Epílogo

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5 años después

Magnus

Era hora de volver, Max le habían convencido de que era hora de que se retirará y fuera a conocer a sus nietos, al parecer Rafael unos años después había conocido a una joven en su institución logrando formar una pareja y de ese fruto nació Michael y Sophia, nombre bautizado por el segundo nombre de su hermano como el de Isabelle, quien ahora descansaba en paz. Ambos bajarían, ya que la misión de la Cat para Max era ayudar a la pareja con los dos niños, así que podrían disfrutar de los niños por algunos años, aunque Magnus ya había pedido al ser mayor el deseo de volver a estar en la tierra para pasar lo que faltaba de su vida, algo que al principio la luna no le otorgó por todo aquello que le había guardado, la mentira de sus hijos, el secreto del romance con una oscuro y la acostada con el chico Lightwood, eso la había hecho molestar muy feo, pero después de dos años la mujer volvió a acercarse y concederle el pedido por haber sido un buen guerrero con ella.

Ya era abuelo, algo que había esperado desde muchos años apreciar, no sabría con que ojos lo vería su hijo al llegar o su nuera que no sabía nada de este mundo, ya que a él los años le llegaban muy poco y aún no se veía viejo, tenía miedo de muchas situaciones allá abajo ¿Y si su nuera era desagradable? ¿Y si su hijo le ocultaba? ¿De que trabajaría? Nunca había pensado en aquello, solo había creído que estaría toda su vida sirviendo a la luna.

— ¿Ya estás listo papá?

Miró a su hijo ansioso por llegar y darle la sorpresa a su hermano, aún seguía presente sus recuerdos de cuando después de aquella misión de salvar a aquel chico volvieron arriba, Rafael había estado solo unos momentos junto a su hermano, ambos como él habían llorado por aquello, de haber estado asustado por no saber qué había pasado cuando se había desvanecido y ahora era una estrella muerta esperando su misión para finalizar caer con orgullo así poder descansar en paz, como le sucedió a Isabelle, hasta el día de ahora Magnus no podía prepararse para cuando tuviera que despedirse de su hijo menor, lloraría como si en verdad no supiera que pasaría.

—Espérame un poco.

Aún podía acordarse cuando había llegado, lo extraño que le había parecido el lugar, era muy novato pero había sido fácil aprender, como conoció a Isabelle, como le gustaba observar a la gente, se sentía cómodo en ese lugar, pero era hora de decir adiós. Sintió a su hijo colocar una mano en su hombro, dándole ánimos, el moreno le miró sonriendo a penas y asintió. De pronto apareció Raphael Santiago, aún seguía siendo el joven como le había visto, también era una estrella, pero lamentablemente no había llegado a ser un guerrero como creían sino que también era una estrella muerta, su misión como la de Max, Raphael tenía el cargo de ir a ayudar a Jace y Clarissa, una chica parecida a Fairchild, una chica del mismo orfanato de ellos, con el bebé que tenían, la luna ya había dicho que Sophia y Max, como habían nombrado al bebé Herondale, tendrían un destino unido.

—Es hora de irnos.

Como la primera vez ambos fueron transportados hasta el Loft, pero esta vez con la compañía del nuevo, todo estaba cuidado a pesar de que nadie habitaba ahí, habían estado observando a Rafa quien después de terminar la carrera se compró una linda casa cerca de ahí para compartir junto a su novia, Max parecía feliz por estar en ese lugar tocando todo como si fuera un niño y guiando a Rafael mostrándole el lugar, Max había creído que nunca más iba a volver, después de una higiene ambos partieron para dar la sorpresa a Rafa, quien debía de estar en casa, Raphael se fue por el otro caminó, hacia la casa de los Herondale. Y así fue, cuando llegaron a la nueva casa, Magnus golpeó siendo recibido por una joven mujer de piel morena y un lacio pelo, con un bebé en sus brazos de una piel más suave que la de ella.

—Hola ¿Qué necesitan?— preguntó la chica.

— ¿Podrías llamar a Rafael Bane?— preguntó.

La chica le pidió un momento para ir dentro y buscar a su esposo, ambos se quedaron sonriendo ansiosos por ver la presencia del último integrante de su familia ¿Habría crecido un poco más? ¿Ya sus rasgos eran la de un joven grande? Solo faltaba verlo y sorprenderse de su nuevo cambio. La puerta volvió a abrirse donde apareció Rafael mirándole asombrado y feliz, se adelantó para abrazarlos a ambos diciendo lo feliz que estaba de verlos otras vez, los invitó a pasar dentro llamando a su mujer para que viniera a conocerles.

Pidiéndole a la luna. •Malec•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora