Lo que más deseo.

Seis

CAROLINE

Los días habían pasado, el padre de Ben no había mostrado signos de estar mejorando y eso lo mantenía en un estado de constante tensión. A pesar de que Ben quería estar siempre a lado de su padre, los asuntos de la empresa no se lo permitían.

Con el cáncer del señor Adams, Ben se había quedado por completo al frente de la empresa A&E y por lo consiguiente, sus responsabilidades habían aumentado. Su tiempo en la empresa tenía que ser mayor, aún así, Ben quería estar siempre con su papá. Y podía entenderlo, es por esa razón que siempre intentaba estar con él cuando venía de visita al hospital.

—¿Cómo se encuentra? — cuestiono cuando Ben aparece en la sala del hospital. Guardo el libro que estaba leyendo minutos atrás y tomo su mano cuando se sienta a mi lado. Él suelta un largo suspiro cuando me escucha hablar.

—Está estable — dice, pero su tono de voz no lo hace lucir muy convencido. —No hay grandes mejorías, los doctores dicen que tal vez tiene que probar otros tratamientos que no afecten tanto a su organismo. El problema es que, si intentan con un tratamiento menos agresivo, el cáncer se vuelve más fuerte.

No respondo nada porque en realidad no sé qué es lo que pueda decir. Nunca he sido buena para esta clase de situaciones. No sabía como era tener a tu padre y ver que poco a poco su salud se deterioraba. Cuando perdí a papá, fue rápido. En unos instantes estaba con nosotras y al siguiente, un accidente de auto nos lo había arrebatado.

—¿Quieres ir a casa a descansar un poco? — cuestiono al cabo de unos segundos y recibiendo una negativa por su parte.

—No, quiero quedarme con él — Responde recargándose en el respaldo de la silla, coloca su cabeza contra la pared y cierra los ojos mientras un suspiro brota. Plasmo una mueca en los labios, el cansancio era evidente en su rostro y me preocupaba que de seguir con este ritmo, la salud de mi esposo se viera comprometida.

—Tienes que descansar cariño, no te hace bien — Murmuro con cierta preocupación extendiendo una de mis manos para acariciar su cabello.

—¿Y me hace bien estar descansando en casa mientras mi padre está aquí en el hospital? — Masculla dedicándome una dura mirada y apartando mi mano de su cabello. No encuentro que responder, el tono que ha empleado ha sido demasiado duro para mi gusto.

—No quise decir eso es solo... —Intento aclarar mi intención, pero él no lo permite.

—¿Es solo qué, Caroline? Si no vas a ayudarme tal vez sería mejor que te marcharas— Abro la boca para responder, pero no encuentro nada adecuado, entiendo que esta situación lo está sobrepasando pero no lo justifica para hablarme de esta manera.

Sé que está enojado, frustrado, triste, pero esa no es la forma de tratarme.

—Tienes razón, creo que es lo mejor —Pronuncio incorporándome y tomando mi bolso. Muy internamente espero que se retracte, pero no sucede —Te esperaré en casa.

—No me esperes despierta. Lo más seguro es que pase aquí la noche. —Ben no me mira, mantiene el rostro escondido entre sus manos y cierro los ojos por un par de segundos.

No respondo, me acomodo el bolso en uno de mis hombros y me encamino hacia la salida. Eran pocas las discusiones que tenía con Ben, por la misma razón había optado por marcharme y no hacer de esto algo más grande.

El padre de Ben llevaba cerca de un mes en el hospital, eran pocas las veces que lograba que se fuera a casa, y normalmente era Chace quien lograba convencerlo.