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Ya era tiempo de la confesión, ¿no? 

Marco pensaba que ___ no podría verse más linda.

Pero se tragó sus palabras al ver cómo la castaña corría hacia él, con una camiseta a rayas, overol de mezclilla y su cabello atado en dos trenzas francesas.

- Star. –saludó a la chica con un saludo militar, la rubia le respondió igual, tratando que ningún cachorro se escapara. – Hola Díaz. –le besó la mejilla al chico.

- Hola ___. –él le sonrió, con un sonrojo en sus mejillas.

Ambos comenzaron a hablar animadamente acerca de cosas del karate y hasta de la escuela. ___ le tomó la mano a Marco y al moreno no le disgustó aquello, en cambio, comenzó a hacer círculos en la mano de la castaña con su dedo pulgar.

- Creo que deberíamos irnos a la casa. –habló Star, sosteniendo a cuatro cachorros en sus brazos. – Estos cachorros van a destruir el parque con sus lásers. –siguió.

Había un árbol marcado claramente por el láser de uno de los cachorros, de suerte no había seguridad en el parque o de lo contrario se les prohibiría la entrada para siempre.

Sin importarles que Star u otra persona los viese, Marco y ___ continuaron con sus manos unidas, esta vez entrelazando sus dedos. Ella sonrió, besando rápidamente la mejilla del Díaz y provocando una sonrisa boba.

- Iré al baño, me he caído en popó tratando de atrapar un cachorro. –habló Star con una mueca de asco, subiendo el primer escalón. – Mientras ustedes actuaban cómo una pareja de cursis. –gruñó por lo bajo, y luego sonrió.

Marco y ___ siguieron los pasos de Star con los ojos, y cuándo ella se volteó hacia Díaz, él estaba mirándola.

- ¿Quieres chocolate? Creo que hay en las alacenas, lo guardé hace unos días. –dijo ___, dando el primer paso hacia adelante.

- Espera. –habló Marco, sosteniendo la mano de ___. Ella se volteó algo confundida. – Quiero decirte algo. –los ojos del moreno encontraban más interesantes las baldosas del suelo que los lindos ojos de ___.

- Voy a pedirte algo. –dijo ella, el chico asintió. – Mi cara está aquí, no en las baldosas. –habló divertida, Marco levantó la mirada algo sonrojado, rascando su nuca con la mano que tenía libre. – Habla, Díaz.

- Yo... esto... -suspiró. – Digamos que... esto... -gruñó. - ¡Esto es tan difícil! –bufó el chico, mirando el techo de la casa. ___ dio unas risitas. – Te lo diré, sí, te lo diré porque hace tiempo me lo guardo. –tomó aire y clavó sus ojos marrones en los verdes de ___. – Me gustas.

- También me gustas. –respondió ella, con una sonrisa.

- Pero no cómo persona, o una amiga, o compañera. –habló Marco. –Me gustas de que quiero salir contigo.

- Ajam. –ella alzó una ceja, cruzando sus brazos. – Continúa.

- Estoy seguro que yo te gusto cómo mejor amigo, porque eso es lo que somos. –suspiró. – Y no porque me gustes algo entre nosotros debe cambiar. Sólo quería decírtelo. –se rascó la nuca. – Me gustas, ___ Green.

- ¿Has terminado, Díaz? –cuestionó ella. Marco asintió, mirando el suelo. – También me gustas. –él levantó la vista. – Y no cómo persona, o amigo, o perro, o lo que sea que pienses. -continuó. - Me gustas de que quiero salir contigo.

Las mejillas del moreno se encendieron, ___ sonrió con satisfacción.

- ¿Estás hablando en serio? –preguntó Marco, ___ asintió con la cabeza. - ¿No estás mintiendo, cierto? –ella negó. – Porque si me mintieras me romperías el corazón y...

Ella rodó los ojos, tomando al moreno de la sudadera y acercándolo a su rostro.

- No miento, Díaz. –dijo lentamente. – Me. Gustas. –él sonrió, bajando su vista a los labios de ella.

- ¿Puedo besarte? –preguntó. Ella asintió con la cabeza, también mirando los labios de él.

Marco llevó sus manos a las mejillas de ella y cerró los ojos, dándole un suave y pequeño beso. Tras separarse, sonrió y volvió a besarla, esta vez duró un poco más de tiempo.

- ¿L-le diremos a mis padres? –preguntó Marco, ___ negó con la cabeza.

- No por ahora. –habló, él asintió. – Dame uno más, antes de que Star venga. –el moreno sonrió, besándola una vez más.

Cuándo Star bajó las escaleras con el cabello mojado, totalmente ajena a lo que había pasado entre ambos, se sentó en el sofá y miraron una maratón de películas mientras comían nachos.

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Díaz. [Marco & tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora