Lo que más deseo.

Cuarenta y dos (*)

Ben.

Me enorgullecía decir que después de tantos meses, las cosas parecían haber mejorado en muchos aspectos.

El proyecto de iniciar una nueva empresa había sido exitoso, habíamos conseguido a un grupo significativo de socios que estaban dispuestos a invertir en la empresa, y eso era más que suficiente.

Connor estaba haciendo un trabajo excelente en reclutar al personal que laboraría con nosotros, su habilidad de dirigir a las personas y su liderazgo nato habían salido a flote, y no podía sentirme más satisfecho con eso.

El tema de la enfermedad de Chace era algo que de igual manera comenzaba a mejorar, esta vez los tratamientos de mi hermano parecían estar funcionando, y luego de cada revisión nos acercábamos más a la posibilidad de que pronto estuviera completamente sano.

Sol y Luke crecían cada vez más, y parecía que Sol a sus escasos tres años comenzaba a desarrollar su gusto por la danza. Era adorable verla imitar a las bailarías en la televisión, haciendo piruetas y giros que nos robaban más de una sonrisa.

—Tal vez deberíamos de considerar inscribirla en alguna escuela de danza —sugiere Caroline mientras ambos observamos a Sol moverse por la habitación al igual que las bailarinas que mira en la televisión.

—Es demasiado pequeña aún, tal vez podamos esperar un par de años más antes de inscribirla —murmuro con una sonrisa. —Dejémosla disfrutar su niñez, cuando esté un poco mayor puede pedirnos ir a una escuela como esa.

—Sí, creo que tienes razón —murmura Caro sin mirarme. Luego de eso, permanece en silencio por largo rato.

La observo, ella mira a Sol con detenimiento. El semblante que tiene es serio, por lo que temo que haya podido ocurrir algo en el tiempo que estuve fuera de casa.

—¿Ocurre algo? —cuestiono luego de un par de minutos —¿Todo está bien?

Caroline suspira, no me mira de inmediato, permanece observando a nuestra hija antes de girarse hacia mí.

—Todo está bien —pronuncia.

—¿Entonces a que se debe la seriedad que tienes? —insisto.

Vuelve a quedar en silencio, niega un par de veces antes de volver a centrar su atención en mí.

—Mels vino de visita hoy —informa. —Ya sabes que su segundo embarazo está algo avanzado, y Sol parece haberse dado cuenta de eso —confiesa.

—¿Y eso es malo? —pregunto con curiosidad.

—Cuando tu prima se fue, Sol se acercó y me preguntó: "Mami ¿yo también salí de tu pancita? —Los ojos de Caro se humedecen, parpadea con rapidez antes de bajar la vista. —No supe que responder. —confiesa.

—Cielo...

—He intentado encontrar la mejor manera para responder a sus preguntas —continúa —porque sé que inevitablemente las tendrá —añade. —Cuando me pregunte de nuevo si estuve embarazada, o cuando pida alguna fotografía ¿Qué haremos?

—Linda, sabíamos que este momento llegaría —le recuerdo —probablemente está ocurriendo mucho antes de lo que pensamos, y acordamos que ella sabría la verdad.

—¿No crees que eso pueda ocasionarle algún daño?

—Encontraremos la manera de hacerlo —murmuro extendiendo una de mis manos para tomar la suya —podemos hablar con especialistas para que nos instruyan en la mejor manera de decirlo. Sol es nuestra hija, no importa la forma en la que llegó a nuestra vida y ella siempre sabrá que la anhelamos y deseamos tanto. Sabrá que la amamos de la misma manera que a Luke, no cambia nada la forma en la que llegó a nosotros. Y estoy seguro de que, si lo hacemos correctamente, ella lo entenderá.