Ante el golpe lo primero que hice fue voltearme y vi a Abby a punto de continuar sus golpes cosa que detuvo al momento que guardé silencio.
-Ya no estamos en tu casa si sigues gritando lograrás que nos maten.-Me reprendió Abby.
-Quienes?-Pregunté sin entender nada.
-Cualquier depredador que escuche tus tontos festejos.-Dijo Jack enfadado.
-Príncipe, este lugar no es tan seguro como lo fue cuando usted era un niño.-Espetó Amiel con tristeza en sus ojos.- Si hace memoria cuando hablé de este lugar le dije que ni siquiera a nuestro lado su madre estaba segura de la oscuridad.
-Que sucedió aquí?-Dijo Zamaliel
-El bosque encantado del norte es una tierra escondida en una dimensión alterna, lo que hacía imposible que las hadas fuéramos atacadas por quienes quisieran dañarnos. Pero dejó de serlo cuando muchas hadas fueron sobornadas por hechiceros a cambio de que las liberara de no sentir.-Dijo el hada casi al borde de las lágrimas.
-Aquí deben ser cuidadosos el bosque esta lleno de trampas para protegernos, pero ahora también podemos encontrarnos con seres malignos creados por hadas corrompidas y peor aún si nos encontramos con una de ellas.
-No quiero ser negativo pero hay demasiado silencio me pone nervioso.-Dijo Rafael de manera tétrica.
Comenzamos a caminar adentrándonos en el maravilloso paisaje que de tanto en tanto tenía algunos claros donde se parecía más a un páramo que a un bosque.
-Una duda, Amiel, que sucedió en esos claros?-pregunto Abby.
-Son los efectos de enfrentamientos con la oscuridad.-Dijo el hada sin entrar en detalles.
-Lo lamento mucho Amiel.-Dijo Zamaliel después de un largo rato de silencio.-Lo que sucedió en tu hogar es horrible.
-Oigan se que los árboles de la misma especie son parecidos pero creo que es la cuarta vez que cruzamos éste ombú.-Señaló Abby.
-Algo no anda bien.-Dijo Lucien.
De pronto todo el cielo se oscureció las nubes taparon el sol y los relámpagos eran lo único que nos iluminaba.
Una sombra de ojos rojos comenzó a formarse delante de nosotros, un hechicero, cuando se dejó ver bastaba observarle para saber cuan corrompido estaba; tenía la piel arrugada, ojos rojos y ojeras negras los pómulos hundidos, labios pálidos y cortados, vestía una especie de pantalón de cuero color negro y una camisa del mismo color, ambas prendas gastadas y andrajosas, una capa con agujeros y una capucha que cubría su cabeza la que dejaba entre ver una cabellera negra lacia y sucia.
-No debiste venir aquí maldito príncipe!-Exclamó el hechicero al tiempo que me apuntaba con una especie de daga de hueso que en la parte de la empuñadura tenía una piedra azul marino con una línea zigzag plateada.
-También me alegra verte, esas arrugas van a tono con tu aspecto indigente!-Dije sin pensar.
-Siempre tan arrogante e irrespetuoso aunque pasen millones de años y cambies de cuerpo nunca serás digno de ser un príncipe.-Dijo con voz rasposa.
-Alguien puede decirme quien es el abuelo?-Pregunté acentuándome en la ultima palabra.
-Zannor.-Dijo Abby con desprecio.-El asesino de mi tribu.
De un movimiento de su daga el lugar comenzó a llenarse de vapor al punto de que no lograbamos vernos.
-Deja de juguetear hermano. Dijo una voz al tiempo que Zannor disipaba la niebla.
-Ádenek!-Dijo Amiel con enfado.
-El hechicero de la tierra.-dijo Jack.-No esperaba conocerte aquí.
-Vamos a divertirnos un rato.-Exclamó Ádenek, y dicho esto golpeó el suelo con un bastón marrón y ondeado como una serpiente.
Lo siguiente que sucedió fue que la tierra se partió obligándonos a separar. Acto seguido Zannor volvió a crear la niebla que nos ocultaba uno de otro.
-Hora de ver que puedes hacer principito.-Dijo Zannor con desprecio.
-Ilai no dejes que te asuste usa tu pluma negra.-Gritó Zamaliel.
-Aahh! Que son estas cosas?-Gritó Abby.
-Abby no dejes que te atrapen son hiedras encantadas de seguro hay ninfas por aquí.-Dijo Amiel.- Y no son amigables como en las caricaturas son demonios no olviden eso.
-Bien tendré que hacerme cargo de ti solo.-Exclamé tratando de intimidar al hechicero.
-Ilai si algo que leíste hoy es de ayuda no dudes, dominas la magia muy bien!-Me alentó Abby.
-Entonces que empiece el juego!
Grité sacando la pluma negra.
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