Publicada: 22/ 02/ 2018
Editada: 13/ 09/ 2020
Brillo.
Apenas terminó de cerrar la tienda en la cual trabajaba una llamada entro en el celular del rubio, Mabel le pidió un favor al rubio que no pudo evitar aceptar ante la voz quebrada de aquella chica. Él nunca había dejado de tener en mente el tema con su hermano Phill, no importaba la reciente pelea con Dipper, no pensaba dejarlo salirse con la suya. En la casa de los Diaz Star intentaba tranquilizar a Mabel con ayuda de la señora Díaz que de todo corazón las apoyaba. Al despedirse de su jefe y rendir cuentas normales, Bill salió con las manos en los bolsillos en dirección a un callejón dónde suspiro cambiando su apariencia por la de demonio, él abrió un portal hacia la casa en la cual se quedaba. Con la apariencia de demonio solo los humanos que él deseaba podían verlo así que al llegar camino con total calma hasta poder verlo en la cocina siendo consolado por una peliroja.
—Vayamos a la sala —lo separa por el hombro —para que me cuentes que ocurre.
En la casa de los Diaz, Marco llegaba con una sonrisa en cara y nachos en las manos mientras su padre avanzaba detrás suyo con una manta en las manos, sonriente envolvió a Mabel y la levanto con facilidad avanzando al sofá.
— ¡Bien Mabel, hoy es el día de diversión con los Díaz, así que solo ponte cómoda y disfrutemos de la película!
—Hazle caso a mi querido esposo —toma asiento a su lado —y toma este burrito ¡Vamos a disfrutar de la película!
— ¡Ven aquí Tom! —palmea el cojín a su lado — ¿Y tú Star?
— ¡Claro, pido en medio!
Avanzó con una sonrisa metiéndose entre ambos jóvenes tomando el cojín del centro en el suelo, tres en el sofá y tres en el suelo; la película de Ninjas apenas iniciaba y sorpresivamente Mabel estaba olvidando un poco sus problemas mientras miraba al señor y señora Díaz a sus costados sonriendo con ánimos, luego bajo la mirada a los chicos frente a ellos, sus amigos reían animados mirando la televisión con una frazada sobre sus hombros y unos cojines bajo ellos. Las manos de Marco y Tom se entrelazaban bajo la frazada detrás de Star quien comía nachos con entusiasmo mirando la pantalla y comentando con ellos la escena.
En la casa de los Pine, Bill se acomodaba en la sala recargado de una pared mientras miraba con algo de disgusto la escena de aquella chica acariciando el cabello de aquel castaño en el sofá.
—Vamos Dipper, tienes que contarme que es lo que te molesta... ¿Es por Mabel?
El castaño limpiaba sus lágrimas con su antebrazo mientras aquel demonio mantenía su mirada sobre él algo decaído, quería estar ahí con él, pero no podía así que su miraba viajaba al suelo con disgusto.
—En parte —aclara dolido —es verdad que estoy preocupado por ella Wendy —aclara triste —pero... Yo de verdad que me estoy volviendo loco —cubre su rostro con desespero —es algo... Algo que me está quemando por dentro, y es... ¡Tan jodidamente estúpido que no puedo!... —la mira —tomarlo enserio... Wendy...
—Por favor tranquilízate Dipper —suspira limpiando sus lágrimas — ¿Que es lo que... Que es lo que te molesta tanto?
—Se llama Bill —confiesa.
El nombrado subió la mirada con prisa notando como aquella peliroja limpiaba las lágrimas de su castaño.
—Muy bien, bueno... Entonces, ¿Que pasa con ese tal Bill?
—Creo que él... Creo que... Me gusta...
La sorpresa no tardó en aparecer sobre ambas personas, pero una sonrisa lleno el rostro de Bill al pensar en aquellas palabras, con tranquilidad avanzó hacia aquellos chicos para mirar detenidamente al castaño y esa escena que no podía creerse por completo.
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Cada quien con su demonio
FanfictionDicen que la curiosidad mató al gato, pero seguro que el gato emprendió una increíble caminata por descubrir tal secreto. Tras la curiosidad, un simple juego trae consigo 40 dólares y dos sexys demonios, que llevarán a nuestros amigos por un raro y...