BEN
Dos años después...
Era increíble la rapidez con la que el tiempo trascurría, me sorprendía cada vez más lo increíblemente rápido que mis pequeños parecían crecer, y no podía sentirme verdaderamente afortunado por saber que estaban bien, que estábamos bien.
En la empresa todo iba de Maravilla, Connor había resultado ser un excelente elemento en la dirección, comenzaba a tenerlo más de cerca en todas las acciones importantes, si quería en un futuro expandir nuestros horizontes, necesitaría de su ayuda.
Caroline, a pesar de haber pasado ya bastante tiempo desde el nacimiento de Luke, no había deseado volver al trabajo. Aun cuando le había insistido en que podríamos contratar perfectamente a una niñera, o podría llevarlos a la guardería con ella, su respuesta siempre era la misma, quería estar presente durante toda la niñez de nuestros hijos.
—¿Temprano hoy? —cuestiona Connor cuando cruzo por el frente de su oficina, sostiene varias decoraciones dentro de una caja, por lo que deduzco que está terminando de acomodarse en su nuevo espacio.
—Me esperan en casa —respondo mientras me detengo, y camino un par de pasos para poder entrar. —¿Qué te parece tu nueva oficina?
—Sigo pensando que es demasiado —responde colocando la caja sobre el escritorio que está junto a él—no creo haber aportado tanto como los otros socios.
Me encojo de hombros.
—Eso en realidad es lo de menos —le recuerdo.
Hacía menos de dos meses que Connor había pasado a ser oficialmente uno de los socios de la empresa, era un hombre extremadamente leal, honesto y con un sentido de la responsabilidad impresionante. Su habilidad como abogado nos había sacado de más de un problema con clientes, y nos había ayudado a cerrar una infinidad de tratos comerciales, muchos más de los que yo siquiera había podido concluir.
Por eso sabía que no me estaba equivocando al momento de pedirle que formara parte de los socios corporativos.
—¿Estás seguro? —cuestiona —no quiero tener que sufrir luego algún tipo de reclamos.
—Hemos sido amigos desde hace casi tres años ¿y aún crees que puedo reclamarte algo? —cuestiono empleando un fingido tono de indignación.
Él ríe.
—Claro que no —asegura.
—Deberías ir a casa temprano también, Sam y los pequeños te deben de estar esperando —le recuerdo.
—Matt está de paseo con sus abuelos, Sam y la pequeña deben de estar bastante entretenidas como para siquiera extrañar mi presencia —murmura con una pequeña sonrisa.
—Porque no vas y lo averiguas —sugiero. —Nos vemos. —Elevo una de mis manos para despedirme, él me responde el gesto acompañándolo con una sonrisa para después concentrarse de nuevo en la caja que está frente a él.
Me despido de un par de personas más mientras camino hacia el estacionamiento, una vez dentro del auto, le envío un mensaje a Caroline para avisarle que voy camino a casa.
Su respuesta es casi inmediata, acompañada de una bonita foto en donde aparecen ella y nuestros pequeños. Las comisuras de mis labios se curvan hacia arriba mientras observo la fotografía por un par de segundos más antes de encender el auto y ponerme en marcha hacia mi hogar.
El camino es rápido gracias a la escasez de tráfico en la ciudad, así que en menos tiempo del que planee, ya me encuentro en casa.
—¡Regresé! —Los pasos apresurados apenas pronuncio la palabra resuenan por la casa, sonrío mientras me coloco en cuclillas para recibir a Sol que de un momento a otro ha aparecido por las escaleras.
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Lo que más deseo.
Chick-LitSer madre es probablemente el sueño de toda mujer. Desgraciadamente no a todas les toca cumplir dicho sueño. Caroline es una mujer independiente, bondadosa y con un ferviente deseo de ser madre. Junto a Ben, su esposo lo han intentado innumerables...