamos la cabeza y asintió suspirando al mismo tiempo.

—Pueden permanecer aquí.....entiendo que es difícil para ustedes—dicho esto camino hacia la salida y en todo el salón lo único que se escuchó fue el eco de la puerta al cerrarse.