Treinta y tres. (*)

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BEN.

Habíamos regresado a la rutina de pasar varias horas despiertos en las madrugadas para poder atender a nuestro pequeño, a comparación de Sol, Luke parecía no tener un horario fijo de sueño.

Nuestro hijo era capaz de dormir durante todo el día, para después hacernos sufrir durante toda la noche, el cansancio y los constantes desvelos comenzaban a pasarnos factura.

—Oh, vaya —murmura Connor ingresando a la oficina —Realmente el pequeño no los está dejando dormir. —añade en tono de broma.

—No te equivocas —sentencio —parece que adora estar despierto en las noches.

Connor ríe.

—Es normal, tienen que encontrar su horario para dormir —murmura con calma —Matt fue así, en sus primeros meses.

—¿Cómo conseguiste sobrevivir? —pregunto.

—Así como ustedes sobrevivieron con Sol —me recuerda. Una sonrisa se posa en mis labios en cuanto recuerdo a mi pequeña, Sol parecía encantada con su hermanito, intentábamos que no se sintiera desplazada por la llegada del nuevo integrante, lo que hacía que nuestro agotamiento fuese el doble, ya que intentábamos pasar tanto tiempo con ella como con Luke.

—Con sol fue mucho más sencillo —pronuncio —ella parecía entender que sus padres tenían que trabajar.

Connor sonríe, se acomoda en una de las sillas que están frente al escritorio antes de volver a centrar su atención en mí.

—Encontrarán el modo de sobrevivir —asegura —¿Cómo está Caroline?

—Se está recuperando —informo —ha sido difícil por el hecho de que no esperábamos que fuese una operación tan delicada, su cuerpo está recuperando las energías y estoy seguro de que pronto estará completamente recuperada.

—Deberías estar pasando tiempo con ella —pronuncia.

—Lo sé —pronuncio en un suspiro. En ocasiones me sentía realmente mal por no poder dedicarles el tiempo suficiente, con los asuntos de la empresa de Chace y esta, el trabajo se convertía es doble, así que requería que pasara más tiempo en la empresa —pero no puedo hacer nada, he intentado ajustar algunas cosas, pero eso me termina dejando una agenda mucho más apretada.

Reviso la hora en el reloj de mi muñeca, teníamos una junta programada dentro de treinta minutos con un grupo de accionistas interesados en aportar al capital de la empresa, así que tenía que dejar todo listo.

—¿Por qué no vas a casa y dejas esa junta en mis manos? —pregunta Connor logrando captar mi atención. —Sabes que los números son lo mío, y tengo un poder de convencimiento increíble.

Sonrío, lo sabía de sobra. Connor era realmente bueno a la hora de hablar frente a determinado grupo de personas, poseía un espíritu valiente que lo hacía decir todo sin titubeos. Esa era una de las cualidades que más apreciaba de él.

—Lo sé —respondo. —Sé que es así, pero...

—Ben, soy capaz de sacar esa junta adelante, y te prometo que al terminar tendremos a cinco accionistas nuevos en la empresa. —asegura. —dame la oportunidad. Si ocurre algo, te llamaré enseguida.

Un suspiro brota de mis labios, si dejaba a Connor a cargo de la junta me ahorraría tres o cuatro horas de trabajo, lo que significaba que podría volver a casa más pronto de lo planeado.

—De acuerdo —murmuro. Connor hace una especie de baile de celebración que me hace reír. Abro el cajón en donde guardo los documentos requeridos, asegurándome de tener todo lo necesario antes de entregárselos. —Confío en ti, sin embargo, cualquier cosa que surja llámame y vendré enseguida.

Lo que más deseo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora