Crudas realidades #3 La soledad de un hada

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Bueno mi historia no es tan cruel pero si es triste.-Dijo Amiel con lágrimas en sus ojos.
-Alguna vez reparaste en mi aspecto?-pregunta el hada con una media sonrisa tratando de ocultar su dolor.
Para ser sincero nunca la había observado, Amiel no parecía superar los 16 años, y creo que exagero, lucía muy joven, su piel suave, su cabello lacio, pero tenía algo que llamaba la atención, a lo largo de todo su cuerpo el hada tenía lo que parecían tatuajes como delgadas ramas de color azulado que se extendían por su piel de una manera tan perfecta y cuidadosa que se veía espectacular, las líneas que iban hasta las manos formaban un delicado espiral como una pulsera que finalizaba en el dedo anular de cada mano en un hermoso anillo con forma de flor (literalmente se tornaban parte del anillo), realmente cada detalle del hada la hacía lucir hermosa, sin ningún tipo de malicia tan admirable como la naturaleza misma.
-Bueno-Dijo Amiel rompiendo el silencio mágico que había en aquel lugar.-Por lo visto ya contemplaste bastante de mi-dijo algo sonrojada.-Ahora te lo contaré todo.
Hace siglos en un aquelarre un brujo hizo un pacto con Radriel un ángel caído, ese brujo era tu tío, él hizo el primer conjuro de magia diabólica y sacrificó a tu prima, así continuaron hasta hoy hechiceros haciendo sacrificios de almas puras. Tu madre trató de enmendar esta atrocidad porque tu tío y tu padre eran gemelos y fue tu padre quien salió inculpado, por ello tu mamá se esforzó mucho en lograr una conexión con los espíritus ancestros para pedirles por estas almas, los espíritus oyeron su plegaria devolviendo la vida a las niñas solamente, pero las despojó de su humanidad por eso las hadas aún hoy estamos solas no existe el amor para nosotras solo la soledad. Tu madre luchó en contra de esto pero los ancestros se enfadaron y la desterraron junto a tu padre, cosa que no sucedió porque tu tío le mató antes de que se fueran del aquelarre. Después de esto tu madre huyó sola a los bosques encantados del norte sin saber que estaba embarazada de ti.
Cuando dio a luz se juro que no vivirías el infierno de esta vida por eso cada cierto tiempo saltaban de un cuerpo al otro para escapar, tu madre hizo un bloqueo arcano en tu mente pero el embrujo se debilitó al ir saltando de cuerpo en cuerpo ya que la runa que bloqueaba tu mente fue desapareciendo.
Nosotras las hadas le ayudamos en el bosque protegiéndola de la oscuridad que creó tu tío pero ni siquiera nuestra pureza aleja tanta oscuridad. Así que tu madre escapó contigo y volvimos a la soledad a la que estamos condenadas.
Bueno ahora sabes más de ti y tu familia no solo de las hadas. Pero ten algo presente príncipe, gracias a tu madre nosotras vivimos.
No sabía por que pero comencé a llorar, pensar que esta niña fue muerta por brujos de mi linaje es muy triste, pero mi madre las salvó eso fue un verdadero acto de amor. Lo que no entendía era que mi madre ocultara la verdad de mi.
-Joven brujo no te cuestiones tantas cosas, vive el presente y deja el pasado atrás.-Dijo Amiel tratando de animarme.
-Tienes razón continuemos con esto de seguro hay más para saber.

CON LOS  OJOS ABIERTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora