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Narra Annie:

Comenzamos andando por los pasillos, por momentos sentía la mirada de Lucas sobre mí. Una parte de mi se sentía nerviosa pero la otra tenía sed de venganza. Me quedé mirando al frente. Lucas mencionaba varios cosas las cuales ignoré. Estaba sumida en mis pensamientos.

Lucas: y este es el cuarto donde guardan las espadas... creo que ese ya lo conoces -dijo él -Tienes alguna duda? o te gustaría ir a otro lugar?....Annie -dijo el

Annie: Qué? Me gustaría ir al cuarto de las espadas -dije

Lucas: Annie, acabamos de cruzar -dijo el riendo.

Annie: Ha... es verdad -dije nerviosa -yo...

Lucas: estás cansada y eso hace que digas cosas sin sentido -dijo el colocando un mechón de mi rojo cabello detrás de la oreja.

Annie: Si... estoy cansada -dije sonriendo ligeramente, Lucas comenzó acercarse a mi y entonces reaccioné -Flores -dije rápidamente.

Lucas: Flores? -dijo el riendo 

Annie: Si... -dije -me gustaría ir donde haya flores.

Tonta, decía mi mente, no se te ocurría otra cosa mas estúpida, dije en mis pensamientos, Lucas me tomó de la mano y me hizo correr. Cuando estábamos apunto de llegar Lucas me vendó los ojos y me hizo caminar, tenía dudas pero al abrir los ojos pude ver un paisaje maravilloso, habían flores de todos colores y árboles enormes. 

Lucas: te gusta? -dijo el y yo asentí, antes que cambiara... me encantaba recoger flores y plantarlas en el jardín del Olimpo.

Sentía la respiración de Lucas en mi cuello. Sus manos en mi cintura... las gotas de lluvia comenzaron a caer, me giré y lucas tomó mi rostro entre sus manos, acarició lentamente mi mejilla y cerré los ojos al sentir su tacto sobre mi piel mojada.

Lucas: Eres tan hermosa -dijo besando mis manos.

Lucas se acercó lentamente a mi y comenzó a besarme lentamente, pero al mismo tiempo dulcemente. Enredé mis manos en su cuello y el las posó nuevamente en mi cintura. La lluvia comenzó a caer mas fuerte, algo dentro de mi cambió, una parte de mi quería cambiar. Pero la otra no.

Lucas: Ven -dijo el sonriendo y secando las gotas que caían en mi rostro, extendió su mano, dude pero al final la tomé.

La hija de PercyWhere stories live. Discover now