Let us be together

¿Celos?

Tadashi desvió su mirada a la ventana más cercana, buscando entre los árboles la silueta de su mejor amigo, hacía un par de horas que el zorro se había marchado y aún no volvía, se estaba comenzando a preocupar. Tsukishima generalmente tardaba una hora en volver cuando iba en busca de su alimento, además de que justo cuando lo vio salir por la puerta principal escuchó un par de voces que no conocía, esa era razón suficiente para él para preocuparse.

-...uchi, Yamaguchi, ¿Estás ahí? -La voz de Hinata lo sacó de sus pensamientos fatalistas, donde ya había imaginado las peores razones por las que su mejor amigo aún no volvía.

-Si, perdón pero es que Tsukki aún no vuelve. -Comentó sin darse cuenta de sus palabras hasta que ya era demasiado tarde, seguramente Yachi interpretaría algun significado de su preocupación por el zorro.

-¿No suele salir así normalmente? - La hembra no parecía encontrar la ausencia del canine extraña en lo absoluto, era verdad que Tsukki salía a cazar cuando Yachi los había visitado anteriormente pero nunca tardaba tanto.

-Si, pero ya pasaron 2 horas desde que se fue... -Su explicación fue interrumpida por algo que aparentemente acababa de saltar en la mente del de pelaje naranja.

-¡Es cierto! ¿De verdad que ustedes dos son... pareja? -Había dudado qué palabras usar para definir la supuesta relación romántica de los dos actuales habitantes del templo, esa pregunta le había rondado la cabeza desde que se conocieron.

- No, sólo somos amigos, no es nada de eso. -Iba agregar algo como que eran una familia o algo similar, pero entonces recordó su anterior conversación con la rubia y decidió callar hasta tener claro ese asunto.

-¡Ya decía yo! Si ambos son machos ¡Y además de eso de diferentes especies! Era algo imposible. -Las palabras que salían de la boca del roedor naranja no pasaban por ningún tipo de filtro mental que le dijera qué era adecuado decir y qué no. Involuntariamente un dolor en el pecho de Tadashi comenzó a molestarle.

-Hinata, no es bueno juzgar si no sabes, además ¿Qué tiene de malo que sean machos de diferentes especies si se aman? -Yachi como siempre habló con su voz normal, aunque se notaba firme en lo que decia. Ella apoyaba completamente todo tipo de amor.

-Pero Yamaguchi también lo piensa ¿No es así? -Interrogó al otro macho en la estancia, pensando en que si quiera una supuesta relación romántica de ese tipo era extraño.

El de pelaje café comenzó a sentirse nervioso, nunca había pensado en eso realmente, antes porque no había tenido la oportunidad y ahora porque deseaba no descubrir sus sentimientos por Tsukishima. Yachi iba a intervenir en ayuda de su amigo, sin embargo decidió que era una buena oportunidad para que comenzará a indagar en sus propias emociones y prejuicios.

El ambiente era ligeramente tenso, ninguno había dicho nada por un par de minutos y nadie entendía qué iba a pasar ahora. Hinata estuvo a punto de cambiar el tema de su conversación, si no estaban de acuerdo lo mejor era no pelear, pero justo en ese momento se escucharon tres voces cerca de la puerta y después entraron al templo el zorro, un gato negro y un búho.

Tsukishima dejó el cuerpo de un ave pequeña sobre la mesa de la cocina y después fue a su habitación, siendo seguido de cerca por los otros dos animales que habían llegado con él, quienes parloteaban en voz alta acerca de cosas que los roedores no entendían en lo absoluto, esos dos si que eran escandalosos, más que Hinata.

Yamaguchi se quedó viendo la puerta de la habitación de quien era su mejor amigo, aún después de que esta se cerrara amortiguando las voces del gato y el búho. Inconsientemente función el seño en desagrado y molestía, Tsukki no dejaba a nadie entrar a su habitación, sólo a él y suponía que era para limpiar ¿Quiénes se creían que eran aquellos desconocidos como para forzar su entrada?

-Yamaguchi ¿Todo bien? -A pesar de que Yachi había decidido no intervenir más de la cuenta se dio cuenta de que esa era un oportunidad de oro que no se perdonaría desperdiciar, su amigo estaba celoso.

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Disculpen la tardanza. Fue por Navidad, año nuevo y esas cosas, ya saben cómo son.