Crudas realidades #4 El descenso de un ángel

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Mi historia solo me pertenece a mi-dijo Zamaliel-No a una tribu, aquelarre ni grupo solo a mi.
Luego de que Lucero fuese expulsado del cielo junto a un tercio de los ángeles algunos caídos quisieron regresar, lo cual no se les permitió, a lo que respondieron con ataques a personas inocentes y corrompieron personas sin importar su raza, entonces el arcangel Miguel convocó a los ángeles a una reunión en la cual anunció el deseo de enviar a uno a combatir a los demonios y formar el círculo de lo que hoy conoces como los guerreros sagrados, representantes de cada raza en la tierra con el deseo puro de terminar con la maldad.
Se hicieron una serie de pruebas para elegir al representante del cielo entre ellas aptitud física (ya que al descender iba a experimentarse cansancio, dolor) también se probaría la fe y devoción por Dios y lo bueno (para asegurarse que quien descendiera no se tornaría un demonio más) entre otras pruebas.
Así uno a uno fuimos participando en los desafíos los 20 ángeles dispuestos al descenso pero todos a excepción de mi declinaron en la última prueba. Ésta fue aceptar la realidad de que quien descendiera no volvería a subir ni a ver a otros ángeles hasta que el juicio llegue. Nadie estuvo dispuesto a tal renuncia, temían que la parte humana que adquirieran se volviera más fuerte en ellos y no regresaran nunca. Yo fui el único que aceptó venir. La razón es que yo casi traiciono al Maestro pero a tiempo me detuve. Esa es mi cruda realidad no volveré adonde pertenezco por un largo tiempo.

CON LOS  OJOS ABIERTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora