Treinta y uno. (*)

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Caroline.

No podía creer que, en menos de dos semanas, llegaría la tan esperada fecha para poder conocer al fin a nuestro pequeño. Los últimos detalles en la habitación que Sol y nuestro pequeño compartirían estaban listos, no quedaba otra cosa más que hacer que esperar.

No nos habíamos decidido por un nombre, con tan poco tiempo nos parecía casi imposible encontrar uno adecuado para nuestro pequeño, y con la indecisión que nos cargábamos, lo hacía todo más complicado.

—No pensé que escoger un nombre fuese tan complicado —pronuncia Ben mientras mantiene su atención en las hojas de la revista de nombres que Chace le había obsequiado. —Es una tarea demasiado importante.

—Tenemos que considerar varias opciones, y luego ir descartándolas una por una —murmuro. —Será mucho más sencillo así.

—Pero ¿qué pasa si el nombre no le gusta a nuestro hijo? —cuestiona dejando de mirar la revista para centrar su atención en mí. —No quiero luego ser culpado por haber realizado una mala elección.

No puedo contener la risa, aun cuando Ben parece decirlo con demasiada seriedad.

—No te culpará —pronuncio. Ben se incorpora, deja la revista a un costado mientras adopta una postura cómoda en el colchón.

—No quiero arriesgarme —añade con una pequeña sonrisa. —No pueden esperar que escojas un nombre entre un millón —añade mientras toma la revista otra vez y me enseña el título. —¿Creen que esto es una ayuda?

—Al menos te enteras de los nombres que existen —respondo encogiéndome de hombros —quedan dos semanas aún, no creo que debamos tomarlo con prisa. —añado.

—Dos semanas es poco tiempo —debate echando la cabeza hacia atrás —¿cómo es que consigues estar tan tranquila?

Una leve risa abandona mi cuerpo. Ben parecía haber aumentado su nivel de ansiedad en las últimas semanas, cada que recorríamos alguna tienda de bebés tenía que prácticamente obligarlo a salir antes de que la comprara entera, aunque debía admitir que todas esas ansias me resultaban realmente encantadoras.

—Estoy ansiosa, y demasiado nerviosa —confieso —pero caer en desesperación por la elección de un nombre estoy segura de que no me ayudará en lo más mínimo, así que yo creo que debemos tomarlo con calma, sabremos elegir el nombre, haremos un buen trabajo.

Él sonríe, me observa por algunos segundos antes de asentir.

—Si, tienes razón —pronuncia.

—Sabes que siempre la tengo —bromeo. Él ríe, lo miro observar la hora en el reloj que lleva en la muñeca antes de incorporarse completamente de la cama. —Tengo trabajo por hacer, cualquier cosa que necesites, solo llámame ¿de acuerdo?

Asiento.

Ben deja un beso en mi frente antes de salir de la habitación, a pesar de todo el trabajo que sabía tenía en la empresa, siempre encontraba la manera de estar presente en todo este proceso.

No me había dejado sola ni un solo instante, y eso en verdad lo apreciaba, me hacía bien saber que contaría con mi esposo en todo momento.

Tomo mi celular para mandarle un mensaje a Mels, ella y Peter habían venido hace algunas horas por Sol para llevarla a dar un paseo, quería saber cómo cuánto tiempo más demorarían en llegar a casa.

"Estamos cerca, llegamos en diez minutos"

Es la respuesta que recibo a mi mensaje, acompañado de varios emoticones.

Lo que más deseo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora