Viejo amigo

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Se suponía que dormiríamos en ese lugar, para todos fue así excepto para mi, al parecer el sueño no quería tener contacto conmigo. Aproveché la luz de la fogata y tomé el grimorio de mi familia, decidí aprovechar el tiempo de insomnio y comencé a leer el libro, página por página leía sobre muchas cosas, hechizos simples como los que ya conocía, algunos un poco más complejos: como canalizar a alguien de distintas maneras (runas, sellos, sangre) leyendo esto recordé a Narciso canalizándome como lo hice yo con Amiel a través de la runa, pero al parecer el sello provocaba la canalización de alguien inconsciente, y la sangre a través de la debilitación física (si bien toda magia tiene su precio percibí que esta era más agotadora para el canalizado) ya que en el libro advertía del riesgo de muerte.
Traté de memorizar símbolos, palabras, criaturas, toda clase de hechizo que me fuera de ayuda en alguna situación, generar luz, oscuridad, entendí hasta los hechizos ya usados. Significados de las palabras usadas en cada hechizo al menos en el sentido de expresión ya que por lo que logré captar sobre el lenguaje de espíritus no había una regla gramática; simplemente símbolos traducidos a sonidos.
Observando las criaturas vi una que llamó mi atención, nunca había visto si bien si había oído de ellas, la quimera me pareció un animal majestuoso, cuerpo mitad león mitad cabra, con cabeza de león con cuernos de cabra, cola y alas de dragón; recordé que de pequeño había tenido una y me trajo nostalgia y deseo de tenerla de nuevo así que memorice el conjuro para invocarla.
Decidí apartarme un poco para no despertar a nadie, me acerqué al lago sabiendo que ahí estaba seguro. Llevé el grimorio conmigo y para poder leerlo cree luz.
-Laygüein-Dije con voz firme.
Una esfera de luz apareció en mi mano y así pude comenzar.
-Mianerve equss químera.-Dije varias veces, un rayo negro salio de mis dos manos creando frente a mi una especie de agujero negro, desde el interior comencé a divisar fuego y a escuchar un rugido que confieso me puso nervioso. De pronto comienzo a divisar una silueta de algo grande que venía rumbo a mi con la cabeza en alto, a medida que se acercaba observaba su rostro, su dorada melena, colmillos afilados, cuernos marrones y largos, unas majestuosas alas que salían desde su lomo; detrás de las alas el pelo se tornaba mas grueso y grisáceo como el de una cabra y la cola del animal totalmente sin pelo con un final muy afilado y puntiagudo, era tan hermosa como imponente, demostraba un carácter firme y soberbio pero a su vez una mirada apacible y tranquila. No pude evitar esbozar una gran sonrisa.
-Zokur, mi preciada quimera, estas enorme.-Dije feliz.
Pero la sonrisa duró poco el rugido del animal hizo que casi me hiciera pis, juro que lo mojado era del pasto.
El rugir de Zokur y mi grito súper masculino (les juro que no fue nada agudo) hizo que el campamento entero se despertara y me vieran corriendo desesperado rumbo a ellos con el gran animal detrás de mi.
-Kimar naviett- Dijo Lucien.
Una pared invisible hizo que Zokur se golpeara y detuviera confundido sin saber que lo detuvo. Rafael y Jack reían en el suelo como si el mundo se terminara, Amiel estaba parada con un tono pálido detrás de Zamaliel que contenía la risa y Abby no paraba de regañarme ante mi imprudente acción.
Por lo que entendí Zokur estaba en una especie de jaula invisible creada por el mago, cuando vi que estaba a salvo me calme.
-Por qué me atacó!? Yo lo críe desde que nació.-Dije recuperando el aliento.
-Imprudente lo que sucede es que dejo de verte hace mil años y eras un niño!!-Dijo enfadada Abby.
-Y como iba a saberlo!-Contesté
-Con más razón para no invocar a una quimera solo no crees!!
Abby estaba furiosa y después de todo tenía grandes motivos.
-Lo lamento no se que pensaba cuando lo hice.-Dije algo avergonzado.
-No pensabas ese es el punto.-Dijo Abby.
-Bueno niños dejen de pelear por favor.-Soltó Rafael con cara de burla.
Todos reímos hasta que un rugido más parecido a un llanto resonó.
-Bien que haremos con Zokur? parece asustado.-Pregunte.
-Soltarlo-Dijo Jack.
Me va a comer!-Exclamé
-Tu lo invocaste, es tuyo y eres un brujo! Actúa como tal!-Soltó el lobo exasperado-Solo necesita probar tu sangre y sabrá que eres tú.
-Es verdad.-Dijo el vampiro.
-Esta bien.-Dije con temor de ser alimento para gato-cabra-dragón. Respiré, tomé la pluma y dije:
-Sikaer-La cetro daga tomó forma en mi mano.-Suelta a Zokur.
Dicho esto el mago liberó a la quimera quien se paró frente a mi de manera firme y alerta.
Tomé la daga y realicé un corte en mi mano. La sangre brotó de mi y dije:
-Toma gatito.
-Alguien me explica que hace el tonto?-Dijo Abby.-Tonto!! Así no prueba tu sangre! Eres un brujo usa magia de sangre que no leíste todo lo que decía?
-Siendo sincero solo como invocarla.-Dije
El mago acercó el grimorio con mucho cuidado de no asustar a Zokur y me lo dio.
-Aaahhhhh, ahora entiendo. Bien lo intentaré.-Solté con una sonrisa.
-Príncipe mejor que no se un simple intento o la quimera se verá amenazada.-Dijo Amiel.
-Bladen akis puaren tuvuá.
La sangre que caía de mi mano comenzó a formar una especie de gota que formó un símbolo extraño parecido a una llama de fuego, luego literalmente se encendió en mi mano y un hilo dorado la rodeó, la llama se disparó a Zokur y este bajo su cabeza y patas delanteras como haciendo una reverencia.
La llama se extinguió y Zokur se paró para lamer mi cara. Me había reconocido. Acto seguido me lancé a su cuello a abrazarle.

CON LOS  OJOS ABIERTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora