Al día siguiente despertamos muy temprano para poder viajar hacia la pirámide de Amón.
Desde el Palacio nos tomaría casi todo el día para llegar a la pirámide, moviéndonos lo más rápido y sigilosos posible, pero al final no fue suficiente ya que una especie de criaturas con cola de escorpión y lengua viperina nos atacaron.
-Lucien! Qué son esas cosas?-Preguntó Dyna.
-Sucios y asquerosos Razzars.-Respondió Rafael antes que el anciano.
-Los Razzars son reptiles salvajes intoxicados con sangre demoníaca.-Explicó Zamaliel al tiempo que su resplandeciente armadura se materializaba en su cuerpo.-Son muy agresivos y su veneno es letal, tengan mucho cuidado.
Un Razzar corrió hacia Amiel muy rápido pero Zamaliel le interceptó con su lanza-espada. La criatura retrocedió un paso pero alzó su cola dejando ver el enorme aguijón al final de ésta.
Para que tengan una idea un Razzar luce como un lagarto pero es bípedo con garras en sus manos, miden como un metro y medio y son muy rápidos.
El animal saltó sobre el ángel muy rápido pero Zamaliel fue aún más veloz y asestó un corte sobre el abdomen del animal, casi instantáneamente la criatura comenzó a quemarse y desintegrarse delante de nuestros ojos, pero eso hizo que los demás animales se alteraran mucho.
Casi por arte de magia aparecieron alrededor de 15 animales muy enojados lo cual nos puso en alerta a todos. Jack tomó su forma de hombre lobo, Rafael dejó sobresalir sus colmillos y sus ojos se tornaron rojos como la sangre, Amiel agitó sus alas y remolinos de un polvo dorado surgieron del suelo a su alrededor, Dyna sacó sus cartas, Lucien encendió su fuego blanco y yo saqué mi cetro-daga de la pluma y en mi mano izquierda brotó fuego.
Las criaturas no dejaban de moverse, corrían, saltaban, iban y venían a nuestro alrededor. Cuando nos dimos cuenta nos habían rodeado por completo y más Razzars habían llegado.
-Qué haremos son demasiados.-Dijo Amiel.
-No dejan de llegar, no entiendo que los atrae.-Comentó Jack.
Un Razzar saltó muy veloz y con la cola arrebató mi daga de la mano, al momento que el animal hizo eso todos los otros Razzars se aglomeraron alrededor del poseedor de mi daga, como atraídos por ella.
-Ahora lo entiendo.-Dijo Zamaliel.-Es la pluma.
-Qué?-Dijimos al unísono todos.
-La pluma de Iangelith, concedida por el descendido en manos de un brujo de linaje puro, en el pasado yo usé la pluma pero la profecía decía que sería en manos de un brujo puro, ese eres tú Ilai.-Explicó el ángel.
-Rimmet equm esbeth-Grité y los ojos del cuervo en mi daga brillaron, la serpiente del mango brilló y se despegó del mango de la daga mordiendo así la cola del Razzar, quien la soltó de inmediato emitiendo una especie de chillido de dolor. Alcé mi mano y la daga regresó a mi tomando forma de pluma nuevamente.
Los Razzars no comprendían lo sucedido puesto que Lucien aprovechó el desconcierto para lanzar su fuego blanco y ahuyentar a las bestias quienes corrieron sin detenerse hasta desaparecer en la arena, lo que nos hizo dar cuenta que habíamos llegado al desierto donde estaba la pirámide, Amón y la espada de Owen.
Pasado el peligro nos detuvimos un minuto para hablar de los últimos descubrimientos-
-Tenemos el espejo de Avenuá que nos dio Narciso, la rosa de Maxassim que te entregó Eco, la vasija de Lusemith y el cáliz de Ritrama que hallaste en la cocina de Orunua, la corona de Áprix del palacio y ahora descubrimos que también tienes la pluma de Iangelith-Habló Rafael-Solo resta la espada de Owen y tendremos los siete objetos.