54: "Última oportunidad"

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Capítulo 54 – “Última oportunidad”

Cuando te dan una oportunidad debes tomarla sí o sí, aunque nunca sabes si esta será buena o no, no hay que quedarse con la duda. Puede que las cosas vayan a ser mejor, nunca sabes. Pero debemos de ser cuidadosos, no mandar a la basura tan rápido esas oportunidades. Aprovecharlas como si fueran las últimas. 

El reloj brillaba como si fuera el mismo sol, no podías verlo por mucho tiempo porque te acandilaba pero al mismo tiempo no podías dejar de mirarlo. Además de brillar el reloj aventaba arena, lo supe por el como esta se veía a la luz del reloj. 

Mi mano no se estaba haciendo polvo, sino que era arena, arena de tiempo. No dolía en sí, solo sentía miedo de saber si toda yo me iba a convertir en eso. 

- ¡Ayúdame! – le imploré - ¿Qué esta pasando?¡Ayúdame! – le imploré nuevamente, ella seguía como poseída viendo el reloj sin darse cuenta que yo me estaba convirtiendo en arena. 

- Te han dado una oportunidad, aprovéchala – dijo sin voltear a mirarme. - ____ no lo arruines – 

Escuche el ruido de mi cabeza al rebotar contra el suelo, no sabía como había llegado hasta ahí y la arena me afixiaba, nosé si ya me había convertido en eso y solo mi cabeza era la que faltaba o si me había imaginado todo. Pero lo último que ella me dijo seguía taladreandome, no lo arruines. 

Los murmullos se hacían cada vez más altos, seguía insistiéndole a mis parpados que se abrieran pero pareciera que tuviera piedras, piedras muy pesadas que impedían abrirlos. Después de insistirles tanto estos se pudieron abrir, no mucho, si me veías podría decirte que los tendría cerrados, pero fue lo máximo que estos se pudieron abrir. 

Las imágenes se fueron haciendo más claras, pude ver la silueta borrosa de mi mamá sentada en el sillón que estaba al costado derecho de mí, lentamente gire mi cabeza, pueden llamarme loca, pero me dolio mucho moverla e incluso seguir con los ojos abiertos. Vi a Marissa y a Louis, Niall también estaba ahí, de hecho todos lo estaban. Incluso Harry.

Quería hablar pero había olvidado el como hacerlo. No sabía el como había llegado ahí y tampoco el porque me sentía tan jodidamente débil.

- ¡No, es mi turno de hablar con ella! – escuche a Niall hablar. Ya lo podía ver claramente, empujaba a los chicos fuera de la habitación. – Es mi turno – finalizó y cerró la puerta.

- Son unos tercos, no les hagas caso – para eso yo ya había cerrado mis ojos y aguantaba las ganas de no reírme. Sentí su fría mano hacer tacto con la mía causándome escalofríos. - ______ - su mano acaricio la mía.

- ¿sí? – dije. El me soltó rápidamente, abrí los ojos y lo vi a él parado en el sillón y con la mano en el corazón. No pude aguantar y empecé a reírme.

- ¿_____? – su cara se le ilumino. Se acerco lentamente y con su dedo índice toco mi mejilla. Yo seguía riéndome, parecía un niñito completamente asustado. 

- Oh estúpida – se abalanzo sobre mí. – No sabes que susto nos has causado – beso mi mejilla – Pense que ya nunca te podría abrazar, te extrañe tonta – revolvió mi cabello. 

- ¿Pero que estás diciendo? – pregunté.

- Llevas así casi un mes – 

-Se acabo tu turno duende – Louis ya había abierto la puerta. - ¡Despertó! – gritó. Niall no dejaba de abrazarme y ya tenía una fila de espera detrás de él. 

- Eres pervesa – susurró Marissa a abrazarme. – Tenía mucho miedo,y aún lo tengo, no te quiero perder. 

Es raro, cuando estás a punto de morir de repente toda la gente te quiere. O más bien te demuestra que te quiere. Pero mi pregunta es ¿por qué no lo hacemos siempre? Decirle a las personas lo mucho que las queremos, y no esperar hasta el final para hacerlo. ¿Por qué hasta el final? Empecemos por el principio. 

Ya todos me habían saludado o abrazado excepto Harry que seguía al lado de la puerta. 

- Que bueno que ya estés bien – dijo y luego se retiro de la habitación. 

- ¿Qué le ocurre? – le pregunté a los chicos. Ellos alzaron sus hombros. 

Ni siquiera me dijo Hola, se supone que soy su novia ¿no? O ya no lo soy.

Estaba viendo la tele sola ya. Era de noche y ya todos se habían ido excepto mamá que se había quedado dormida en el sofá le insisti que se fuera a la casa pero ella insistía en quedarse. April, ella sigue internada, ya le están haciendo quimioterapia. Y no tardaran en hacérmela también, o eso es lo que creo. Lo más probable es que ya todos se hayan dado cuenta de lo que había tratado de esconder. Pero espero que esto no haya sido así.

-¿Podemos pasar? – preguntaron del otro lado de la puerta. 

- Pasen – dije sin ganas. 

Niall y Louis entraron tímidos, y con una sonrisita culpable en sus rostros. 

-¿Qué hicieron? – Ellos se sentaron y volvieron a sonreír de la misma forma. – Niall, Louis. ¿Qué hicieron? – 

- Le dijimos a Harry – dijeron al mismo tiempo

-¡¿Qué?! – Se miraron mutuamente. – ¡Prometieron no hacerlo, par de idiotas! ¿Porqué le dijeron? - golpee mi almohada.

-Lo debíste haber visto _____ - dijo Louis

- ¡JURARON NO HACERLO! – la sangre me hervía y se iba atascando en mi cerebro. – ¡Se supone que yo lo haría! –

- ___...

-Ahora ya no me quiere – eso último ya había salido como un sollozo, era obvio que ya no me quería que ya no querría salir con ____, la enferma. – Los odio. 

- Si te quiere, solo está enojado – Niall trató de consolarme. 

- ¿Te parece? – pregunté sarcástica - ¡Ni siquiera me abrazó Niall! ¡Se supone que soy su novia! – 

- _____, ha dormido aquí todos los días – ahora hablo Louis

- ¿Enserio? – pregunté incredúla.

- Sí, no ha querido alejarse ni un rato de ti, ya se le pasará – 

Sigo esperando que ese ya se le pasará llegué, no ha venido a visitarme y yo no puedo ir a verlo aunque quisiera, no se cuanto tiempo estaré aquí.

Mi cabello ha empezado a caerse. Soy horrible.

La quimioterapia consiste en pasarme un tipo medicamento por las venas. ¿Qué sí es doloroso?. En sí, es como estar enfermo de un resfriado, te sientes débil y con sueño, incluso nauseas. Te sientes enfermo. Me asusta sentirme así el resto de mi vida.

- Hola – 

- Hola – dije. 

- ¿Cómo estás? - preguntó luego de sentarse en mi cama. 

- ¿Por qué no has venido? – pregunté. – ¿Te parezco tan repugnante ahora? – tenía demasiadas ganas de llorar pero no podía permitir que el me viera llorar. 

- Claro que no _____, eres hermosa – Mentira. 

- ¿Entonces? – pregunté. – Ya no quieres ser mi novio ¿cierto? – El rió.

- No entiendo porque no me dijiste – dijo él aún con la mirada fija en el sofá del frente. 

- No me ibas a querer así Harry – 

- Me vale un bledo tu pu*a enfermedad ______- volteo a verme. – Es solo que me enoja que se lo hayas dicho a todos, excepto a mí – Me quede callada, tiene razón al estar enojado. 

-¿Entonces? – 

-¿Entonces qué? – preguntó.

- De nosotros – 

- No sé – dijo. Ahora sí que tenía ganas de llorar. El ya no me quiere, y nunca más volverá a quererme. Lo sabía.

Please...don't forget meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora