Capitulo 3

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Visita nocturna.


Informándose a través de mensajes Dipper llegó a la conclusión de que las marcas que causaron tanto dolor durante la invocación quizá eran la firma de un trato cumplido, aunque aún dudaban pues realmente no habían pedido nada, y si realmente lo habían pedido desconocían que había Sido y estaban seguros de que estaban en un serio problema, aunque... La idea de que los 40 dólares ya eran suyos los ponían algo felices pues eso significaba que ya podrían comprar su sagrado videojuego. Luego de dejar los celulares aún lado ambos en su habitación miraban la marca sobre su piel, aquella marca que anteriormente se encontraba en el suelo de sus habitaciones y que en su momento tanto los había herido, con algo de dificultad Dipper se miraba en un espejo reflejándose con otro para poder ver la marca de su nuca mientras Marco solo sujetaba su muñeca observando aquella marca y siguiéndola con su dedo, con un suspiro ambos se recostaron en sus camas dispuestos a dormir a pesar de sus dudas, sus amigas dormieron tranquilamente con el pasar de la noche y ya el reloj de la sala marcaba las tres de la madrugada cuando un castaño somnoliento bajaba hacia la cocina, bajando por las escaleras entre boztesos se dirigió a la cocina en silencio.

Aún adormilado abrió la nevera y comenzó a buscar a tientas la jarra de agua, una vez en mano la coloco en la barra y tomo un vaso para servirla, bebió como si no hubiera bebido en bastante tiempo y más despierto bajo el vaso notando borrosamente una sombra en la única puerta de salida, con prisa dejo el vaso aún lado poniéndose en posición de defensa.

— ¿Star? —cuestiono con el pecho acelerado.

Esa sombra no parecía la de su amiga, pero debía cerciorarse por antiguas bromas que ella le jugaba, pero definitivamente esa no era la sombra de su amiga, no era solo el tema de ser la figura de un chico de su edad, más que nada había un par de cosas que lo delataban... Extendiendo la mano una flama iluminó su rostro, la sorpresa se hizo del castaño y no era para menos, esa sonrisa filosa, esos tres ojos y esos cuernos... Tragando saliva se alejó ante los pasos de aquel chico hacia los asientos de la barra.

—No —sonrie cruzándose de piernas —Mi nombre es Tom —comienza a jugar con el vaso de agua —Me invocaste hace un rato, pero estaba en algo —lo observa con esos ojos rojos —Y no pude venir, pero ahora estoy aquí... Sobre nuestro trato —cuestiona a lo bajo recargando se de la barra.

Aún totalmente sorprendido Marco solo podía mirarlo sin creerlo, esos cuernos, ese tercer ojo en su frente y... La forma de superioridad con la que se sentaba y lo miraba.

— ¿So... Son reales esos cuernos?

Divertido el demonio se pone de pie con una sonrisa en cara —Sabes... Normalmente la gente pregunta cosas como " ¿Podrías vengarte de alguien? " O " ¿Puedes volverme millonario? " —se detiene frente al joven mirándolo con superioridad —Pero si —sujeta sus cuernos con las yemas de sus dedos —Son reales... —divertido retrocede unos pasos hasta el asiento —Ahora si, sobre nuestro trato...

— ¡Están geniales amigo! —Dice muy emocionado apretando los puños frente a él —Haaaa... Sobre el trato —Dice avergonzado —Ha decir verdad yo...

— ¿Obligado? —cuestiona con gracia.

—Si... Un poco ¿No te molestaras ni me arrancaras la cabeza o algo así cierto? —cuestiona nervioso.

Divertido solo sonríe pidiendo calma al chico —Eres divertido, no te preocupes, últimamente muchos hacen este tipo de cosas, por eso les colocó la —apunta a su muñeca —marca del día después, pero bueno —se pone de pie —si no tienes nada que pedir y solo perdí mi tiempo al venir aquí... Solo me falta obtener alguna cosa a cambio.

— ¿He? —menciona nervioso —¿Que... Que tipo de cosa?

—Un momento de tu vida tal vez —menciona sin mostrar gran interés.

Cada quien con su demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora