Let us be together

Molestia

El día había comenzado tranquilo, normal, sin embargo cuando el zorro entró al templo en busca de la merienda no encontró ni rastro del conejo. Alzó una ceja con confusión mientras caminaba tranquilamente por el lugar, buscando alguna pista del paradero de su amigo. Llegó hasta la puerta delantera buscando alguna nota que pudiese darle razón a la desaparición del menor, a veces el roedor salía a conseguir ingredientes frescos para preparar los alimentos y regresaba rápidamente, estaba a puntos de volver dentro y esperar el regreso del de pelaje marrón cuando escuchó un par de voces, una conocida y suave voz que siempre esperaba escuchar; y una más aguda y baja que nunca antes había escuchado, aparentemente era de una hembra.

Su mente trabajó de manera veloz hasta conectar un par de puntos, era la hembra que había olido hacía unos días. Con un sentimiento de molestía incrustado en su pecho abrió la puerta asomando su cabeza, intentado actuar de manera normal y espontánea, como si no hubiera notado a la otra persona

-Hey Yamaguchi, tengo hambre. -Dijo con voz calmada y, a penas terminó de hablar llamando la atención de los conejos, escuchó un chillido temeroso, observó de reojo como la de pelaje rubios se escondía tras su mejor amigo. Intentó contener un resoplido de irritación, sabía que las hembras eran propensas a buscar protección de los machos pero la actitud de la otra le parecía especialmente molesta.

-Y-yamaguchi, es m-mejor si escapamos. -intentó ser sutil con su sugerencia para que el depredador no la escuchara y estuviera preparado para atacarlos, para su mala suerte el zorro tenía un excelente oído.

-Oh, Yachi tranquila, es mi mejor amigo. No te hará daño- intentó tranquilizar a la única chica, usando una voz suave. -Perdón Tsuki, está perdida.

El zorro con irritación rodó los ojos y soltó un bufido, no confiaba en aquella conejita por muy adorable y desprotegida que pudiera parecer.