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Al día siguiente la puerta fue golpeada, Alec se despertó sobresaltado mientras se daba cuenta que estaba abrazado al cuerpo envuelto en sábanas de Jace, se había dormido y había fallado en cuidar a su hermano, miró la marca del brazo que aún no había cambiado, pero suspiró relajado, había pasado una noche y no sucedió nada malo.

Escondió la daga bajo la almohada y tapó a Jace hasta el cuello mientras él se bajaba las mangas de su campera, sacó la silla de la puerta y abrió, encontrándose a la pareja con Sebastián detrás, este tenía ojeras bajó sus ojos como si no hubiese dormido.

—Hola—saludo Alec.

Mientras dedicaba una fingida sonrisa.

—Alexander ¿Cómo han dormido tú y Jace?

Había podido notar que la pareja tenía curiosidad por el rubio.

—Muy bien, Jace aún sigue dormido, hemos estados despiertos hasta tarde.

Ellos asintieron, pero no se fueron, lo miraban fijamente, como si conociera su secreto, de lo que había hecho anoche, y Alec trataba de ocultar sus nervios.

—Tengan linda mañana.

Se alejaron, sin antes que Sebastián tuviera un choque de miradas con él.

Alec y Jace se juntaron con Ragnor en la habitación de este, mientras Magnus con Raphael trataban de pasar desapercibido cortando el pelo en la sala, el modelo era un chico del pueblo con apellido Blackthorn, o eso pudo escuchar Alec.

Ahora ellos dos estaban sentados en la cama de Ragnor mientras este estaba buscando algo en su escritorio.

—Hablé con mi superior y me dio el consentimiento, Alec tú sabes de este tema pero Jace, necesitamos que abras tu mente a lo que te voy a decir.

— ¿Acaso me vas a decir que todo esto ocurre por qué es parte de mi imaginación?—preguntó— ¿Estoy en coma?

Alec le dio un golpe en la cabeza, mientras este se sobaba.

—Tu humor no es para la ocasión.

Ragnor a cambio tenía una sonrisa en su cara.

—Oh déjalo, tiene un humor tan parecido a Will, pobre de él qué en su misión no volvió más.

Los dos bajaron la mirada, sintiendo aquella tristeza en el aire.

—Pero no estamos aquí para recordar esto—añadió Ragnor—sigamos, cuando llegamos aquí habíamos venido para una misión, era darles una familia, pero ahora la luna está preocupada, la luna negra está cerca y parece que recibe ayuda de nuestros amigos.

— ¿Luna? ¿Luna negra? ¿Misión?— preguntó Jace— ¿Qué clase de plantas has fumado?

Alec volvió a darle otro golpe mientras veía a Ragnor colocar tres puñales de estatura mediana en sus manos.

—Después te contarán Jace—dijo Ragnor—mientras tanto tengan esto con ustedes, solo deben susurrar su nombre y la parte de la espada saldrá.

— ¿Acaso tenemos que convertirnos en Ninjas?

El ojiazul rodeó los ojos y levantó su mano para darle el tercer golpe, pero el rubio se cubrió mientras hacía seña de que cerraría la boca.

—Magnus estará con ustedes dos, y yo me llevaré a Raphael esta misma noche—volvió a decir Ragnor.

Los dos chicos lo miraron desconfiados.

— ¿Qué vas a hacer con Raphael?— preguntó Alec.

El hombre mostró una roca que sacó de su bolsillo, donde la marca de la luna estaba sellada, la dio vuelta mostrando una estrella pequeña.

— ¿Qué?—dijeron al unísono.

La luna había pedido por Raphael, como su nuevo recluta.

Pidiéndole a la luna. •Malec•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora