- ¡Llegué, llegué! – grita Marissa al entrar a mi habitación.
- ¿Traes lo que te pedí? – pregunto aún recostada en mi cama, inflando un globo.
Marissa hace una mueca.
- No me digas que n…
- Caíste – rió - Aquí está tu… – sale por la puerta y entra nuevamente pero ahora con un pastelito de chocolate en sus manos. – y tus….- Sostiene el pastel con una de sus manos y saca de su bolso unas velitas y las sacude mostrándomelas. – Y las fotos también – dice antes de que le preguntara por ellas. Palpa su bolso señalando que ahí están y sonrié.
- Gracias – digo sincera.
Susi, mi enfermera de toda la vida, también esta ayudándome con los globos, la serpentina, y unas luces de navidad que quise poner alrededor de los muebles y paredes. Yo aviento confetti por todos lados, estando recostada y casi inmóvil me impide hacer muchas cosas.
May, atrajo una mesa móvil, coloco el pastel y empezó a acomodar las velitas.
- No ahí no- doy instrucciones desde mi cama del como acomodar las cosas. – Más arriba Susi - La castaña sube más las luces, las cuales tenemos que pegar con cinta. – No, así no. – hago una mueca no muy convencida, desde mi percepción, ahí no se ven bien, si solo estuvieran un poco más a la izquierda y un poco más arriba, quedarían perfectas.
- ¿Y así? – pregunta, esta en puntillas sobre un mueble y con un solo dedo sostiene las luces.
Ladeo la cabeza, mirando el como se ven desde diferentes puntos.
- Okey – digo no muy convencida. – May – susurró. – La caja – La pelinegra asiente y va al mini closet. Saca el pequeño cofre marrón y me lo deja enfrente mío.
Siempre, cuando abro aquella caja, los sentimientos salen a flote como si en esa caja estuvieran guardados bajo llave y al momento de abrirla, como ráfaga de viento, estos salen disparados hacia mí. Me llenan de ternura, de amor, de nostalgia, y tristeza en un 2 x 3.
- May, ¿te puedo pedir un último favor? – digo mientras miro lo que he hecho estos últimos días y lo que mi caja ha contenido durante muchos años. Ella es a la única que le puedo pedir esto, ya que es la única que ha visto lo que mi caja contiene. La única que sabe mis secretos, la única que me puede ayudar.
¿Qué que contiene? Ya lo saben. Cosas que pueden ser inútiles para muchos, pero para mí no. Un chupón de cuando era bebé, flores secas, cabello de mis papás, eso fue un día en que quería hacerme un adn y les corte un pedazo de cabello, etc... ¿Qué porque conservo esto? Porque más que nada, mi vida esta en esa caja, en ese cofre. Yo, yo estoy guardada en esta, en cada uno de los objetos que se encuentran ahí, ahí estoy yo.
- Lo que sea tonta – dice Marissa.
………
Niall esta compitiendo por quien se come más rápido una pila de hot dogs contra Louis. Muertos de hambre. Mi refrigerador se esta vaciando gracias a ellos.
- Idiotas – digo. Me he reido mucho estas últimas horas, han hecho cada clase de tontería, nota no los metas a todos juntos en un mismo lugar y por nada del mundo les des tequila y cerveza. Nota 2: La combinación de estas dos juntas, no es nada bueno. Incluso ya me aventaron a la alberca de mi patio trasero, estoy chorreando y tiritiando de frío.
- Hazza, lindo – cuchichea Louis, está muy ebrio. – Ayúdame ¿quieres? – dice. Su aliento apesta a alcohol y a salchicha. Y no me quiero imaginar el de Niall, con todo lo que ha comido.
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Please...don't forget me
Любовные романы- ¿Ya están juntos? - Marissa se soltó de su agarre, y nos apuntó. - ¿Qué?- dijimos al unisonó. - No- dije sonando un tanto insegura - ¿No? - dijo Harry agarrando mi mano. - No - lo miré - Casi - volteo a verme.