El sol daba en el patio donde se encontraban todos los chicos de la sección tres de la clase de Autodefensa Mágica, como siempre, el profesor hablaba de las brillantes batallas mágicas que había librado en los linderos del Bosque Perdido y de cómo había salvado pueblos y doncellas de viles asaltantes de caminos que se refugiaban en lo espeso del bosque y atacaban de noche.
‒Gustav, como siempre, noto que no está poniendo atención.
‒No es eso profesor, solo que... estaba pensando en otra cosa.
‒Oh, creo que tenemos a nuestro primer candidato para demostrar qué hemos aprendido en el curso, acérquese joven y trate de derribarme con cualquier hechizo.
‒Preferiría no hacerlo, profesor.
‒¿Eh, acaso solo le gusta la magia en libros? ¡Hágase hombre y atáqueme con lo mejor que tenga!
Todo lo siguiente pasó muy rápido. Gustav, enojado por el emplazamiento que le había hecho el profesor, mientras él solo pensaba en cómo defender a Anastasia y Ani, rápidamente pronunció un conjuro defensivo y luego uno de ataque, que usó como distractor, cuando el profesor terminaba de bloquear dicho ataque, Gustav lanzó otro, el profesor contraatacó, lanzando un rayo de luz azul, este no surtió efecto en el chico, que estaba protegido por sus hechizos defensivos, que mantenía activos y procuraba actualizar a diario. Sin embargo, el de Gustav lanzó por los aires al profesor, que cayó de espaldas.
Aprovechando esto, Gustav lanzó un hechizo eléctrico con el que paralizó a su contendor y ganó el duelo ante los aplausos de sus compañeros y la ira que irradiaba de los ojos su profesor.
‒Bravo, bravo ‒la voz de un desconocido se escuchaba en el aire‒, maravillosa su forma de combinar hechizos, joven ‒el teniente Barras se materializaba en medio del patio, había estado oculto con algún conjuro de camuflaje todo este tiempo‒. Soy el teniente Barras, miembro de la policía, tengo un par de preguntas que hacerle.
‒¿A mí? ‒preguntó Gustav, mientras se tensaba por dentro.
‒Sí, pero más que preguntas, me gustaría invitarte a un duelo mágico, solo para que entremos en confianza.
‒Lo lamento, estoy bastante cansado, no creo poder resistir otro duelo.
‒Algo me hace pensar que sí resistirá otro duelo, jovencito ‒diciendo esto, lanzó desde su varita un hechizo, una bola de fuego se materializó y fue hacia Gustav, este la esquivó de un salto, mientras sus compañeros huían del lugar.
‒Ese salto fue bastante poco humano, jovencito ‒le dijo Barras, mientras sonreía y levantaba al aire su varita‒. Torment ‒el cielo se oscureció y comenzaron a caer rayos en el patio de la universidad. Con agilidad sobrehumana, Gustav los esquivó todos y lanzó hechizos de ataque, los cuales fueron anulados por Barras y sus hechizos defensivos, sin duda era un gran mago.
‒¿Cuál es la razón para atacarme así, oficial? ‒le preguntó el chico, mientras respiraba con dificultad.
‒Chico, ando buscando un vampiro y creo que tú me puedes ayudar a cazarlo, he sabido de tus habilidades, así que estoy comprobándolas ahora mismo. Te quiero como mi asistente, se te pagará por tus servicios, juntos no deberíamos tardar en encontrar al vampiro que ronda la ciudad.
El corazón de Gustav se detuvo para volver a latir y detenerse nuevamente, las cosas se estaban complicando.
‒No sé de qué habla, no existen los vampiros, ya se extinguieron.
‒Tengo su expediente, chico listo, sé que no cree lo que me acaba de decir y yo me pregunto la razón... esto se pone interesante, jovencito, ¿hay algo que quiera compartir con la policía?
‒Alto ‒el hombre, que vestía las mismas ropas que Barras, se acercó caminado lentamente‒. Soy el sargento Contreras, de la policía de la ciudad, Barras te has excedido, por ende, te llevaré detenido a la base ‒le dijo, mientras lo apuntaba con su varita, desde atrás‒. Joven, en nombre del cuerpo de policías, le pido las disculpas del caso. Este procedimiento no ha sido aprobado por nuestra unidad, nunca atacaríamos civiles inocentes ‒la última palabra la dijo con un tono displicente‒, ah, antes de que lo olvide, anule el hechizo que tiene sobre su profesor, no creo que esté muy feliz ahí tirado sobre el suelo ‒y luego de decir eso, dio media vuelta, manteniendo su varita apuntando a Barras‒. Vamos, Barras, tiene algunas explicaciones que dar.
Barras sabía que lo peor que podía hacer en esos momentos era oponer resistencia, lo único que conseguiría sería que lo acusaran de alguna otra cosa, así que optó por actuar como el arrestado y siguió al otro oficial, mientras se retiraban del lugar.
La cabeza del joven Gustav le daba vueltas, todo lo que acababa de pasar era demasiado, sabían de Anastasia.
Dos minutos le costó volver en sí, tenía que darle movilidad de nuevo a su profesor y escuchar la reprimenda que se venía, luego les contaría a las chicas, todo estaba peligrosamente cerca.
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Monster Girls
FantasyGustav es un chico común, estudioso de la magia en un mundo que ya no cree en ella, por considerar que esta y los seres que la hicieron posible ya no existen...o eso parece. Un día, conoce al amor de su vida, Anastasia, una chica que guarda más de u...