(20)

304 51 24
                                    

ALEC.

Caminó por la casa buscando a Jace después de lo hablado, había sido mucho para el al parecer y había desaparecido.

—Jace— lo llamó.

Pero no recibía respuesta, tenía miedo de que cometiera algún error, cuando se lo encontró de frente, venía por el pasillo a pasos ligeros y una mirada preocupada. Cuando se juntaron ya estaba anocheciendo y se notaba a través de las ventanas.

—Lo siento, yo solo quiero que estés a salvó Jace— añadió Alec.

El rubio le hizo callar mientras miraba hacia todos lados asustado.

— ¿Dónde está Ragnor y Raphael?

Alec confundido señaló por la ventana hacia afuera, por donde se habían ido los tres muchachos.

—Ya se fueron.

Notó como Jace sacaba la espada que les habían dado y comenzaba a correr, Alec comenzó a seguirle.

— ¿Qué sucede?— preguntó Alec.

—Están en peligros, los matarán— respondió Jace.

Alec comenzó a correr más rápido entrando a la arboledas, se detuvieron para no tropezar y escuchar que sucedía alrededor, escuchando un grito, caminaron con rapidez hacía donde los habían escuchado mientras las voces en el silencio podían escucharse como eco.

—Ve por Magnus y Raphael, mata al chico cuando lo tengas.

Esa era la voz de Tessa.

—Ragnor, Ragnor, Ragnor— dijo la mujer— ¿Qué se siente saber que tu querida no vendrá a ayudarte?

Los dos se arrimaron entre los árboles, había un cuerpo en el suelo, Jem estaba mirando el cielo mientras que Tessa estaba frente al cuerpo de Ragnor.

—Debemos hacer algo— susurró Jace.

— ¡Dejen a Ragnor en paz!

Alec sorprendido volvió la mirada al frente viendo como Magnus aparecía, la luna los alumbraba como si fuesen parte de un espectáculo, los dos salieron para ayudar pero Magnus lo detuvo.

— ¡Jace quédate conmigo, Alexander cumple la misión!— gritó Magnus— pide tu deseo.

Alec vio cómo Magnus alzaba su espada al igual que Jace, quién no tenía ninguna idea de cómo manejarlo, pero hacia el intento y el comenzó a correr no sabiendo donde se dirigía.

— ¡Raphael!— lo llamó.

No podía dejar que le matarán, la luna merecía más estrellas, Raphael era el indicado para esto, sintió como una rama se rompía y alzó su espada para defenderse, pero cuando vio al moreno venir corriendo a él se calmó un poco.

—Sebastián me está siguiendo— dijo Raphael.

Alec lo agarró del brazo y comenzó a empujarlo hacia otro lado, hasta llegar a donde la luna alumbraba, debía pedir el deseo ¿Pero qué decir? No sabía cómo hacer esto, comenzó a entrar en una ansiedad.

— ¿Escuchaste eso?

De la parte derecha de las arboledas salió Sebastián moviendo una daga entre sus manos.

—Vete de aquí Alexander— dijo Sebastián— déjame terminar mi misión.

Alec corrió al moreno detrás de él, mientras alzaba la espada.

—Mi misión es está, así que deberás pasar sobre mí.

Pero Sebastián se movió con rapidez, cuando Alec se dio cuenta escuchó un jadeó por parte de Raphael y este cayó al suelo, este se dio vuelta mientras comenzaba a mover la espada para querer lastimarlo, pero el chico de pelo plateado era más fuerte y ágil, lo tiró del suelo y se subió arriba de él alzando la daga, Alec cerró los ojos asustado por lo que iba a pasar, cuando un grito se escuchó en todo el bosque.

—Jace— susurró Sebastián.

Alec ya no le sintió arriba de él, había escuchado a Magnus, el grito de Magnus, cuando abrió los ojos ya no estaba, se sentó y comenzó a gatear hasta donde estaba el cuerpo de Raphael, comenzó a sollozar había fallado en su misión, levantó la mirada al cielo, mirando a la luna.

—He fallado— susurró Alec— he fallado, lo siento tanto.

Cerró los ojos mientras dejaba que las lágrimas bajarán por sus mejillas, cuando en su visión apareció un dibujo, un garabato, entre líneas.

<<Coloca la marca en ti y después llevarlo al de tu compañero antes de que sea tarde. >>

Sorprendido abrió los ojos y sacó la estela que le había regalado Ragnor, comenzó a dibujar lo que había visto en la palma de su mano, mientras apretaba los dientes por el dolor, cuando lo vio terminado alzó la remera de Raphael y colocó su palma en la marca de la luna, cerca de sus oblicuos.

Pero no pasaba nada.

Comenzó a rendirse cuando una luz salió de ellos, y el cuerpo de Raphael comenzó a desvanecerse.

— ¿Lo logré?

<<Si, lo has logrado. >>

Alec se paró para comenzar a correr hacia donde estaba Magnus y Jace. 

Pidiéndole a la luna. •Malec•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora