Capitulo 22

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Alcohol.

Apenas la mañana llegó Dipper se incorporó adormilado en su cama, luego de bostezar el castaño tomo una almohada y la lanzo hacia el rostro del demonio rubio que levantándose con prisa ante el impacto solo gruñía con enfado y lanzaba de vuelta la almohada atinando a la cara adormilada del castaño, Dipper se quejo y despertó algo atontado. Mabel había dormido con Janna y Star dejado una habitación sola, Janna era la primera en despertar en aquella habitación y aprovecho el momento para ir a la parte baja para leer uno de sus extraños libros en silencio y con la mayor concentración posible. Al despertar, Tom no pudo evitar suspirar entre su sonrisa, entre sus brazos se encontraba Marco profundamente dormido, acurrucado en su pecho entre respiros calmos y profundos, sus manos se aferraron con fuerza a aquella cintura atrayendo al castaño que se acurrucaba en su pecho como un gato en busca de calor, pero ante el movimiento Marco termino despertando para encontrarse con el pecho pálido de aquel chico, sonrío ante el recuerdo y tranquilamente levanto la mirada hasta poder alcanzar a besar los labios de Tom, quien sonreía complacido acariciando su mejilla.

—Buenos días para ti también —se acurruca contra su rostro.

—Bobo—rie animado — ¿Ya es hora?

—Si... Ya deberíamos de levantarnos.

Con una sonrisa Tom se incorporó en la cama posicionándose sobre el castaño para dejar un largo, profundo y tardío beso sobre sus labios, Marco sonrío y lo abrazo por el cuello para proseguir con aquel beso al cual Tom no se negó, con un fuerte respiro sobre sus labios apretó la cadera de Marco presionandose contra su cuerpo, al separarse ambos suspiraron y se miraron con una sonrisa, de pronto ambos se dejaron caer de vuelta en la cama abrazandose con vigor. Con la gente más despierta y cambiada, todos bajaban para tomar su desayuno, Star entro a la cocina junto a Mabel mirando como Tom y Marco preparaban el desayuno, ambos detuvieron sus risas cómplices y Tom acarició la cabeza de Star con una sonrisa tranquila en cara.

—Ayudame por aquí.

—Tu ven por acá Mabel —la toma del brazo con una sonrisa.

—Y... —observa dudosa al pelirosa — ¿Sobre Jackie?

—Bueno... Creo que Marco le dejo las cosas claras.

— ¿Ahora salen juntos?

—La señora Díaz me dijo... —mira de reojo al castaño —que tal vez en el pasado Marco se confundio un poco sobre sus sentimientos en un intento de encajar con los chicos de su edad.

—Es verdad que él no tenía muchos amigos —asiente con razón —pero a mí parecer él de verdad estaba interesado en Jackie, no ayudas a una persona todos los día poniendo tanto interés sin terminar... Enamorado de ella.

— ¿Ayudarla?

—Si, Marco se rompía la espalda ayudándola con todos y cada uno de sus problemas sin que ella se diera cuenta de ello... Ferguson me lo contó una vez —se encoge de hombros —aun que me supongo que no lo conoces, lo enviaron a una escuela militar el año pasado, pero Alfonzo y Ferguson fueron sus amigos antes de que yo llegará, aunque no tardaron mucho en separarse ya que a Alfonzo lo enviaron a una escuela en el extranjero y Ferguson en la militar.

Las preguntas se amontonaban en la cabeza de aquel pelirosa pues aunque la noche anterior se habian besado, realmente no habían iniciando una relación seria... Solo se habían besado, y aunque en cierto punto habían afirmado su gusto por el otro el pensamiento de que él primer amor de ese chico había sido Jackie le taladraba la mente con brusquedad. En su trabajo llevo la hora de descanso, y todos los amigos habían decidido hacer algo especial luego de que sus trabajos acabarán, cerveza, música, una fogata en la playa, habría una fiesta esa tarde para festejar en grande su amistad hasta entrada la noche. Apenas Marco llevaba un pedido de Té al lobby cuando noto a aquella chica rubia sosteniendo sus maletas con desanimo, dejando la orden en la mesa correspondiente con una sonrisa avanzó hasta aquella chica que al darse cuenta de su presencia tomaba una profunda respiración tomando sus maletas con fuerza entre el bajar su mirada. Aunque algo incómodo él llego a su lado mientras ella evitaba a toda costa mirarlo a los ojos.

Cada quien con su demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora