Capitulo 12

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Deseo.

Con la tarde cayendo sobre la ciudad, los gemelos Pine y su demonio tomaban camino a si hogar en un casi absoluto silencio. Mabel les dirigía el paso caminando frente a ellos en un absoluto silencio, Dipper le seguía de cerca dejándola pensar sobre el posible problema con sus amigos mientras caminaba al lado de aquel demonio rubio que comía unas patatas fritas sin prestar atención al algo tenso ambiente delante de ellos.

—Entonces... —lo empuja levemente — ¿Te parece si mañana después de la escuela vamos a dar una vuelta?

— ¿Que tienes pensado? —cuestiona con una leve sonrisa.

—Buscar un trabajo... —sonrie tranquilo —y si tanto te preocupa, bien podríamos conseguir un trabajo juntos.

—Pues... Sería un buen dinero extra —asiente hacia el rubio —bien, estoy deacuerdo, además ya casi salimos de vacaciones.

—Este demonio piensa en todo —sonrie orgulloso.

— ¡Oh, vamos! —lo empuja entre su risa — ¡cierra el pico idiota!

Entre los empujones de los chicos se vieron llegando a casa. Mabel suspiro al entrar y fue directamente a la cocina avisando que preparia la cena, Dipper y Bill fueron a la sala dispuestos a sentarse juntos para descansar de la caminata.

—Oye... ¿Crees que le pase algo a Mabel?

—Pues está molesta.

— ¿He, y por qué?

—Es un secreto... —lo abraza por el hombro —Pero no te preocupes tanto, no es contigo, aunque... Te recomiendo no preguntarle, si no quiere hablar es por algo, el que insistas podría solo hacerla enojar más, así funciona con las chicas.

Soltando un suspiro se quitó los zapatos y sin más se recostó sobre el regazo del rubio con desgane.

—Soy su hermano, pero por alguna razón ahora sabes más que yo.

—Tranquilo —acaricia sus cabellos —Pinetree no es nada.

— ¡Es enserio, deja de joder con ese apodo! —golpea su hombro molesto.

—Oye —se queja para comenzar a reír —es de cariño —jala su mejilla entre su risa.

— ¡Bill, necesito que vengas a ayudarme aquí! —gritaba desde la cocina.

—Me llaman.

Apenas Bill se levantó Dipper se recostó boca abajo exhalando un suspiro mientras lo veía marcharse con una sonrisa. Al entrar se dirigió directamente al lavamanos y luego de eso fue al lado de Mabel que cortaba algunos vegetales con el rostro enojado.

— ¿Puedes hacerlo? Borrarlos de mi mente... —traga grueso dejando de cortar — ¿Porqué... Recordar... A unas personas que nunca están conmigo? Para mí —se aleja apretando el cuchillo —es casi como si estuvieran muertos... Pero su recuerdo...

—Aunque quisiera saborear ese delicioso sufrimiento —sonrie tomando un cuchillo —me esta prohibido utilizar mis poderes —se encoge de hombros —si los utilizo, perderé.

—No se lo diré a nadie, quedará entre ambos —ruega con la mirada.

—No lo sé... Creo que tu odio y dolor aumenta con cada día que pasa, tal vez... Más tarde sepa aún mejor.

Con una sonrisa seguía rebanando algunas cosas, Mabel apretó los dientes y el mango del cuchillo mientras bajaba la mirada, molesta dejó caer el cuchillo sobre la tabla y salió sin más. Ante el estruendo y los pasos pesados Dipper se levanto enseguida del sofá, mirándola salir con enfado de la cocina para dirigirse a la parte alta.

— ¡No tengo hambre así que no molesten!

Luego del azote de la puerta muchas cosas cayeron al suelo. Dipper trago grueso apretando los labios, pensaba levantarse, pero solo decayó levantándose hacia la cocina en busca de Bill. Bill observaba desde la puerta sin mostrar interés en la situación.

—Hace tiempo que no la veía así —suspira, mirando la cocina —sera mejor que la dejemos sola, ¿Te parece si comemos solos? Solo debemos terminar de picar ésto y... —sonrie hacia el rubio —dejar que hierva.

El demonio no dijo nada y solo retomo lo que hacia tomando el cuchillo para terminar de picar la verdura, Dipper suspiro mientras trataba de ayudar en la cocina, sabían que sería una noche larga para la familia Pine. Por otro lado Marco viajaba por las calles con el nuevo skate que Jackie le había regalado, el joven reía entre trucos que había aprendido a lo largo de las semanas, pero al levantar la mirada su sonrisa se desvaneció al notar, al lado contrario de la calle, como Tom y Star llegaban entre una plática animada por parte de la rubia que se sostenía del brazo del pelirosa que solo sonreía asientiendo, al encontrarse sus miradas Tom desvío su vista y Marco detuvo el skate. Ya habian llegado a su hogar, y ahora se miraban con algo de incomodidad mientras que Star solo sonreía de gran manera.

— ¡Oh, Marco! Primera vez que llegamos al mismo tiempo —golpea su hombro — ¿Que tal a ido tu día?

—Bien.

Respondió cortante y con molestia, sin más tomo su skate y se marchó dejando a la pareja detrás. Dudosa, Star sujeto la mano de su pareja que mantenía la mirada sobre la calle.

— ¿Que creés que le pase? —cuestiona preocupada.

—No lo sé —suspira acomodando su cabellos —sera mejor entrar.

Una larga noche. Marco fue el primero en subir a tomar una ducha mientras su familia cenaba en la mesa, y un demonio intentaba sonreír a las personas que lo recibían en su hogar. En la casa Pine las luces ya se encontraban apagadas, Dipper había decidido dormir temprano para evitar peleas mentales, Mabel por su parte se encontraba molesta y desanimada, con los audífonos en los oídos y la música al máximo, por su parte, Bill apenas entraba a la habitación de su castaño secando sus rubios cabellos y entre un suspiro, al ver aquella silueta en la cama, avanzó hacia la ventana de la habitación manteniendo la mirada en la luna mientras posaba su toalla en sus hombros pensativo. Suspirando regreso la mirada a aquel chico.

—Teniendo la oportunidad de comer esos dolores... —exhala un suspiro desarreglando su cabello —por alguna razón... Solo deseo quitar los tuyos... —sonrie —eres fascinante Dipper Pine, no puedo dejar de pensar en tí, tanto... Que no me importaría perder ésta apuesta.

Sus ojos ámbar comenzaron a teñirse e rojo, y entre pasos suaves llegó al lado de aquel chico que dormía profundamente, sus uñas crecieron mientras unas marcas se pintaban en su cuerpo dejando ver un ojo sobre su frente, con una sonrisa Bill apartaba algunos castaños cabellos del rostro de su presa y posaba sus largas uñas sobre aquella blanca piel... Su sonrisa se engrandecía de sobre manera, más allá de sus mejillas.

—Dulces sueños, Pinetree —susurro al final.

Entre una leve risa paso su mano entre sus cabellos desvaneciendo los cambios en su ser, al llegar a la ventana ya no portaba aquellos ojos rojos, su mirada ámbar había vuelto y se posaba más pacíficamente sobre aquel humano. No era un interés normal, y él lo tenía claro. No solo quería hacer sufrir a ese humano... Deseaba poseerlo por completo, que toda la vida de ese humano fuera completamente de él, su sufrimiento... Y hasta esas sonrisas.

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Hey hola!

Este capitulo lleva menos de lo normal por eso les dejo este mensaje XD

Espero estén disfrutando de esta lectura y les agradezco por seguir esta historia hasta este momento... Aun nos falta un tanto que avanzar así que vayamonos lento esperando por un arranque de ira de estos demonios para que por fin besen a nuestros queridisimos protas castaños ...

Nos leemos luego, recuerden que sus comentarios me dan vida chicos... =)

Primera publicación 2017

Actualización 30/07/2020

Cada quien con su demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora