Capitulo 26

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Publicada: 25/ 02/ 2018
Editada: 14/ 09/ 2020

Siempre he dicho que es mi culpa por no decirlo en un principio, y ahora que la editó me tomo el tiempo de dejarlo claro. Cada escritor tiene sus parejas, sus ideas, lo siento si la pareja no les gusta, pero los únicos personajes de otras dimensiones en esta historia son los hermanos de Bill, no hay más, no hay Dipper G y nunca lo habrá, gracias.

-.-

Marcas.

Los dias eran largos y de las noches ni hablar, aquella chica a la que todos querían y muchos admiraban estaba mal... Se encontraba muy perdida a pesar de aquella charla en lobby del hotel, por los primeros días intento olvidar todo y convencerse de que todo estaba bien; dejo las malas ideas de lado e hizo la limpieza en su casa para distraerse, pero la noche fue larga... Dolorosa, inmersa en los recuerdos, la verdad era que su familia nunca había Sido perfecta, habían Sido tan pocos los momentos que ella paso sonriendo con sus padres. Todo inicio a sus seis años, las peleas llenaban la casa y es que pocas parejas tienen finales felices, iniciaron como problemas pequeños que después se volvían tontos, y luego escaló, pequeños problemas llevaban a semanas de enfado y noches de pelea, llegaron deudas a la casa... Y cada año las peleas empeoraban, las infidelidades se paseaban sin temor por la casa entrando por la puerta principal, y esa pequeña chica había Sido olvidada, sus padre solo estaban interesados en saber quién ganaría la disputa del día siguiente. Pero para los vecinos y amigos ellos seguían siendo una familia feliz, y aún así ella lo sabía, que todo era una mentira. Por la puerta salía una chica con blusa negra de tirantes que dejaba a la vista su hombligo y el tatuaje de unas golondrinas en su hombro, tenía un pantalón de mezclilla que enmarcaba sus caderas y cuerpo, las pulseras llenaban sus muñecas y un collar vestía su expuesto cuello. Tomando su casco hecho su cabello hacia atrás dejando ver los piercings en su oreja, se colocó el casco arreglando su cabello y lanzo su skate al suelo para subir en él con dirección a una fiesta que su séquito de chicos le había recomendado.

En un parque de podía notar a una chica sentada sobre un columpio con la mirada perdida al cielo, a su lado, con la mirada dudosa viajando hacia ella y el suelo, se encontraba un peliazul que no paraba de mirarla de reojo y jugar inquieto con sus manos.

—A veces realmente me preguntó porqué te deje llevarte mis alegrías.

—Bueno... Solo querías hacer un trato conmigo... Y eso fue lo primero que se te ocurrió.

Asiente entre su risa —Es cierto —lo observa —te deje llevarte lo único bueno de mi vida... Simplemente —baja la mirada —te hubieras llevado a mis padres.

—Los humanos son... Muy egoístas.

—Bueno... —sonrie para si misma —ellos y los padres de Jackie lo son, olvidar a sus hijas... A pesar, de que mi madre me compraba tantos vestidos con esmeró y cosas tontas de niña...

El demonio recogió su flequillo que no dejaba apreciar completamente lo hermoso de su rostro, sus ojos azules tan lindos... Su complexión masculina y a la misma vez tan linda  y fina...

—Te ves linda con esos vestidos, el morado se ve muy lindo en tí.

Su sonrisa dolida de pronto desapareció mostrando sorpresa junto al sonrojo de sus mejillas mientras su mirada descendía, ese chico era... Realmente lindo y tierno, sorpresivamente no tenía ni pizca de maldad en su cuerpo. Pero era la primer vez que ese chico le decía algo así, y sobre todo, que él permanecía a su lado sin tratarse por completo del trato firmado, mientras su mirada permanecía en el suelo ella pudo notar en su tobillo una marca que destellaba de un tono azul, ese día ella había salido sin sus habituales botas y llevaba unas sandalias negras, claramente su ropa no era la de siempre... Tenía una blusa roja bajo una chaqueta negra y un Short de mezclilla al largo de las rodillas. Entrecerrando los ojos se inclinó tocando aquella marca y extendió la otra mano al peliazul sin verlo.

Cada quien con su demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora