MAGNUS.
Estaba sentado en el sillón, pensando que podría ponerse para la noche, donde llevarlo a comer y que podría hacerle para que esa noche fuera inolvidable. Estaba muy nervioso.
La puerta principal se abrió mostrando a dos sudorosos y mugriento chicos, Isabelle y Jace, que venían agitados y con unas botellas vacías de agua en sus manos.
—Bien, ve a bañarte a la única habitación que hay, lo has hecho perfecto— dijo Izzy.
El rubio, sin poder hablar se comenzó a encaminar hasta la habitación, parecía arrastrarse de lo agotado que estaba, de seguro que en la noche dormiría como un bebé.
Isabelle se comenzó a dirigir hasta el, sentándose a su lado, agarrando a su paso algo para secar su transpiración. Magnus la miró divertido
— ¿Cómo te fue?
Una sonrisa estaba adornada en su cara, pero Magnus al contrario estaba a punto de devolver por los nervios que corría dentro de su cuerpo ¿Debía tomar la seguridad de contarle a Izzy y pedirle un consejo para esa ocasión?
—Maravilloso, todo fue a la perfección, como lo comentamos.
La chica sonrió con emoción, aplaudió en silencio mientras sus ojos se iluminaban.
—Sabía que esa arma sería de gran ayuda, que le elegiría a él, todo gracias a tu beso inoportuno.
Magnus hizo una mueca aparentando una de sus sonrisas, aunque en su estómago sentía una punzadas incomoda por acordarse de aquel momento y del actual.
—Izzy— susurró.
La chica le prestó atención.
— ¿Si? ¿Paso algo?— preguntó Izzy— ¿Alec no acepto el arma?
Magnus comenzó a negar, moviendo sus manos nerviosa entre sus piernas, comenzó a morder sus labios con fuerza.
—No, todo eso va bien— susurró— pero tendré una cita con tu hermano esta noche.
La chica abrió sus labios sorprendida, colocando sus manos a cada lado de sus mejillas mirándole asustada.
—Estas cometiendo un error— dijo Izzy asustada— sabes que puede ocurrir si esto vuelve a suceder, no puedes enamorarte de una oscuro o una persona, menos de Alexander, el preferido de la luna.
Magnus asintió, redondeando aquella vez.
Catarina, la luna, estaba frente a él, su piel azul estaba adornado con su vestido suelto, de un color blanco como su pelo, que era de un color tirando a gris. Ese día estaba molesta, sus facciones de su cara lo demostraba, aunque en sus ojos había una chispa de tristeza, había descubierto su historia, la cual permanecía en secreto.
—Magnus Bane ¿Acaso no me ibas a contar de esto?
Cat se sabía ofender más rápido, cuando un secreto parecía llegar a ella y estaba relacionada con su vida.
— ¿De qué Catarina?
—Tú relación del pasado.
Magnus comenzó a sudar frío, su secreto, el más guardado de todos, sus niños.
— ¿Acaso no me ibas a contar de tu relación con la oscura? Sabes que es peligroso para mí vida— agregó.
El moreno se arrodilló frente a la mujer.
—Fue algo temporal, no sabía lo que era hasta que llegue aquí, lo lamento Cat, creí que no era algo de preocuparse cuando fue pasajero. — mintió
Después de unos minutos de charla, al parecer convenció a Cat de que la relación, que había durado cinco años, solo fue de meses.
—Te prohíbo estar al lado de un oscuro o un mundano— ordenó Cat— y espero que no me estés ocultando nada, porque me sentiré engañada Magg y sufrirás graves consecuencias.
Ese día Magnus se salvó, sus niños quedaron en secreto, pero tenía prohibido sentir algún sentimiento por alguna persona que saliera del radar de los guerreros estrellas.
—Alexander merece ser feliz— dijo Magnus— Cat me dio la misión de hacerlo feliz, no me especificó cómo, entonces una cita no está fuera de mi misión.
La chica sonrió, un poco preocupada.
—Tienes razón, ella no específico— apoyó Izzy suspirando— entonces comencemos con el plan de una cita especial.
El rato que tuvieron conversaron de aquello, del momento de la cita, cada movimiento, el lugar, la cena y hasta el tema de conversación, porque Alexander merecía una cita perfecta y Magnus, con lo que pudiera, se lo iba a dar.
Esperaba que su hijo Raphael no asustara a su invitado antes de tiempo.
ESTÁS LEYENDO
Pidiéndole a la luna. •Malec•
Fanfiction||Malec|| Todo dependía de la luna, si quería cumplir el deseo de Alexander y no llevarlo a su propia muerte. Publicado en el: 2017