Caroline
Tres meses después.
—¡Ben, rápido! —grito mientras suelto el libro de maternidad que sostenía entre mis manos —¡Ven aquí!
Los pasos apresurados de Ben se hacen escuchar cuando baja las escaleras y le toma escasos segundos llegar hasta donde me encuentro.
—¿Qué ocurre? ¿Te sientes mal? —cuestiona con preocupación mientras se coloca a mi costado. Tomo una de sus manos con prisa mientras la coloco sobre mi vientre.
—Siente, se está moviendo —murmuro con emoción mientras ejerzo una ligera presión sobre mi vientre para que él sea capaz de sentirlo.
—Oh —Ben baja la vista, observo como las comisuras de sus labios poco a poco se elevan, formando una sonrisa en segundos. —Es increíble.
—Lo es —concuerdo.
Habían pasado ya tres meses desde que me enteré del embarazo, ahora, estaba entrando al quinto mes de embarazo y todo parecía ir de maravilla. Las citas con el médico eran constantes, sobre todo porque queríamos asegurarnos que todo estuviera bien, que todo marchara en orden, así como lo venía haciendo.
Ben había sugerido que tal vez podríamos contratar a alguien para que cuidara de Sol cuando él estuviera fuera, según sus palabras, no quería que yo me esforzara demasiado por cuidar de ella. Está de sobra decir que, gracias a las hormonas y a su comentario, el pobre estuvo a punto de dormir en el sillón esa noche.
Sabía que era un embarazo delicado, pero no quería perderme los meses de crecimiento de mi hija, quería estar con ella porque sabía que simplemente era algo que no se repetiría.
Unos llantos se escuchan a través del monitor que se encuentra a nuestro costado y Ben deja caer su cabeza en el respaldo del sillón en donde nos encontramos sentados.
— El deber llama — dice haciendo una mueca, suelto una risa y él se incorpora para regresar escaleras arriba. Decido seguirlo ya que no tengo nada mejor que hacer así que subo con cuidado las escaleras hasta detenerme en la puerta de la habitación de mi hija.
Para cuando llego, el sostiene a nuestra hija contra su pecho mientras camina por la habitación. Para ser casi medio día, Sol estaba bastante atrasada con la siesta.
—Deberías dejar que despierte —Ben voltea en cuanto escucha mi voz —Porque de lo contrario no va a dejarnos dormir —bromeo.
Él sonríe.
—Bueno, creo que en eso tienes razón —pronuncia. Sol se despega del pecho de Ben y me mira, su cabello parece hacerse cada vez más rojizo con los meses, y su piel incluso más blanca si eso es posible. Nuestra pequeña era toda una belleza, no había ninguna duda sobre eso.
Me acerco hasta donde ellos se encuentran con una sonrisa tirando de mis labios.
Mi pequeña me observa con sus ojitos y una sonrisa se posa en sus labios. Extiendo mis brazos hacia ella, cuando la tengo conmigo, la acomodo de tal manera que no me lastime y ella igual esté cómoda.
—Es bueno quedarme en casa —Murmura Ben mientras pasa una de sus manos por el cabello de nuestra hija —Me alegra pasar tiempo con ustedes, y poder ver a nuestra nena crecer.
Sonrío.
—Oh, y en definitiva a nosotras nos encanta tenerte aquí —aseguro.
—Por cierto, hay algo que quiero preguntarte —murmura él apoyándose en la cuna.
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Lo que más deseo.
ChickLitSer madre es probablemente el sueño de toda mujer. Desgraciadamente no a todas les toca cumplir dicho sueño. Caroline es una mujer independiente, bondadosa y con un ferviente deseo de ser madre. Junto a Ben, su esposo lo han intentado innumerables...