La hija de Percy

33

Narrador omnisciente:

Annie se encontraba sentada escuchando el sermón de su abuelo, aumentándole que tenía un fuerte dolor de cabeza por todo lo que se tomó. 

Zeus: Aún no puedo creer que te hayas emborrachado -dijo su abuelo gritando -que estaba por tu cabeza cuando lo hiciste.

Annie: Relájate abuelo -dijo mientras se agarraba su cabeza por el dolor.

Zeus: Que me relaje, Annie, dime que no te drogaste y que solo bebiste.

Annie: obvio que si.

Zeus: obvio que si que -dijo el alzando la voz.

Annie: Obvio que solo bebí, jamás me drogaría -dijo ella -puedo irme?

Zeus: Esta charla aún no se termina. Pero puedes irte -dijo el 

Annie salió y se topó a Clarisse, ambas se quedaron en silencio.

Annie: Lamento lo de ayer -dijo sin una gota de arrepentimiento.

Clarisse: No te preocupes -dijo clarisse sonriendo como siempre.

Clarisse había sufrido mucho y Annie lo sabía, ella era como una madre, la madre que le faltó de pequeña, por eso a pesar de que sentía resentimiento por percy, por parte de Clarisse ella solo sentía agradecimiento y cariño.

Narra Annie:

Al entrar a mi recámara vi que Alex estaba tirado en el suelo, le di una patada pero no fuerte. Este comenzó a reír. El trató de abrazarme pero lo empujé. 

Annie: no te me acerques, crees que no recuerdo que trataste de besarme -dije lanzandole una almohada.

Alex: Lo siento, pero debiste ver la cara de idiota de Lucas -dijo 

Annie: No le veo la gracia...en fin, ten -dije extendiéndole un papel. Hay que robar el rayo... y no mi abuelo lo tiene si no percy, así que será sencillo, después mataré a Percy... y finalmente abrimos el portal para que mis padres entren, es muy sencillo, tienes alguna duda? Por cierto pintaré mi cabello de rojo... odio este color que tengo... eso es todo.

Alex: Y Cipris tiene novio? -dijo haciendo una cara de seductor.

Annie: No pero ha tener cientos de enfermedades querido -dije mientras quitaba mi blusa y buscaba una blusa nueva.

Estaba acostumbrada a cambiarme aunque Alex estuviera presente. La puerta se fue abriendo lentamente y para colmo era a quien menos quería ver.