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Alec.

Estaba en el lugar de entrenamientos aún con el arco que al parecer podía manipular bien, sentía un tipo de vínculo, como si fueran unidos desde hace mucho, acarició la cuerda y el metal del arco, sintiendo una paz que no había sentido nunca.

Se había sorprendido cuando había logrado dar en el blanco las primeras veces, nunca había practicado en nada parecido.

—Itzael— susurró

Sin saber en verdad porque había dicho ese nombre, cuando de pronto sintió un ardor en su mano que sostenía la parte delantera del arco y después una absorción, dejó caer el arma viendo como los dibujos de las flechas y el arco comenzaban a parpadear.

— ¡Cool!— dijo Max.

Quién hizo asustar a Alec y saltó un poco por el susto, cuándo miró el arma ya no tenía nada.

—No te asustes, es algo normal.

Sin poder articular alguna palabra Alec se quedó en su lugar sintiendo como la mano de Max se colocaba en su hombro dando golpes suaves.

—Es un vínculo que tú arma ha hecho contigo.

Le mostró su mano izquierda donde una línea recta adornaba todo el centro. Alec estaba por caer en un colapso de nervios.

—L-las armas no tienen vida.

La risa de Max hizo dudar de lo que había dicho, lo vio levantar su mano y como una espada que estaba colgada a lo lejos comenzó a brillar.

—Sabe que le estoy buscando— dijo Max— lo que me parece raro es que tú puedas hacerlo, solo los linajes de estrellas pueden hacerlo, y yo que sepa tú no eres uno.

Había cosas que no entendía lo que el muchacho decía, hablaba entre dientes, rápido y eran muy difíciles seguirle, aún no lograba procesar lo que había pasado con el arma que tenía en sus manos.

—Aunque tú puedes hacerlo si...

Después de eso escuchó gritos de emoción del chico mientras trataba de tapar su boca para que disminuyera el ruido. Alec le miraba confundido.

— ¿Qué?

—Has besado a mi papá, por eso ahora van a tener una cita— respondió Max— por eso puede hacer lo mismo que nosotros, que tonto fui, debí darme cuenta al segundo.

Alec sonrojado trató de hacerlo callar, era mucha vergüenza escuchar eso de la boca de los hijos de Magnus.

—Sabía que había algo escondido detrás de esto, cómo se miran— siguió diciendo— par de adolescentes ¿Acaso pensaron que lo tendrían escondido de mi? Soy Max Bane.

Después de unos minutos que Alec sentía ya no poder sonrojarse más y su cuerpo transpirar por todas las cosas que decía Max agradeció cuando el chico terminó y suspiró como último paso.

—Bueno por finalizar ahora tendrán una cita, con mi padre— siguió— quién es una estrella y tú un humano ¿Eso es permitido? No importa, me gusta.

El ojiazul alzó el arma que había quedado en el suelo y lo colgó en su lugar agradeciendo que el muchacho no hablara más.

— ¿Entonces me ayudarás a elegir mi ropa para la cita con tu padre?— preguntó Alec.

Esperando que aceptara porque no sabía bien que usar, la risa del chico se escuchó en toda la sala.

—Yo estoy encargado de ayudar a papá— dijo Max— tú tienes como ayuda a...

—Hola— Rafs interrumpió— ya puedes irte Max, papá te está buscando y yo debo ayudar a este chico.

Vio cómo Max caminaba hasta su hermano, le decía un par de palabras en voz baja y se iba, Alec viendo como Rafa le miraba con una sonrisa divertida comenzó a sentirse nervioso, había una tensión entre ellos dos, y no sabía si era buena o mala.

— ¿Así que has besado a mi padre?— preguntó divertido.

El ojiazul comenzando a temblar y balbucear por la incomodidad asintió.

—Eso cambia muchas cosas— agregó— ya no pasa ser una primera cita, si no una donde puede suceder algo, tu vestimenta deberá cambiar.

— ¿Q-qué?

—Cita con noche movida— dijo Rafe— sexo, acción ¿En serio?

Alec no pudo hacer más que sonrojarse hasta sentir sus mejillas arder, este chico le había ganado a Max, por mucho.

—Tendremos una conversación muy larga sobre esto— suspiró el chico— ¿Cuántos años tienes?

—Dieciocho.

El chico sonrió mientras le hacía seña de que salieran del lugar.

—Muy bien, papá iría preso si sale con un menor— bromeó.

Aunque su tono fue todo menos una broma, se le venía una tarde muy incómoda con el otro hijo de Magnus y quería por una vez en su vida ser rescatado.

Pidiéndole a la luna. •Malec•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora