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Marco observó con los ojos como platos a Jackie. La de cabello blanco sonrió cómo si no hubiera hecho nada malo antes de irse montada en su skate.

El moreno volteó hacia la chica a su lado, ___ estaba igual de estupefacta que él, los ojos de ella se aguaron mientras apretaba los puños.

- ¡VOY A MATARLA! –gritó la castaña, tratando de comenzar a correr. Marco la sostuvo de su mochila, evitando que la chica se acercara a Jackie. - ¡DÉJAME MARCO, LE ENSEÑARÉ QUE NO DEBE METERSE CON MI GANADO!

- ¿"Tú ganado"? ¿Ahora soy una vaca? –preguntó el moreno confundido.

- Es una forma de decirlo, eres mío y de nadie más. –el chico volvió a sostenerla, evitando que ella matara a alguien.

Porque esta vez mataría a Jackie, no soportaría que besara a Marco dos veces.

Porque la primera vez fue la de cabello blanco quién besó a su novio, créditos a Star y su varita parecida a una cámara de seguridad.

- ¿Si me lavo la boca será suficiente? –habló el moreno, ahora pasando sus brazos por alrededor de la cintura de la chica, tratando de detenerla y esquivando los puños de su novia.

- ¡Si le corto los labios y le arranco la lengua ya no podrá besar a nadie más, déjame hacer eso! –ella continuaba forcejando, pero Marco era más fuerte y podía arrastrarla.

- Qué agresiva eres. –dijo entre risas, su novia suspiró, dejándose arrastrar.

- Estúpida Jackie. –gruñó. Y luego escuchó un trueno. - ¿¡Lo ves?! ¡el mundo está de acuerdo conmigo!

El moreno no pudo evitar soltar unas risas ante los comentarios de su novia. La lluvia comenzó a caer sobre ellos y su novia soltó un gruñido.

- Ojalá se caiga a un charco de lodo y se rompa su skate. –Marco rodó los ojos, deteniéndose y poniendo a la chica frente a él. – Y de paso que se rompa una pierna.

- Ya, está bien. –dijo el chico, pasando su dedo pulgar por los labios de ____. – Sabes que te quiero sólo a ti.

- No es contigo, es con ella. –murmuró ___, pasando sus brazos por el cuello del moreno. – Sólo déjame matarla y estaré bien, ¿sí? –pidió con una sonrisa inocente.

- Pero irías a prisión, dónde no hay nachos y tampoco un novio tan genial cómo yo. –se señaló orgulloso.

- Lo traduciré. –se aclaró la garganta, cómo si fuera decir un discurso "No hay comida deliciosa y tampoco un chico seguridad que te cuide de siquiera pisar un charco de agua". –le sonrió a su novia.

- Tú eres todo un caso. –Marco sonrió, mirando de arriba abajo a su novia, pudo notar el sujetador negro de la chica puesto que se había transparentado por el uniforme de karate.

- Y tampoco tan pervertido. –añadió ella, cruzándose de brazos. Marco sonrió.

- Vámonos antes de que tengas un resfriado. –le dijo a ella, abrazándola por el cuello y besando su sien.

- Ojalá a ella se le pudran las cuerdas vocales. –soltó una pequeña risa malvada tras esa oración.

- ¿Qué es lo que quieres para dejar de hablar así? das miedo. –le dijo el moreno a su novia. Ella se volteó a él con una sonrisa pícara.

- Besos, amor, besos, amor... -enumeró con sus dedos. – Y...

Con sus dedos índice y pulgar hizo un círculo, mientras con el dedo índice de la otra mano "entraba" dentro del círculo. Marco se sonrojó hasta las orejas cuándo entendió y ella comenzó a reír a carcajadas.

- ¿Es enserio? –preguntó el chico, sintiéndose todavía más avergonzado.

- Oh sí Díaz, muy enserio. –ella abrazó al chico por la cintura y continuaron caminando, sin importarles el resfriado que pudieran tener luego de pasar tanto tiempo bajo el agua de lluvia.

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Díaz. [Marco & tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora