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ALEC.

Volvía al Loft junto a Magnus, ninguno hablaba y el ojiazul estaba comenzando a sentirse incómodo ¿Y si no le había gustado? No podría con tanta humillación, necesitaba que entre él y Magnus se establecerá el vínculo o la amistad que tenían siempre, pero no estaba avanzando mientras caminaba por las calles, miraba a la gente pasar a su alrededor mientras que el tenía la mirada en el piso ¿Qué podía decirle? Comenzó a mover sus manos nervioso pensando cómo sería llegar al Loft, los hijos de Magnus, tan bromista como siempre, iban a comenzar a molestarlo al igual que Isabelle, que al parecer tenía un sentido de humor muy idéntico que a Max, pero le preocupaba Jace, después de que se había confesado había salido huyendo de ahí casi corriendo sin haberse detenido a hablar bien con su hermano, y no sabía cómo reaccionaría.

—Em ¿Quieres tomar un café antes de irnos al Loft?

Alec asintió y sonrió, aún no estaba listo para afrontar a Jace, su hermano, que había vivido hace una horas atrás una gran humillación por parte del ojiazul, vio como Magnus estiraba su mano como pidiendo la suya, el ojiazul acepto encantado caminando con una sonrisa hasta una cafetería cerca. Cuando entraron a una cafetería que Magnus había dicho como la mejor que él conocía cuando era mundano, sin decir nada Alec acepto, no conocía el lugar y no sabía nada de donde estaba, etc. Se sentaron en una mesa cerca de la ventana, con las manos temblorosas comenzó a dar pequeños golpes en la mesa mientras alguna mesera se dedicaba a venir hacia ellos.

—Te noto un poco distraído— dijo Magnus— ¿Sucede algo?

La mesera llegó con dos tabletas rojas donde estaban escritos todo tipo de café o bebida con acompañamiento de algún alimento dulce, el olor a café y leche inundaba el ambiente haciendo que Alec se derritiera e implorara por darle un trago a alguna taza, pidió su orden y después Magnus dio el suyo, uno muy distinto, después de eso la mesera se fue y quedaron ellos dos, el moreno mirándolo esperando la respuesta que no había llegado.

—Solo trato de pensar que puede ocurrir aquí en adelante— susurró Alec— ¿Has visto mi marca? Está un poco más del lado bueno y aún no me decido, no puedo dejar solo a Jace, es mi hermano y digamos que él es difícil de convencer para seguir el camino que tú y Izzy me piden seguir, no quiero dejarlo solo, menos después de haberle hecho daño anoche.

Vio como Magnus que al escuchar sobre la marca se paró un poco y tomó su brazo viendo la marca, sonriendo de medio lado, Alec no quería pensar que el moreno lo estaba usando como experimento, su experimento, sacó su brazo de las manos de Magnus y lo mantuvo abajo de la mesa, mirando hacia otro lado menos a su compañero de mesa, se estaba comenzando a poner triste, su cabeza estaba imaginando millones de situaciones donde el moreno le había invitado una cita pero solo para que hiciera maldades.

—Mira, entiendo bien que quieres mucho a Jace y es tu hermano desde que fuiste al orfanato, pero este es tu sueño, siempre quisiste permanecer a lado de las estrellas y la luna te quiere allá arriba— susurró Magnus— ¿Piensas dejar todo tu sueño por tu amigo Jace?

Alec volvió la vista al moreno, volviendo a ver en sus ojos su vida de guerrero estrella, quería hacerle entender que Jace no era solo un amigo, si no alguien que le había salvado de una vida de tristeza en el orfanato, y a pesar de lo sucedido sabía que podían remediarlo, sabía que el chico rubio entendería que la situación y sus sentimientos y podrían a tener una amistad como solían tenerlo.

—Claro que mi sueño es eso Magnus, pero con el pasar de los años y está situación vivida, comienzas a replantear todo ¿A caso quiero vivir toda mi vida peleando con oscuros? Quiero tener sobrinos o leer todos los libros que pueda, tener un trabajo— dijo Alec— una vida antes de morir ¿A caso nunca te has puesto a pensar dejar de ser un guerrero y disfrutar junto a tus hijos esta vida?

Pidiéndole a la luna. •Malec•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora