Nueve (*)

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CAROLINE

Ben se mantiene sobre mi regazo, concentrado en mirar la pantalla de su celular mientras yo sostengo un libro con la mano que tengo libre.

Acaricio su cabello disfrutando de la suavidad de este, nunca entenderé como algunos hombres logran tener el cabello muchísimo más cuidado que una mujer sin la necesidad de utilizar productos adicionales. Parece ser algo innato en ellos.

Llevábamos un gran rato de esta manera, era agradable pasar tiempo juntos, a pesar de que cada uno se mantenía absorto en lo que hacía, no había necesidad de hablar o decir algo.

La calma había parecido regresar a nuestra relación, intentábamos no discutir por pequeñeces, después de todo, estábamos atravesando algo complicado, no había necesidad de hacerlo más grande.

Habíamos comenzado ya con los tramites de la adopción, Ben había contratado a uno de sus amigos como nuestro abogado para que nos orientara sobre lo que teníamos que hacer para poder seguir con orden el proceso.

Él nos había dicho que había altas probabilidades de que lo consiguiéramos, teníamos la estabilidad requerida, y la capacidad para cuidar de un pequeño, y a pesar de que no quería formarme más ilusiones que pudieran dañarme, al final de todo lo había terminado asiendo.

—¿Irás por Chris a la escuela? —cuestiono cerrando el libro que me encontraba leyendo para poder centrar mi atención en Ben. El apaga el celular para mirarme, una leve sonrisa aparece en mis labios cuando mantengo la vista fija en sus ojos, son probablemente una de las muchas cosas que me gustan de él.

Son de un azul claro, dándole a su mirada una profundidad que es capaz de cautivarte.

—Si —responde —Chace estará en el hospital y con el abuelo de Chris rondando cerca, debemos tomar precauciones.

Una mueca de plasma en mis labios, en las últimas semanas, Chace y Ben habían estado preocupados por la presencia del abuelo de Chris. Ninguno olvidaba que ese mismo hombre había intentado llevarse a nuestro sobrino sin el consentimiento de su padre, y al parecer, es algo que Chace no perdona.

Habían colocado una orden de restricción en su contra desde hace varios años atrás, pero pareciera que eso ahora no era impedimento para que él se acercara.

No entendíamos porque hasta ahora se presentaba de nuevo ¿qué era lo que buscaba? Chris ya tiene edad suficiente como para tomar una decisión al respecto, pero me temo que para Chace, es un tanto más complicado.

—¿Tú crees que quiera llevarse a Chris nuevamente? —cuestiono. Ben suspira.

—No lo sé linda, ese hombre es bastante impredecible —responde —Chace no quiere correr riesgos, la orden de restricción aún sigue en pie. Las cosas cambiarían si Chris pide conocer a su abuelo, pero no creo que eso ocurra. Y aunque él manifestara ese deseo, no estoy seguro de si Chace va a permitirlo.

—Entiendo —respondo desviando la mirada hacia el reloj que cuelga en la pared. —¿A qué hora es la salida?

—A las dos y media —Responde cerrando los ojos.

—Son las dos —Informo. Al escuchar mi respuesta Ben se incorpora con prisa.

—La escuela está a media hora de aquí, si hay tráfico y Chace se entera que llego tarde, soy hombre muerto —no puedo retener la risa en mi cuerpo mientras lo observo en un intento apresurado por colocarse los zapatos.

—Regreso luego cariño —murmura acercándose a mí para dejar un rápido beso en mis labios.

—Conduce con cuidado —articulo.

Lo que más deseo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora